José Ezequiel Acevedo Pérez

Title

José Ezequiel Acevedo Pérez

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: José Ezequiel Acevedo was born on April 13, 1934, in Jerez, Zacatecas, México; he received very little formal education, because as the eldest of his siblings, he had to help support his family; his father often labored on the railroads in the United States under the bracero program; in the early fifties, José joined his father in the program; as a bracero, he worked in Arizona, California, Texas, and Utah, picking asparagus, blackberries, carrots, cotton, and oranges; in addition, he also irrigated crops and helped care for livestock; he later returned to the United States, and he ultimately became a citizen.

Summary of Interview: Mr. Acevedo talks about his family and childhood; as a child, his father often labored on the railroads in the United States under the bracero program; whenever he was gone, José was left to care for his younger siblings; when he was roughly seventeen, he traveled to Irapuato, Guanajuato, México, with his father, to join the program; José describes the process he underwent while there, as well as how embarrassing the physical exams were, because he was stripped naked in front of everyone; moreover, upon arriving in the United States he endured similar assessments, and he was also deloused; as a bracero, he worked in Arizona, California, Texas, and Utah, picking asparagus, blackberries, carrots, cotton, and oranges; in addition, he irrigated crops and helped care for livestock; he goes on to detail the various worksites, labor populations, living conditions, provisions, treatment, payments, remittances, and recreational activities; more specifically, he explains one instance in which he was injured while working and the resulting difficulties he faced; he also mentions that representatives from the Mexican consul were often seen at the campsites in support of the braceros; additionally, he states that while working in Arizona, it was unbearably hot, and the construction of the barracks only made it worse; later, in 1962, he returned to the United States, with his wife [See also No. 259] and children, and he ultimately became a citizen; his overall memories of the program are positive.

Creator

Mota, Annabel
Acevedo Pérez, José Ezequiel

Date

2006-05-12

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

José Ezequiel Acevedo Pérez

creator (Spanish)

Mota, Anabel

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

59:08

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: José Ezequiel Acevedo Pérez
Fecha de la entrevista: 12 de mayo
Entrevistado por: Anabel Mota

Aquí estamos con el señor José Ezequiel Acevedo Pérez. Es el 12 de mayo, estamos en Los Ángeles, yo soy Anabel Mota.

AM: ¿Me puede decir dónde y cuándo nació?

JA: Yo nací en Jerez, Zacatecas. El 13 de abril de 1934.

AM: Okay. ¿Cómo se llamaban sus padres?

JA: Isabel Acevedo Pérez y Antonia Pérez.

AM: Antonia Pérez. Y, ¿ellos dónde nacieron, se acuerda?

JA: También ahí mismo.

AM: ¿Ahí mismo?

JA: Sí, en un rancho que se llama Jomulquillo, Jerez, Zacatecas.

AM: Y, ¿tenía hermanos y hermanas?

JA: Sí.

AM: ¿Cuántos?

JA: Ora verá, perdón, mi mamá no tenía hermanas ni hermanos, nomás era sola ella. Mi papá sí tenía un hermano y una hermana nomás.

AM: ¿De familias chicas entonces?

JA: Familias chicas, sí.

AM: Sí.

JA: Descendemos de familia chica.

AM: Sí. Y, ¿ustedes cuántos fueron?

JA: Ocho.

AM: Ocho.

JA: Ocho hombres y cuatro mujeres.

AM: Y, ¿en qué orden?

JA: Yo soy el mayor.

AM: El mayor.

JA: Y de ahí pa allá abajo, once.

AM: ¡Wow! Muchos. ¿A qué se dedicaban sus padres?

JA: A campesinos y ganaderos.

AM: Entonces tenían campos y…

JA: Sí.

2do: Y en lo del campo, ¿tenían animales, reses?

JA: Vacas.

2do: Y ganado.

JA: Sí, y caballos, todo. Tenían un campo como, es un campo completo, un rancho.

AM: Sí. ¿Qué tipo de cosechas?

JA: Mire, sembrábamos maíz, frijol, garbanzo, chícharo, habas, papa también.

AM: Okay. Y, ¿usted le ayudaba a su papá?

JA: Sí, pos fui el primero yo, fui el primero. A los once años yo traía yunta de bueyes, como fui el mayor. De escuela no tuve casi nada, muy poca. Sí, ya le digo, eso es.

AM: ¿Pero sí tuvo oportunidad de ir a la escuela?

JA: Sí, sí iba, seis meses nomás.

AM: ¿Seis meses al año?

JA: Seis meses.

AM: ¿O total?

JA: Al año.

2do: Al año.

AM: Oh, okay.

JA: Sí, pos seis meses cada año. Como yo era el mayor, no me tocó eso.

AM: Sí.

JA: Mis hermanos chicos, buena escuela, universidad todos, casi.

AM: Oh, ¿de veras? ¡Wow!

JA: Tengo doctor, tengo ingenieros, veterinarios y yo no. A mí no me tocó la escuela.

2do: Es que en México es dura la vida y los hijos más grandes les ayudan a los papás.

AM: Tienen que ser más responsables.

2do: A trabajar para poder mantener a los chicos.

AM: Y, ¿dónde viven sus hermanos y hermanas ahora?

JA: Mire, uno vive en Aguascalientes, una hermana. Otra vive en Zacatecas y un hermano vive en El Paso, Texas. Otros aquí en Anaheim estamos varios, habemos como unos seis o siete, siete habemos aquí en Anaheim.

AM: Qué bueno.

JA: Hermanos y hermanas estamos regados ahí.

AM: Sí. ¿Entonces usted trabajaba e iba a la escuela?

JA: Sí.

AM: ¿Cuántos años tenía cuando de primero empezó a trabajar?

JA: A los once años ya traía yunta de bueyes, a los once años.

AM: Sí.

2do: Pero yo creo que empezastes antes como sembrador.

JA: No, sembrador, sembraba el maíz, el frijol. Mi papá con la yunta y yo con el maíz sembrándolo, de granito en granito en el surco. Él lo tapaba y…


2do: Tonces, ¿qué era? Siete años, ocho años.

JA: No, a los seis.

2do: Muy chico.

JA: A los seis, así era, no era yo el primero.

AM: Sí.

JA: Y ya le digo.

AM: Y su mamá se quedaba en la casa y…

JA: A hacer la comida, lavar la ropa, llevarnos de comer al campo, ordeñar las vacas ella también y nosotros también, porque yo aprendí muy bien eso de ordeñar vacas. Por eso estoy aquí, por ordeñador de vacas.

AM: ¿Cómo se enteró del Programa Bracero?

JA: Mire, el haberme enterado yo de bracero… mi papá fue bracero.

AM: Oh, ¿de veras?

JA: Dieciséis veces.

2do: Primero que tú.

JA: Primero que tú. Y una de las veces dijo, nos dijo: “Mira tú, Ezequiel, tú te quedas con lo de ahí y yo me voy a ir de bracero”. Le dije: “Papá, no. Yo también tengo ganas de ir ya, ya creo que puedo”. Y no tenía la edad todavía. Hay que hablar la verdad. Yo conseguí unos papeles con un capitán que yo conocía. Una maestra me los consiguió y me dio un permiso. Nomás no le puso la edad que yo tenía, pero yo me vine, yo cuando caí aquí, caí de diecisiete años.

AM: Diecisiete años.

JA: Aquí ajusté a los diecisiete años en Anaheim. Y ya le digo y de ése y me vine y mi apá no arregló ese día. Entramos los dos en la línea, a la entrevista con los americanos y a mí cortaron para un lado y a él pa otro y yo voltiaba y lo miraba y él me dijo, el que me contrató primero, el que me entrevistó para que me dieran el permiso para venir de bracero. Dijo: “¿A qué queres ir a Estados Unidos?”. Le dije: “A trabajar”. [Es]taba, me dijo: “¿No quieres ir nomás a conocer y a irte de vago?”. Dije: “No, yo quiero ir a trabajar, necesito ganar dinero y creo que trabajando lo puedo ganar”. “Vete. Dios que te ayude”. Y mi apá no resultó, ni lo volví a ver. No resultó. Otro día amanecimos todos para venirnos todos ya para acá y mira, nomás me encontré un amigo de él, de nosotros, dijo: “Tu papá se regresó, no lo dejaron pasar”. Porque ya había venido de bracero cuando en los traques, en 1943.

2do: ¿Te sentiste solo sin papá?

JA: Me sentí solo y sin dinero.

AM: Sí.

JA: No, ya los demás compañeros me empezaron a decir: “No te apures, aquí están $20 pesos, aquí están $5, aquí están $10 y vámonos”. En ese tiempo pagaba uno hasta Benjamín Hill, el Benjamín Hill, Sonora; pagaba uno el pasaje. Y de Benjamín Hill para acá ya los americanos lo levantaron por cuenta ahí, comida y transporte y todo le daban a uno hasta aquí. Y ya le digo, caí, pos a piscar naranja.

2do: A la ciudad de Orange.

JA: Ahí a Anaheim, California. Y pisqué naranja ahí dieciséis meses, a los dieciséis meses se acabó el…

2do: Contrato.

JA: Se iba a acabar. Los contratos los íbamos reformando, no era uno solo. Cada, el primer contrato eran cuatro meses y luego después era seis y luego así, ya de a dos meses. Pero el último se escaseó poco el trabajo, dicen: “Ya los que quedan”, dice, “ya váyanse”. Y nos fuimos y ya llegué y pos mi papá estaba allá. Yo cuando llegué aquí les escribí luego luego pa mi papá: “Mira, ya estoy acá, me tocó en tal parte, toy haciendo esto, toy haciendo lo otro”. Y me tocó muy buena suerte, buen mayordomo, buena compañía, un campo limpio, buena comida, bien, ahí estábanos de todo bien, ahí no había prole. Nomás que sí, según lo que quería uno ganar, le movía uno a la mano pa piscar la naranja.

2do: Era contrato.

JA: Ganábamos a $0.65 centavos cada caja, eran las cajas pos de este tamaño y así de altas. Y ya le digo, piscaba ochenta primero, cincuenta, sesenta cajas y después casi todo el tiempo ochenta cajas, noventa, cien.

2do: ¿En cuántas horas?

JA: En seis, siete horas. No, nunca trabajamos las ocho horas ahí. Ya le digo, eso hice ahí.

AM: Sí. Su papá era, dijo que trabajó de bracero.

JA: En el 1943 vino la primer vez.

AM: [Mil novecientos] cuarenta y tres.

JA: Sí.

AM: ¿De traquero?

JA: De traquero, en el track le tocó, hasta me acuerdo bien dónde.

AM: ¿Dónde?

JA: Le tocó en Hachita, Nuevo México.

AM: ¡Wow!

JA: Y la otra vez, el [19]45, le tocó en Loraine, Texas.

2do: Pero el [19]45, ¿también trabajó en el traque?

JA: También trabajó en el traque. Loraine, Texas.

AM: Y, ¿usted se quedó en México cuando él fue de traquero?

2do: No, cuando él…

JA: No, yo estaba chiquillo, entonces apenas tenía diez, once años.

AM: Sí, estaba en México y usted se quedaba responsable de su familia.

JA: Sí, yo me responsabilizaba de toda la familia. De todo, de cultivar las milpas, las cosechas, cortar el frijol, el maíz, todo.

2do: Al pendiente de la familia.

JA: Y las vacas también, pos todo era un trabajal.

2do: Y el rancho.

JA: Ya trabajaba uno como gente grande, oiga. Los papás en ese tiempo eran duros con uno. No demasiado duros en palabras malas, no, una palabra.

2do: Muy estrictos.

JA: Estricto y hacerlo y lo va uno a hacer, lo iba, lo hacía uno. Y aprendimos mucho de eso, a respetar y a que lo respetaran a uno. Porque eso sí, no nos faltó nunca ahí a nosotros.

AM: Sí, y, ¿su papá le contaba cómo era el trabajo?

JA: Sí, sí me contaba, sí.

AM: ¿Qué le decía?

JA: “Mira hijo, el ir a Estados Unidos no creas tú que es ir a ver cosas bonitas, es ir a trabajar. Haga frío, haga calor o no importa cómo esté el tiempo”. Dijo: “A veces amanecía de nieve así de alto y así teníamos que trabajar”. “Ah”, dije yo, “que el frío qué me hace a mí, que no le tengo miedo yo al frío”. El calor, a veces 120, 115; no, pues no me asusta. Y que después que llegué y que lo calé, dije: “Ah caray, sí está serio esto”. Sí, ya no era lo mismo.

AM: Sí.

2do: Le tocó trabajar en Arizona, el calor a 120.

JA: Ciento veintidós llegué un día a trabajar. Y lo más curioso, lo más… bueno, no tan curioso, porque las barracas, bueno, nos tenían en barracas, eran de lámina. Y esa lámina, con el calor, sin las láminas estaba a 122, pos con las láminas sería 130, 135.

AM: Sí, como horno.

JA: Me acuerdo yo que quedaba al, nos acostábamos. A veces pos salimos cansados y quedaba el, pues el mono pintado de agua, de sudor en la cama.

2do: En la cama.

JA: Ya le digo. Y ahí taban pior, ahí sí, cada quien si quería, si sabía uno cocinar, cocinaba y si no, no comía. Muchos… Le voy a platicar una que nos pasó esa vez ahí. Me tocó dos compañeros ya ancianos y yo era joven. Yo tenía veinte años entonces. Ya, pos yo empecé a _____(?), yo ya taba impuesto al rancho, yo sabía cocinar, no mucho, pero yo ya podía hacer eso. Y después de eso, ya cuando me vine aquí yo no extrañé. Yo podía hacer tortillas de harina, yo podía cocer frijoles, podía hacer una carne guisada. Algo, todo eso. Y los demás señores ya de cincuenta años o cuarenta y cinco se quedaban viendo. Ya me dijeron: “Oiga, pos vámonos juntando”. Yo los miraba a ellos, oiga, uno de ellos peló las papas y las echó en la manteca o aceite. Y luego le vació los huevos, se le fue la mitad de cascarones entre las destas, el huevo se quemó.

2do: Las papas.

JA: Las papas quedaron crudas y dije: “Este hombre”…

2do: Nos va a empachar.

JA: Nos va a empachar. “Ven, cala mis papas, están buenísimas, tan duritas pero tienen buen sabor”.

2do: Huevo quemado.

JA: No, ya le… Y luego que él me dijo: “Oye, no la frieguen, danos una tortilla de ésas que tú haces ahí”. “Sí”. “Vamos juntando los tres, yo lavo los trastes, tú cocinas y yo hago otra cosa”. Le dije: “Tú vas a hacer las tortillas, pero te vas a lavar las manos porque no te las miro tan bien”. Y él hacía las tortillas de harina y yo guisaba y el otro señor lavaba las ollas, los trastes y es del modo. No, el día que nos desapartaron, lloraban los pobres. Dijo: “Ahora sí nos va a cargar aquí la fregada”. Y luego pasaban otros: “¿Quihubo camaradas? Su mama no está aquí pa que les dé de comer, aprendan hijos”. No, que el… Ya me cambiaron a mí. No, a las dos semanas llegaron, luego luego me buscaron, sabían donde estaba, al mismo campo donde me cambiaron a mí. Y ya dijeron: “No, ¿a qué nos juntamos?”. “Ándale, sí, otra vez”. Y ya le digo, pero triste y curioso. Porque esos blanquillos y esas papas nunca se me olvidaron a mí.

AM: (risas) Entonces lo apuntaron a usted de cocinero.

JA: Sí, me pusieron de…

AM: Fue buen cocinero.

JA: Ahí, pero ellos lavaban los trastes y hacían todo y a veces ya decían: “No, pos ahora nosotros aquí arreglamos, levantamos camas, la barremos”, y hacían todo. Buenos camaradas, señores mayores los dos.

2do: Historias que no se olvidan.

AM: Exactamente. Usted era joven cuando primero fue de bracero, ¿verdad?

JA: Yo vine a los, aquí a los diecisiete años aquí en Anaheim.

AM: Y, ¿cuántos años duró de bracero en Anaheim?

JA: Dieciséis meses; meses, un año, dos meses.

AM: Y, ¿se regresó a México?

JA: Sí, me regresé a México otra vez.

AM: ¿Cuánto duró en México?

JA: Qué, pos duraría como tres meses y me volvía venir.

AM: ¿Se volvió a venir?

JA: Sí.

AM: Y así cómo, ¿se estuvo haciendo eso por un rato?

JA: Por, pos hasta el [19]59.

AM: Y, ¿cuándo se casó?

JA: Me vine casando el…

2do: El [19]59.

JA: El [19]59 también.

AM: ¿Ese mismo año?

JA: Ese mismo año.

AM: ¿Antes o después de que se fuera de bracero?

JA: No, ya no vine de bracero. Después ya cuando fui de bracero fue cuando me casé con ella.

2do: No, mira, estás en un error.

JA: ¿Por qué, oye?

2do: Porque nos casamos el 7 de enero.

JA: Sí.

2do: Del 1959, esperando, esperándola, empezando el año.

JA: Sí, fue el [19]58, tienes razón.

2do: El [19]58.

JA: Fue el [19]58, tenemos ese error.

2do: La última vez que vino de bracero, [19]58.

AM: Y, ¿qué lo motivó aparte de su papá?, ¿era la única influencia que tuvo en decidir, hacer esa decisión de venir?

JA: Ya después que vine la primer vez me gustó venir, porque oiga, ganaba dinero. Yo traía dinero en mi bolsa y trabajaba, pero tenía dinero. Y allá no, pos me daban un peso, mi papá me daba dos, pero…

2do: Era todo.

JA: Yo quería más dinero. A mí me gustaba mucho la música y los bailes y yo todo el tiempo quería tener dinero para andar en eso. Yo tenía vicio a los bailes. Todavía de viejo, todavía por ahí nos vamos y nos echamos todos nuestra bailadita, todavía. Sí, ya le digo, pero pos contentos. Y mira, todavía estamos aquí. Y después arreglé yo y me traje a ella y aquí estamos.

2do: Le digo: “Oye, vamos a hacer las bodas de oro”. Ah, pues nomás le digo así. Entonces le digo: “¿Sabes qué? Cuando nos casamos tú y yo, a mí no me gustó mi vestido blanco”. Yo estaba muy tonta, ¿no? Muy, tú sabes, era de provincia.

JA: Toda la gente nueva, ¿no?

2do: Y le digo: “Y ahora que ya los sé hacer… porque yo soy modista, se puede decir, alta costura.

JA: Modista de rancho, le pagan por…

2do: Ah, le digo: “Ahora que ya los sé hacer, para hacerme un vestido bonito, a mi gusto”. No me contesta nada el novio, ni sí, ni no. (risas)

JA: Pos quiero que ella piense, lo piense más bien, porque la otra vez no la pensamos muy bien.

2do: Nomás nos arrancamos.

JA: Me hice de novia de ella, el 15 de agosto y pal 7 de enero ya estábamos casados.

AM: Rápido.

2do: Nos casamos.

JA: Pero es que uno pos es valiente.

AM: (risas) ¿Cómo conoció a su esposa?

JA: En un burro. Cierto.

2do: Él iba en un burro.

JA: Yo iba en un burro. (risas)

2do: Y yo iba saliendo de un templo acompañada con otras dos amigas. Íbamos pasando nosotros en una placita que le decimos y él y un cuñado iban, ellos andaban trabajando y andaban en animales, en burros.

JA: Repasando a segunda.

2do: Y pasó en un burro y volteó y se quedó viéndome. Pos yo ni siquiera me fijé.

JA: No, pero yo sí me fijé.

2do: Y al poquitito tiempo volvió al rancho, porque él es de un rancho y yo de otro.

JA: Y ella es de otro.

AM: Okay.

2do: Él ya iba a buscarme. Entonces, casualidad que yo andaba barriendo fuera de la casa y ahí pasó y me miró más bien. Tonces ya de ratito volvió un cuñado de él, porque él tiene una hermana casada en el rancho de donde yo soy y vive en frente de…

JA: De Jonás.

2do: Donde era mi casa.

AM: Okay.

2do: Volvió el cuñado y dice: “Oye, dice este muchacho que si puede hablar contigo un momento”. “Ah”, le dije, “dile que venga”.

2do: Pos ya fue y ya me dijo: “Oye, pues yo quisiera hablar contigo un poco, ¿me das la oportunidad?”. Pero allí estaba muy…

JA: Inapropiado.

2do: Miraba mucho la gente, ¿no? Le dije yo: “Vete para allá”, porque mi papá tenía huertas de aguacate y de duraznos, de chabacano en ese rancho donde yo soy. Le dije: “Vete para allá y yo voy a la huerta y ahí hablamos”. Ya ahí se me declaró. Le dije yo: “Pues, lo voy a pensar”.

JA: Sí.

2do: “Pos dame una semana para pensarlo, vienes tal día para decirte sí o no”. Y le dije que sí y todavía me tienes aquí. (risas)

JA: Todavía, pero…

2do: No nos hemos separado ni una vez.

JA: No.

2do: En cuarenta y siete años.

JA: Sí hemos tenido problemas, porque todos los matrimonios vamos a tener.

AM: Sí.

JA: Pero son ajustes que se hace uno.

AM: Exactamente, sí.

JA: Y así es.

2do: En veces son necesarios los pleitos porque…

JA: Pero no, tampoco tanto.

2do: Ahí se aclara lo que la gente siente o lo que no le gusta o lo, ¿me entiendes?

JA: Pero siempre que no pase a mayores.

2do: No, no, claro que no.

JA: Esa es la opinión mía, todo el tiempo ha sido.

2do: Y es reteorgulloso. A veces todo el día discutimos, pero no nos enojamos. Y que esto y que lo otro, okay, okay, okay. Y luego al ratito: “Oye, ¿dónde está esto?”, o: “Vamos aquí”, o: “Vamos allá”. Pero yo conozco parejas que se enojan y semanas sin hablarse.

AM: Sí, no se hablan.

2do: Lo que hacemos es que cuando andamos enojadotes, él se acuesta volteado para allá y yo para acá. Pero en la noche siento que me testarea un pie, digo: “Ya caíste”. (risas)

JA: ¿Cómo ve muchacha? ¿Ya cayó?

AM: O que se arrima así poquito, digo…

JA: Se está grabando, Belem.

2do: Ya se contentó. (risas) No, lo mío no se graba.

JA: Pero yo le digo que…

2do: ¿O sí?

JA: Que la abrazo pa que no se caiga.

JA: Y ella así, sí cree.

AM: Pa que no se caiga.

2do: Y no mira, ¿se está oyendo aquí?

AM: Sí.

JA: (risas) Ándale.

2do: Cállate. (risas)

JA: Ya va a estar. Bueno, es la verdad muchacha.

AM: Pues sí.

JA: Es parte de la vida.

AM: Exactamente.

JA: Historia que la hemos vivido gracias a Dios bien, pa qué nos quejamos.

AM: Sí.

JA: Hemos mantenido cinco hijos con la ayuda de Dios y de ella, porque no es parte nomás mía el trabajo, es parte de ella, bastante. Llegamos aquí sin nada.

AM: ¿En qué año llegaron?

JA: El [19]62 llegué yo aquí, ya de legal. Gracias a Dios ahorita ya criamos la familia, tenemos una casa ya casi pagada y no, es que pos se siente uno a gusto que algo ha logrado, algo ha hecho. No por presumir, no, porque eso a mí no me gusta, ser presumido. Pero sí da gusto saber que aprovechó uno algo, que la vida le dio algo, que le, todavía lo tiene uno.

2do: Que valió la pena el sacrificio de venir.

JA: Sí, valió la pena. Siempre fue mi intención todo el tiempo portarme bien y tratar de respetar la gente y todo lo que rodea de uno y que lo respeten a uno también.

AM: Sí. Entonces usted trabajó de bracero en California, Arizona.

JA: Arizona y Texas y Utah.

AM: Texas y Utah. ¿Qué hizo en Arizona?

JA: Ordeñar vacas.

AM: Ordeñar vacas.

2do: Eso fue en Texas, ¿no?

JA: En Texas.

2do: En Texas.

JA: Me preguntó usted Texas, ¿no?

2do: En Arizona.

AM: Arizona.

JA: En Arizona, no, tapié zanoria, que de eso para…

2do: Eras regador.

JA: Que le quita uno las… y luego después regador.

AM: Regador.

JA: De regador en Arizona.

AM: Y, ¿en Utah?

JA: Mora.

2do: Piscaba mora.

AM: Y hablemos un poco de el proceso de contratación. ¿Usted viajó de su pueblo a…?

JA: A Irapuato, Guanajuato.

AM: Guanajuato.

JA: Irapuato, Guanajuato.

AM: Y, ¿cómo se enteró que ahí tenía que ir?

JA: Pos, mi papá sabía que allí había contrataciones, nos fuimos ahí. Llegamos en la madrugada como a las cinco de la mañana, nos fuimos al campo donde estaba la contratación y había mucha gente, mucha. Habíamos unos doce mil, yo creo ahí a esa hora. Yo no conocía nada de eso. Y ya, no le hablaban a nadie, nomás de cada rato por una bocina que tenían ahí, decían: “Ahora no hay nada de contratación, no tenemos pedido, no tenemos pedido”. Y ya como a las tres y media, cuatro de la tarde ya nos íbamos a ir pa el centro del pueblo donde teníamos, donde habíamos rentado un cuarto para dormir, vivir mientras cuando salió uno y habló por la bocina: “Señores no se vayan, tenemos un pedido nuevo que llegó ahorita y lo vamos a empezar a tratar de mandar. Las personas que vengan en listas del estado de Zacatecas son las que van a entrar primero”. Va.

2do: ¿Esa vez iba mi compadre Macario contigo?

JA: No, no, no, no. Iba nomás mi papá y yo. Pos luego luego. Y ahí vamos caminando y nos regresamos y el primerititito que salió en la lista fue mi nombre. Oí que me llamaron, ya me: “Córrele, mira, pasa, vete, llama tus papeles, llévatelos en la mano, ahí preséntalos al que está en una mesita chiquita”. Y taba el señor: “Tu cartilla”. “No tengo”. “¿Tienes permiso del Defensa Nacional?”. “Sí, sí tengo, aquí está mire”. Dijo: “Oye, te lo dieron antier, ayer o antier, antier”, dijo, “y, ¿cómo le hicites?”. “Pos ahí está, mírelo”. Sí iba firmado y sellado. Dijo: “Sí está bien”, dijo, “pásate y vete hasta el fondo. Allá haz una línea y ahí van a, [es]tá un americano esperándolos, habla español”, dijo, “y él los va a estar dirigiendo por dónde entren y por dónde salgan”. Entramos y luego luego ya miré a mi papá que iba atrás de mí y empezó toda la gente a correr detrás mía, a correr, a correr, a correr. Llegamos a la parte de la puerta y luego luego: “Pásenle”. Me pasó a mí pa una mesa el americano y a mi papá para otra y así. Y ya nomás ya le había platicado, pero le vuelvo a repetir. Me dijo: “¿A qué quieres ir a Estados Unidos?”. “A trabajar”. Dijo: “¿No quieres ir nomás a andar de vago?”. Le dije: “No”. Dijo: “Estás en la edad de la vagancia, debes de aprovechar”. Le dije: “No, no me enrede señor, yo quiero ir a trabajar”. Me firmó, selló y me fui. Me dijo: “Pásale y ve al doctor”. Entraba uno a otro cuarto grande allí: “Quítate tu ropa”. “¿Toda?”. “¡Toda!”. Dije: “Ah caray, no”. “Sí, cómo carambas no”. Taban como seis enfermeras, tres de cada lado y allá adelante estaban unos doctores allá. Ya llegaba uno, le chequeaba uno todo, le ponían un aparato aquí para el corazón a ver y los pulmones, a ver cómo estaban y llevaba uno su ropa aquí en la…

2do: Abajo del brazo.

JA: Bajo el brazo toda. Y le digo: “No, pos esto no, está mal, no está bueno esto aquí”. Y ya pasaban y llegabas con el doctor, el doctor le ponía a uno aquí en la ingle los dedos pa arriba y pa abajo.

2do: A ver si tenían…

JA: Si no estaba relajado, tenía una hernia. Y no, ya dijo el doctor, ya firmó, dijo: “Pásale y vete, vístete y ahí te van a estar esperando pa que firmes tus papeles pa que te vayas”. “Bueno, gracias”. Y ya me jui, me estaban esperando. Me dieron un papel, un comprobante para presentarlo aquí en Mexicali, en El Centro para entrar a Caléxico. “Y esto lo vas a presentar allá, con éste vas a entrar, ya te van a dar un contrato y un pasaporte nuevo americano”, eso me dijo ahí el hombre. Y ya en lo que lo agarramos todo, entonces: “Ahí tá tu lonche”. Me acuerdo yo que fue el primer día que comí bolonia, sándwiches de bolonia. Me dieron tres sándwiches de bolonia, una manzana y: “Ahí tá, ya a correr de cuenta nosotros. Todo lo que gastes de aquí a la frontera, todo se te va a pagar allá cuando llegues. Tú vas a hacer los gastos, te van a reponer, te van a dar tu dinero”. Ya me dieron lo que, ¡ah caray!, lo que nos debían. Parece fueron $28 pesos, pero en dólar nos dieron, en ese tiempo valía a $8, $8.45, parece. Nos los dieron, ya nos pagaron, ora sí, llegamos a El Centro otra vez.

2do: A El Centro, California.

JA: A El Centro, California. “Desnúdense otra vez y entren todos desnudos”. Y aquí vamos a… y luego le fumigaban uno aquí las algas, toda la parte donde, pos ellos tenían sus ideas ahí, le echaban unos DDT.

2do: Un polvo.

JA: Era de en polvo.

2do: Sí, por si trajeran plaga.

JA: Pos estará feo en decir, pero piojos, era la verdad. Y ya pasaron y le volvieron a checar a uno las ingles otra vez que no tuviera uno hernia, que no tuviera hernia. Y ya: “Pásale y pásate y aquí con este boleto te van a dar de comer y ya te vas al comedor y ya vas a comer ahí”. Y llegamos a El Centro y como a la hora que estábamos ahí: “Todos vayan a bañarse”. Nos bañamos, saliendo ya me dijo el que estaba ahí en la puerta, dijo: “Toma, alíneate ahí porque van a mandarlos luego luego pa donde van a ir a trabajar”. Ya estaban ahí: “¿Cómo te llamas?”. “Fulano de tal”. “¿Has piscado naranja?”. Le dije: “No, no conozco yo trabajo de nada, ¿pa qué le voy a decir?”. Dijo: “Pásate de todos modos, vete”. Me enseñó el papel, dijo: “Ya con éste te vas, te vas a ir al condado de Orange a piscar naranja”. Pos ahí vamos, a las dos de la tarde, a las tres nos trajeron aquí a Anaheim a piscar naranja al campo. Llegamos ahí y ya llegaron otros ahí de los que había ahí y luego no había muchos, había como unos doscientos y el campo le cabían setecientos cuarenta. Pos es de ahí, nos trajeron ahí al campo, nos trajeron como unos doscientos sesenta y cinco, dijeron que eran. Y ahí me estuve hasta, todo el tiempo piscando naranja y limón también de vez en cuando. Y eso fue lo que hice yo ahí en ese, en este, aquí en el condado de Orange, piscar naranja y limón poco.

AM: ¿Entonces había muchos trabajadores ahí?

JA: Ahí en ese tiempo cuando se llenaba el campo ya en abril, setecientos cuarenta era el cupo.

AM: Y, ¿tenían qué tipo de facilidad, como edificios, tenían para ustedes?

JA: Ahí estaba bien. Eran cuartitos pequeños de tres, para tres, tres braceros.

2do: ¿Braceros?

JA: La hilera de cuartos y cuartos había. Eran, taba en medio un espacio grande que no había nada y pa los lados, así unas, unos _____(?) chiquitos con, como con ocho cuartitos en cada línea para tres braceros en cada cuarto.

AM: Y, ¿tenían cocina?

JA: Cocina, muy buena comida ahí, mucha comida, muy limpio.

2do: ¿Ahí les daban?

JA: Sí.

2do: Les daban en la comida.

JA: Sí. Al salir de ahí taba una imagen de la Virgen de Guadalupe grandota pa la gente que quería dar gracias por ese día.

2do: Católicos.

JA: Ahí se hincaba, rezaba, lo que podía o unos nomás se persignaban y pasábamos muy en orden, muy limpio, muy buen campo. Estuve muy a gusto yo en ese campo.

AM: Y cuando regresó a México y luego regresó de nuevo, ¿tuvo que hacer lo mismo otra vez en el… como ir al centro de contratación otra vez?

JA: Sí, volví a ir, tenía que ir uno ahí. Por ahí empezaba uno, pero ya conocía, ya fue más fácil. Ya esa vez, pues caí, contrataciones, todavía más empezamos ahí y ya esa vez, ahí en el pueblo, el municipio que dizque era de Zacatecas, ahí taban alistando a la gente en la Presidencia Municipal. Ya fui, te quiero decir algo así, conocíamos, conocía yo bien al presidente. Ya dijo: “¿Quieres irte?”. “Sí”. Me apuntó y: “Vas, tás listo”, ya que el que sigue y el que sigue y el que sigue. Me acuerdo que nos apuntaron a doscientos ese día ahí y nos fuimos a Irapuato otra vez y nos volvimos a contratar.

AM: Y, ¿a dónde los mandaron?

2do: Y, ¿a dónde te tocó esa vez?

JA: Esa vez ya me tocó Arizona.

AM: En las zanahorias, ¿verdad?

JA: La zanahoria y luego a regar.

AM: ¿Cómo fue ahí?

2do: ¿Cómo te gustó allí?

JA: No, pos ahí…

2do: El trato que te daban.

JA: La compa, el patrón, bueno, el patrón buena compañía, buen mayordomo; pero el calor sí, muy duro, mucho muy duro. Y Zacatecas no es, ni Aguascalientes. Es el clima más o menos como aquí.

AM: Templado, sí.

JA: Templadito.

AM: Sí.

2do: ¿Tú sí vas para Aguascalientes de vez en cuando?

AM: Sí.

2do: Allí vive una hermana de él, en Aguascalientes.

AM: Oh, okay. A ver y cuando estaba en los campos, ¿hubo ocasiones cuando hubiera trabajadores que no fueran braceros, como trabajadores que no…?

JA: No, puro bracero.

AM: Puro bracero.

JA: Sí, en los campos nos metían, porque ahí pos eran campos, automáticamente tenían que haber. Sí había ilegales, pero los tenían en otra casa, en otra parte, no los tenían junto con los braceros.

AM: Okay.

JA: Trabajamos juntos con ellos, pero no vivíamos en el mismo campo.

AM: Ah, okay.

JA: Y ya le digo, pues todo el tiempo ha habido aquí. Desde que yo me acuerdo, todo el tiempo ha habido ilegales.

AM: Sí, ¿alguna vez fueron como autoridades mexicanas a mirar las condiciones de trabajo?

JA: Sí.

AM: ¿Sí?

JA: Sí iban. Había representantes del consulado mexicano, iban a ver. “¿Cómo los tratan?, ¿cómo están?, ¿cómo, cómo están?, ¿no les deben dinero?”. Siempre cuidando de la gente.

AM: Oh, okay.

JA: Sí, sí, sí había.

AM: Entonces se sentía que los…

JA: Apoyaban, sí.

AM: Apoyaban, sí.

JA: Sí, sí sentíamos que sí.

AM: Qué bueno.

JA: Por lo menos yo estuve, nunca tuve problemas con eso. Siempre había gente que iba a visitarlo a uno ahí.

AM: Okay. Y cuando estaba acá, ¿se comunicaba con su familia en México?

JA: Por carta.

AM: Por carta.

JA: Solamente. Sí, no había en ese tiempo, no había teléfono, no había.

2do: Otra manera nomás…

JA: No, el único es la carta, la mandaba uno y a los quince días le regresaban la carta y otra vez, así se la llevaba uno.

AM: ¿Entonces sí se comunicaba seguido?

JA: Sí.

AM: Como cada quince días.

JA: No, pos claro yo luego luego que llegué aquí, otro día luego luego le hice una carta: “Mire, me tocó en tal parte, me tocó hacer esto, me tocó”. Ya me contestó mi apá, que fue el que me contestó, dijo: “Pos yo conozco ahí”. Pero él estuvo aquí en 1930 y él aquí anduvo. Él estuvo trabajando en el traque aquí en Wilmington. Pero iban a los bailes, a las fiestas en Anaheim, por eso conocía él ahí, dijo: “Yo conozco ahí”, dijo.

2do: Pero en aquel tiempo no era bracero.

JA: No, él taba, él taba legal desde en ese tiempo y dijo que pagó $0.03 centavos en El Paso, Texas pa cruzar la línea.

2do: ¿Se pagaba?

JA: Tres centavos o siete.

2do: Tres.

AM: Sí.

2do: Tres centavos.

AM: A ver, ¿cuántos días a la semana trabajaba cuando…?

JA: Mire, todos los que se ofrecían, muchacha. Si los siete días nos ocupaban, en Texas yo trabajaba todos los días.

2do: De regador.

JA: Sábados y domingos yo traba[jaba]… no, en Texas.

2do: Oh, en Texas.

JA: Las vacas, dándole de comer a las vacas y a las gallinas y a los cochinos. Pero me daban el domingo, trabajaba nomás medio día y ya puedes ir a tal parte. Porque ahí el compromiso del patrón que se echó conmigo, el que me ofreció, él me iba a dar $10 pesos diarios, pero todos los días tenía yo que trabajar.

AM: Okay.

JA: Dijo: “Y puedes piscar algodón”. A medio día, trabajaba tres horas en la mañana, empezaba a las siete, a las diez acababa y empezaba otra vez a las tres y media a darle de comer a los animales. Tenía cuatro, cinco horas pa no estar ahí deoquis, me iba a piscar algodón, cuando había algodón y cuando no, pos…

AM: ¿Con otro patrón?

JA: Con el mismo.

AM: Con el mismo.

JA: El mismo. Me pagaba a separado ese dinero.

AM: Ah, okay, sí. A ver, ¿alguna vez tuvo problemas con el trabajo?

JA: No.

AM: Siempre todo estuvo ordenado.

JA: Todo, allá en Texas y en Arizona. Donde tuve problemas poquito, fue aquí en Stockton, California. Ahí sí tuve un poquito de problemas ya cuando nos terminaron.

AM: Oh, ¿qué le pasó?

JA: Porque ahí piscábamos, andábanos piscando espárrago, cortando y ahí la tierra se quema, son islas. Sí, ahí la gente que fumaba o que no la querían ahí, no la ocupaban pa trabajar y allí se me quemó a mí un pie. Pisé, no mira uno qué hay, se me jue hasta por aquí así y se me jue el pie. Fui a dar al hospital y ya cuando salimos, cuando terminamos, a mí ya ahí me, ya nos dijeron: “Ya aquí se acabó el trabajo, se van a ir ya pa La Asociación. No sabemos si les den pa otro lado trabajo o ya los manden pa México”. Y ahí en esa parte íbamos hermano mío y yo, tábamos trabajando ahí y a él le cobraron el borde sin estar yo allí, sin estar yo allí en ese. En el hospital, en el hospital me daban la comida.

AM: Sí.

JA: Y había un contrato que cuando uno no pudiera trabajar por enfermedad o algo, no tenía uno que pagar lonche. O sea la compañía se lo pagaba y este hombre…

2do: El mayordomo.

JA: El contratista, el que tiene el campo de borde le cobró a mi hermano, le quitó del cheque y hasta me acuerdo cómo se llama, el nombre. Quizá ya se murió, sabrá Dios, se llamaba José García, ése se robó.

2do: O sea que le cobraron la comida y no deberían, porque él estaba en el hospital.

JA: De una semana.

AM: Exactamente.

JA: Sí.

2do: Y se la cobró al hermano y no debería.

JA: Y me acuerdo cómo se llama la compañía también.

AM: ¿Cómo?

JA: Se llamaba Nutting Company.

2do: Uh, tiene una memoria.

JA: Nutting…

AM: Sí.

JA: Una ene, una u, doble te, una i, ene, ge [NUTTING].

AM: Okay.

JA: Nutting, Nutting Company. Ése me robó, esos, nos robó esos centavos. Y todavía nos debe, si ya se fue pos ahí se los perdonaré, pero…

AM: (risas) ¿Qué hacía cuando no trabajaba?, ¿qué tipo de cosas hacía?

JA: ¿Aquí?

AM: Sí.

2do: ¿Qué actividades hacías?

JA: Mire, caminar; salíamos a caminar por el… o nos poníamos a veces a jugar con quién, los compañeros. No dinero, a mí nunca me gustó jugar dinero. Nos poníamos con quién pa jugar, pa divertirnos ahí, dominó, pero casi nomás salíamos a caminar, andar por ahí nomás. Pos el campo taba grande, los campos.

AM: Sí.

JA: No había casas, no había nada, salíamos a caminar, nomás a andar pa hacer tiempo nomás, pero no. También los domingos íbamos al cine. En ese tiempo había cines en español, mucho aquí. Onde quiera que estaba uno, ahí en Anaheim había uno, onde quiera iba uno al cine en la tarde.

AM: ¿Las películas eran en español?

JA: En español, sí. Todavía me acuerdo de las películas que miraba.

2do: Quinto Patio.

JA: Sí, no, se llamaba… sí, Quinto Patio; era una de ellas y la otra se llamaba Calabacitas Tiernas.

JA: Con Rosa Quintana, con… Pues ya me queda el otro, Luis Aguilar. Pero Rosita Quintana, sí era Calabacitas Tiernas y así, muchas películas que miramos.

AM: ¿Celebraban fiestas en los campos como Navidad?

JA: Sí.

AM: ¿Semana Santa?

JA: Sí, sí las celebraban aquí en Anaheim, allá en Texas no.

AM: ¿No?

JA: Ahí no. Ahí no festejaba nadie. Uno solo se festejaba, porque en ese tiempo ni tomar, pos no, no tomaba. A veces le decían: “El que sea día de su santo, para hacerle un pastelito”. ¿Pastelito?, así se lo dan, lo ponían en un platito y: “Ahí tá tu”… Según los años que tenga le ponen las velitas ahí. “Sóplale”. Pos ahí también lo apagaba uno y ya le aplaudían y ya, ahí se acaba la fiesta.

2do: Ahí se acababa la fiesta.

JA: Sí, jugábanos béisbol mucho. Sí, teníamos ahí, había atrás del campo un campo para béisbol. Ahí jugábanos todo el de aparte. Había cancha de box para la gente que le gustaba el box, ahí había también. Había para fútbol. No, si aquí está bien, Anaheim. Aquí en Anaheim estaba muy bien, en Arizona no.

AM: ¿Por qué no en Arizona?

JA: Pos sabía ahí por qué no, ahí no, el calor no lo dejaba a uno.

AM: Sí.

JA: No, no.

AM: Mejor uno se acostaba ahí.

JA: No, no, no. Pero el aire acondicionado ahí no los conocimos nosotros, en Arizona.

AM: A ver, entonces cuándo usted regresó por fin a México en el [19]58, ¿verdad?

JA: Sí.

AM: ¿Se casó?

JA: Sí.

AM: Duró hasta el [19]62.

JA: Hasta el [19]62. Empecé a arreglar mis documentos legales ya entrando el [19]60.

2do: El [19]61.

JA: El [19]61, mediados de, porque yo arreglé el día 9 de mayo de 1962.

AM: ¿Fue difícil o cómo fue?

JA: Facilito así.

AM: Sí. ¿Qué le pedían?

JA: ¿Qué me pidieron? Se me cayó la puerta, le voy a platicar otra cosa. Yo compré una carta, fíjese. El patrón arreglándome y no quise, a veces llega uno, se pasa uno de tonto. Me jui pa México, ya allá y ya cuando estaba allá se me ocurrió arreglar. Empezamos a tener problemas ahí en el rancho con nosotros porque mi apá, pos se echó de enemigo a un cacique.

2do: Al presidente de la ciudad.

JA: Porque nos robó un terreno a nosotros. Nos cortó un potrero que teníamos para ganado, pos la mitad se lo robaron. Entonces mi papá se puso en mal, lo puso en mal, me dijo, con la presidente de la república y lo sacaron del hueso y después fueron a matarlo. Lo balacearon, nomás que no, suerte que no le atinaron y entonces empezamos a tratar mejor de, para evitar, empezamos a venirnos. Entonces nos venimos a Juárez y en Juárez ahí teníamos un amigo nosotros, dijo: “Mira, esta notaria arregla por $200 dólares, arregla todos los, ella consigue las cartas, ella consigue todo y uno nomás le da $200 dólares”. Y no, pos estábamos ahí y nos fuimos. Y cuando ya me tocó la cita, a los dos meses me hablaron y jui a la cita con el cónsul y ya me dijo el cónsul, el vicecónsul me tocó ese día, dijo: “Te voy a decir una cosa, tu carta es mala”. “¿Cómo que es mala?”. “Sí”, dijo, “la cancelaron, tá cancelada. Sí es buena, pero la cancelaron”. “Y, ¿ora?”, me quedé yo pos triste, poco, pos ya había yo gastado dinero y todo y no tenía otra cosa, era prestado todo.

AM: Sí.

JA: Y ya me dijo: “¿Nunca fuiste bracero?”. Le dije: “Sí, sí fui”. Dijo: “¿Te acuerdas dónde estuvites? ¿Pudieras conseguir una carta? Pa darte una chanza, seis meses, pa que la consigas en seis meses”. Le dije: “Pos cosa que le agradezco, señor cónsul”, le dije, “porque en verdad yo sí necesito arreglar”. Pos ya saqué la cartera así, empecé a buscar que un ratito, le dije: “Se me hace que yo traigo una tarjeta del patrón que tuve yo en Texas”. Empecé a sacar así poquito y se quedó viendo el cónsul así, dijo: “Ahí traes una tarjeta de un patrón”. Le dije: “Sí, y es ésta”. Ya la agarró, la miró, dijo: “Pos aquí trae su teléfono”. Le dije: “Y él me quería arreglar y yo no quise”. Agarró el teléfono y empezó a marcar. No, pos luego luego contestaron, contestó la esposa, dijo: “Pos estoy hablando para esto, aquí está un señor, un muchacho queriendo arreglar sus documentos legales para vivir en Estados Unidos y encontramos esta tarjeta, este número de teléfono y queremos saber si puedes ayudarlo”. Dijo: “Sí”.

2do: Con la carta de trabajo.

JA: “Con la carta de trabajo”. “Sí, cómo no”, dijo, “lo que necesite, si necesita dinero también pa mandarle”. Me ofrecieron luego luego todo. Dijo: “Pues te va a ayudar este patrón”. Le dije: “Pos qué bueno”. Ya dijo: “Mira, espérate aquí un minuto, voy adentro”. Dijo, “Ahorita te van a mandar la carta ellos por fax”. Yo no sé cómo le hicieron, como en quince, no pasó ni quince minutos cuando dijo: “Ya está aquí la carta, mira”. Y ya la miró, me empezó a selle y selle papeles… y firmó y firmó. “Me paga $25 dólares ahí a la ventanilla y cruza a la hora que queras para Estados Unidos, tienes sesenta días para entrar el día que quera”. Le dije: “¿Cuál sesenta días? Ahorita saliendo me voy”. Agarré mis documentos, los metí en el brazo y ya llegué a la oficina de allí donde yo vivía, saqué mis trapos, eché la bolsa y… Me jui, agarré mis papeles, fui a entregar la línea: “¿Cuándo arreglar?”. Le dije: “Ora, este día”, le dije, “tan pronto me voy a Dallas”, le dije: “No, ahí después los veo”. Crucé la línea y me jui a un pueblo que se llama Pecos, Texas.

AM: Pecos.

JA: Ahí tenía yo conocidos.

AM: Y qué, ¿qué hizo ahí?

JA: Y allí, ahí sí nos salió poquito mal la cosa. Taba yo trabajando y pos llegué de un jalón, no tenía dinero y todos iban al pueblo allá a Pecos. Tábanos en un rancho y allí el campo estaba, eran tres mayordomos los que había allí. Taba una casa allá y otra más pa allá, taban casi juntas las tres casas, pero una taba al otro lado de un canal y las otras dos taban en otro lado. Y entonces en eso miré un viejito, que está un viejillo, señor ya mayor, como de sesenta y dos años, sesenta. Ya se vino a platicar: “¿Qué pasó, no fue?”. “No”, le dije, “no fui, no tengo dinero yo, todavía no me pagan”.

JA: Ya empezó a platicar, dijo: “Hombre”, dijo, “traigo ganas de una cerveza”, y ahí en la carretera caminaba uno como una milla y había una marquetita chiquita ahí. Dijo: “Vamos por una cerveza allí”. “Pos vamos”. Andábamos nosotros caminando, me acuerdo, compró cuatro.

2do: Cervezas.

JA: Cuatro cervezas de ésas de…

2do: ¿Caguamas?

JA: Caguamas, que les dice uno. Ya nos fuimos, taba el calor muy caliente ahí, también acá en Texas. Cuando taba ya queriendo oscurecer, cuando miré yo un carro que iba con, ya con las luces ya prendidas y llegamos y llegamos al, ahí nos hicimos a un lado para ver quién era, dije: “No sean alguien que quera venir a golpearnos”. No, era la esposa de uno de los mayordomos, nueva la mujer. Me acuerdo que llevaba una niña por ahí como de unos… Tendría unos, cerca de un año. Y entonces y el amigo resulta, de que este amigo era brujo, según él.

2do: El viejecito.

JA: El viejito que se quedó allí.

2do: En el campo.

JA: Y la muchacha, la mujer era la mujer del mayordomo. El mayordomo ya de unos cuarenta y cinco años y la muchacha de unos veintiuno, veintidós años, muy bonita la señora. Y ya llegó con él y ellos ya se conocían, eran de Chihuahua los dos, se conocían ellos bien.

2do: El viejecito.

JA: El viejecito y…

2do: Y la…

AM: La esposa.

2do: Esposa del patrón.

JA: Y la esposa. Entonces ya dijo la muchacha, dijo: “Oye, ¿por qué no vas y me haces algo?”. Dijo: “Fíjate que estoy batallando mucho con mi esposo”, dijo, “no lo puedo sacar de allá de Pecos, de las cantinas”, dijo, “y no me hace caso y no”. Y como los brujos, te digo, son curiosos, dijo: “Yo te lo hago que te lo desaparezcan de allí”. “No, pos ándale pues, vamos”.

2do: Hizo como algún trabajo de brujería.

JA: Sí, algo así.

2do: Una limpia.

JA: Él hizo, dijo: “Vamos, vente vamos”. Le dije: “No, vete tú solo”. “Vamos”. Pos se metieron la esposa y el señor que la hacía de brujo, se metieron a un cuarto allá a una recámara y yo ahí me quedé y la señora me sacó una cerveza de las, ya sabía que tenían ellos y me la dio: “Tómatela ahí la cerveza mientras”. Pos se hicieron las nueve de la noche y se dieron las diez y yo, honradamente yo ya tenía miedo porque yo conocía al mayor que era muy caramba. Y luego ya que estábamos ahí en eso, me paré yo y me asomé y iban a ser las once y ya le… Miré una luz que venía por la carretera de tierra, le toqué pronto al ahí, le dije: “Alguien viene por la carretera de tierra, viene un vehículo y viene muy recio”. Y luego dijo la muchacha, dijo: “Ah, es mi marido”. Pos cómo que… “Pélense por la ventana y váyanse al canal”. Y el canal estaba tapado de una hierba que se llama zacate Jonson como de unos dos metros. Y ahí nos metimos y ahí vamos por todo el canal y: “Váyanse, pero como puedan se van”. No, pues ya nos fuimos y empezó él irse por la orilla del canal, todo, tantillo que le digo a la mujer: “¿Había gente aquí?”. “No, no había”. “Sí, cómo carajo, si yo alcancé a ver a alguien que salió de aquí y salió por la ventana”. No, ahí vamos por todo el [canal] y nosotros entre el zacatal y luego en ratitos no podía pasar porque se atravesaba otro canal chiquillo y entonces tenía que dar vuelta en la camioneta, entonces nosotros nos íbamos pa otro lado.

AM: Sí.

JA: Pero nos iban…

2do: Iban con fines de matarlos.

JA: Nos llevaba, sí nos quería matar.

AM: Sí.

JA: Y luego ya llegamos al, una parte y luego al rato oíamos balazos que traía con una escopeta por allá entre los árboles. Y ya después ahí vamos, toda la noche caminamos con fin de irnos de ahí del campo. Y ya llegamos, sabíamos ahí que para El Paso había un, ahí en la marquetita donde habíamos ido. Ahí mismo pasaba el bus y paraba y levantaba un que otro pasajero por ahí de vez en cuando. Llegando nosotros así, como a las cinco de la mañana todos llenos de lodo y todos remojados y todos sin dormir ni un ratito. Y llegamos ahí, cuando miramos el bus que llegó y dio el _____(?) y empezamos a gritar y nos miró el chofer y se paró: “¿Pa dónde van?”. “Pa El Paso”. Pos ya nos subimos y nos venimos. Y llegando a El Paso, Texas. Ya estaba el reporte ahí, a la terminal. Y entonces ya luego luego nos pararon: “¿Quiénes son?”. “Fulano y fulano”. “Sí, nosotros somos”. Dijo: “Tienen orden de arresto”. “¿De qué se nos acusa?”, le dije yo al polecía. Dijo: “No, pos que se vinieron huyendo porque asustaron a una mujer”. Le dije: “No”. Entonces cortaron al señor que era brujo pa allá y a mí para… y otro dijo: “De todos modos aquí los vamos a detener. No los vamos a meter a la cárcel, pero aquí los vamos a tener detenidos aquí. No van a poder irse de aquí”. No, pues ya, siempre ahí estuvimos dos días, tres días, como tres días. Y luego llegó un día el de La Migración, dijo: “¿Qué pasó? A ustedes que les quítemos los documentos”, dijo, “pero no se los voy a quitar, son de ustedes y hasta que no prueben ellos que asustaron a esa mujer, que haiga testigo, no puede; no porque el hombre diga”. Entonces el brujo le dijo cuál era el problema. Dijo: “Váyanse”. Inmediatamente agarré yo y me crucé pa México y me fui pa mi casa pa allá, dije: “No, ya no voy para allá”. Ya me jui para allá y el señor, el otro, ganó pa su tierra y cada cual ganamos ahí. Nos apartamos y yo gané pa allá, pa Zacatecas y luego de allá me vine acá por el Pacífico, acá por Hermosillo, por acá este lado.

2do: Para Tijuana.

JA: Pa Tijuana. Y entré por aquí y me vine aquí y aquí estoy todavía. Ya hice una historia poquito larga, pero fue la verdad.

AM: ¿De Tijuana a dónde fue?

JA: A Santa Ana.

AM: A Santa Ana. Y, ¿ahí se quedó?

JA: Y ahí en Santa Ana ya le hablé a un amigo que viniera por mí, que fuera por mí. Fue y me trajo ahí a una casa de un señor conocido que ya desde que estaba yo de bracero ya lo conocía yo y le ayudaba a trabajar a él.

2do: Todo eso ya fue en Anaheim.

JA: Sí, ya fue en Anaheim, (tos) ya le digo. Y todavía estoy ahí en Anaheim.

AM: Sí. ¿Había comunidad mexicana ahí?

JA: Poquitos.

AM: Poquitos.

2do: Muy poquitos.

JA: Poquitos. Ahí en ese barrio donde estamos ahorita nosotros, no había más de dos personas de raza mexicana, mexicanos no había. Y uno de ellos, el que vio, era de Zacatecas, pos los otros también eran.

2do: Los dos también eran.

JA: Lupe Carrillo, se llamaba Plácido Beina, él.

2do: Lupe Carrillo y los Guerrero, José Guerrero.

JA: No, yo a José Guerrero no los vi, nomás a Lupe Carrillo ahí.

AM: ¿Se hizo ciudadano?

JA: Soy ciudadano ya.

AM: ¿Sí? ¿En qué año?

JA: El [19]97, [19]98.

AM: Recientemente, ¿verdad?

JA: Recientemente, sí.

AM: ¿Entonces vivió como residente por muchos años?

JA: Del [19]62 al [19]97.

AM: Como veinticinco años más o menos.

JA: Será más, ¿no?

2do: [Mil novecientos] setenta y dos, ochenta y dos.

JA: [Mil novecientos] noventa y dos. Treinta y tantos años.

2do: Sí, como treinta y…

AM: Treinta y cinco.

JA: Treinta y cinco años.

2do: Más o menos.

JA: Ya le digo, me tocó suerte que no me quitaron la ciudadanía mexicana. Hubo esa ley en ese tiempo.

2do: La de las dos ciudadanías.

JA: Y dijo: “Tienes las dos ciudadanías, a ti, no la perdiste”.

AM: Y, ¿en qué empezó a trabajar ya cuando se movió a Santa Ana y se quedó ahí?

2do: Cuando te viniste.

JA: Caí a trabajar al mismo empaque de naranjas donde yo trabajaba cuando trabajaba de bracero.

AM: Sí, en lo mismo.

JA: Pero…

2do: En la misma compañía.

JA: Pero ya en el empaque.

JA: El mayordomo general lo conocíamos bien, dijo: “Ya ustedes están legales, tú y tu hermano. Él se va a agarrar una troca y tú te vas a ir al empaque a trabajar”. Y ya $1.55 la hora, con quebrada y limpio ahí en el empaque. Ahí no había, ahí trabajé como para año y medio en el empaque y luego se nos pararon y luego me fui a construcción. En construcción trabajé veintitrés años. Empecé a ganar $3.17 la hora en construcción y la última vez, el último trabajo que hice a $17 dólares la hora, eso ganábamos. Plantando árboles, palmas y adornos, plantas, todo lo que es landscaping. Trabajé doce años con, para esa compañía.

AM: ¿La misma compañía?

JA: La misma.

AM: ¿Cómo se llamaba, no se acuerda?

JA: Se llamaba Builders.

AM: Okay. Y, ¿en eso ha estado?

JA: Y en el cemento trabajé otros doce años echando cemento, haciendo fincas como éstas; pisos de estos, todo hacíamos, cemento, palero de cemento. En eso trabajé doce años también y ya me retiraron. Tuve un accidente en carro, ya me dijo el doctor: “Retírate ya, al caramba, ya”. Y me retiré.

AM: ¿Cuántos años tenía?

JA: Me pararon, o sea que el [19]93.

AM: Okay. So, si puede hacer un resumen de sus años como bracero, ¿usted diría que fue positivo o negativo?

JA: Positivo.

AM: Positivo.

JA: Positivo, sí. Y muchas veces uno lo hace malo, lo hace positivo. Yo todo el tiempo he tenido, pensando positivo, nunca me gusta lo negativo. Aunque me salga mal, yo pienso bien y me ha ido bien en eso. Los trabajos cuando yo entré, pos yo no hablaba inglés. En construcción, entonces me hinco, ya vi cómo le hago y cómo le hago aquí, pos que esto, que lo otro. Me acuerdo que una vez me pidieron un plywood, dije: “¿Qué será ese rotengud(?)? Y, ¿qué será ese rotengud(?)?”. Y luego miré los plywood. Pos agarré uno y me lo llevé. Dije: “Bueno, ya por lo menos ya supe qué es plywood”, pero esa palabra se me hacía, pues que rotengud(?) Ya le empecé y me dijeron: “Están pidiendo”, y ya empecé a saber, ya empecé a aprender.

2do: Andabas muy mal con tu inglés.

JA: Pero ya después me tocó trabajar en el Caesar’s Palace de Las Vegas.

AM: Oh, okay.

JA: Trabajos grandes.

2do: ¿Puedo coger poquita agua?

AM: Sí. ¿En Las Vegas?

JA: Sí, en Las Vegas, en el Caesar’s Palace trabajé ahí mucho tiempo en landscaping también, plantando palmas.

JA: Y en muchos trabajos, freeway también trabajé y cosa que estaba en ese tiempo, en el recibo que le daba uno a la unión le ponían non-citizen y no le daban…

2do: Que no es ciudadano.

JA: Que no es ciudadano, le ponían ahí.

AM: Sí.

JA: Y no podía uno trabajar en los freeways ni nada.

AM: Oh, ¿de veras?

JA: Pero yo pedí trabajo y me dieron. Después me echaron la ley encima y jui y: “¿Quién te dio trabajo aquí?”. “Pos yo pedí trabajo. ¿Qué hay una ley que no, que impida no buscar uno trabajo?”. “No, no hay. Pero tú no debes trabajar aquí”. “Me dieron trabajo”. Era una compañía de japoneses, me acuerdo cómo se llama la compañía todavía, Kawaibros(?).

AM: ¿Ésa era la compañía que estaba…?

JA: Ésa era.

AM: Construyendo los freeways.

JA: Hace freeways, landscape en los freeways. Y pos aprendí y todo el tiempo, nunca me gustaba que me corrieran antes de tres días de los trabajos. Trataba de quedarme a lo más que podía ir, pero nunca antes de los tres días. Ya después, como le digo, trabajos muy grandes, responsables, de responsabilidad y yo los hacía. O sea que nunca puse, dije: “Aquí le hago la lucha, que no quede por falta de lucha lo que voy a hacer”. Y me ha resultado, me ha dado beneficio todo eso. Tá como los braceros, los braceros toy terco que nos paguen y nos van a pagar.

2do: Primeramente Dios.

JA: Sí, ya le digo, ya tengo mi recibo para cobrar.

AM: Oh, ¿sí?

JA: Aprobado por el Gobierno, ya nomás falta que me paguen. Pero sí me van a pagar, nunca he dicho que no nos van a pagar.

AM: ¿Algún comentario final que quiera compartir?

JA: Pos el comentario final que tengo que hacer es el que a ver si alguien nos escucha y se, pos ya nos da poquito más. Nos puede escuchar pos que ya nos den nuestro dinero. Que es mucho lo que nos han…

2do: Que no es justo.

JA: Que no es justo que nos den tanto atole con el dedo.

AM: Sí.

JA: Ya le digo. Y esa palabra no a malentendido. Un periódico hace poco me entrevistó en Santa Ana y me dicen que qué es atole con el dedo. Ahí nomás engañar, engaños.

2do: Pos engañar, engañar.

JA: Y hasta traigo aquí el reporte del periódico si gusta verlo.

2do: No ya no, porque ella…

JA: No, pos si ella puede.

2do: Tiene que tener límite también…

JA: Sí, bueno, okay.

2do: De sus entrevistas.

JA: No, pos ella es la que tiene, que me diga y ahí se haga.

AM: Pero si lo trajo, ya lo, ¿le hicieron copias allá adentro?

2do: No.

AM: Okay pues, le podemos hacer copia porque también eso es importante.

2do: Bueno.

AM: Sí.

JA: Ahí lo puede leer, a ver si no, no me haigan puesto Ayala también, cómo no.

AM: Okay sí, al rato le llevamos esto cuando regresemos, lo llevamos…

JA: Sí.

AM: Para que le hagan copia.

JA: Tenemos en inglés también, nos han hecho reportajes. Hemos tenido suerte.

2do: Tenemos muchos reportes.

AM: Sí.

JA: Sí.

AM: Buena publicidad, ¿verdad?

2do: Ha ido el Canal 22 tres veces a la casa a entrevistarnos.

JA: [Canal] 52 más, también.

2do: Del canal 52, periódicos, el Rochester.

JA: De éste otro, el Univisión también ha ido.

2do: La Opinión y nos han hecho muchas entrevistas.

JA: Para un radio nacional de Santa Bárbara, una periodista también nos entrevistó para esto mismo. Ellos lo tienen por todo Estados Unidos, parece que quizá mundial.

2do: Pero eso es por radio.

JA: Es por radio.

AM: Radiofusora.

JA: Todo nos sirve, todo nos ayuda. Ya le digo, entonces esto se lo lleva allá.

2do: Guárdalo, guárdalo ahí.

AM: Sí.

JA: O, ¿lo guardo yo?

AM: Ah, guárdelo usted ahorita.

JA: Okay.

AM: Y luego, cuando regresemos le hacemos copia.

JA: Okay. Nomás que me lo traigo en esta chamarra, aquí lo eché y me acordé de él.

AM: Okay, pues muchas gracias.

JA: Pos gracias también a usted muchacha.

AM: Por compartir su historia.

JA: Pues sí.

AM: Que es muy importante.

JA: Pues sí, ésa fue la historia de mi vida de bracero.

2do: Que hasta el burro salió ahí.

JA: (risas) Oiga, ¿no le puso burro o sí?

2do: No, no.

JA: No, no.

2do: Escribe lo más importante.

JA: Ah okay, tá bien.

AM: Sí, no escribí nada del burro. (risas)

JA: Lo que crea usted que…Oh, ya me quiere saludar, bueno, gracias también a usted.

AM: Gracias.

JA: Sí.




Fin de la entrevista

Interviewer

Mota, Annabel

Interviewee

Acevedo Pérez, José Ezequiel

Location

Los Angeles, California

Time Summary

[Mins 0:00-3:00; Early Life and Family] Jose Esequiel was born on April 3, 1934 on a ranch in Jerez, Zacatecas, Mexico. He was the oldest of twelve siblings, eight boys and four girls. His family farmed animals and grew such crops as corn, garbanzos, and potatoes. He started working when he was eleven or twelve years old and attended school six months out of the year. Almost all of his siblings attended school straight through to the doctorate level. Today about half of his siblings live in the U.S. and the other half live in Mexico.

[Mins 3:00-3:50; Early Work Life] Although he started working full time at age eleven, Jose remembers helping his father plant seeds on the farm at age six. His mother cared for the household, cooked, washed clothing, and cared for the cows.

[Mins 3:51-5:48; Becoming a Bracero and Processing] Jose’s father worked as a bracero six times before Jose did. Jose had a friend get the proper documentation for him to become a bracero when he was seventeen years old. He tells the story of his interview at the processing center and how one of his friends was turned down from the program, leaving Jose alone and without money.

[Mins 5:49-7:27; Bracero Life] Contracted braceros paid to be transported to Sonora, Mexico. They then crossed the U.S.-Mexico border and were then given food and transport to their work destinations. Jose first picked oranges for six months under different contracts in California. He says he had great luck and worked for a good boss, at a good company, on a clean farm with good food to eat. He was paid six and a half cents for every box of oranges he picked. In a six or seven hour work day he could pick 80 to 100 boxes.

[Mins 7:28-9:00; Father’s Bracero Experience] Jose’s father’s first bracero contract was in 1943, when he worked on railroad tracks in New Mexico. In 1945, his father was contracted to do more railroad work in Loraine, Texas. When Jose’s father returned to Mexico from the U.S., he explained to Jose the living and working conditions of the bracero program.

[Mins 9:01-12:40; Bracero Living Conditions] Outside temperatures were sometimes extreme, reaching as high as 120 degrees Fahrenheit. As the walls of the barracks Jose lived in were laminated, the sleeping quarters felt as hot as 130 degrees Fahrenheit. Braceros were responsible for preparing their own food. Jose offers anecdotes about how he used to cook and eat with his friends. Many of the braceros were older than he was.

[Mins 12:40-13:55; Post-Bracero Life] After Jose completed his first contract at age seventeen, he spent three months in Mexico before returning to the United States. He continued getting work contracts until 1958, and married in 1959.

[Mins 13:56-19:25; Becoming a Bracero and Family Life] His father’s influence and money were the main reasons Jose became a bracero. He clarifies that this is not because he did not have enough money to live. His wife tells several anecdotes about their marriage. They moved to the United States in 1962 with proper documentation and have five children.

[Mins 19:26-23:52; Processing] Jose also worked in Arizona picking carrots, in Texas caring for cattle, and in Utah picking raspberries. Before his employment, he was processed in Irapuato, Guanajuato, Mexico. Jose arrived at the processing center at five o’clock in the morning and estimates that there were about twelve thousand people there. Processing took several days, so he rented a room to sleep in. Jose reiterates his interview and then explains his medical examination. Braceros were told to take off all of their clothes and were checked by nurses for things like heart function and hernias. Next, the braceros finalized their contracts and were given documentation to bring to Mexicali, Baja California Norte, Mexico where they would cross the U.S.-Mexico border to Calexico, California.

[Mins 23:52-26:02; Crossing the U.S.-Mexico Border] Mexicali, they were given lunch and the details of what their U.S.-Mexico border crossing would be like. The braceros were given twenty-eight pesos, which equaled about eight dollars, for transport fees. In California, they were fumigated and given another medical examination. When being assigned jobs, braceros were each asked about their work experience—Jose expressed that he had no experience picking oranges but was assigned to do so.

[Mins 26:03-27:47; California Living Conditions] Jose’s camp had capacity for 740 workers but about 200 were there. Everyone picked oranges and lemons. In the middle of the farm was an open space with several small buildings. Each building had about eight small rooms and each room housed three braceros. The buildings had very clean kitchens for the braceros to cook in. Braceros had access to a statue of the Virgin of Guadalupe. The whole farm was very orderly and clean.

[Mins 27:48-30:30; Arizona and Documentation] Each time Jose finished a contract and returned to Mexico, he had to go through processing again. Jose notes that subsequent processing trips were much easier since he already knew how the system worked. Next he worked in Arizona for a good boss and a good company. The noticeably higher heat in Arizona made work more difficult. There he worked with undocumented workers but did not live with them. Consulate representatives did come to the farms to check on the braceros’ living and working conditions. Jose felt supported by the consulate.

[Mins 30:31-31:40; Family Correspondence] Jose and his family communicated through letters. His father recalled some of those places Jose wrote to him about from when he had been an undocumented worker in Wilmington, California in 1930.

[Mins 31:41-32:58; Work Schedule] Although the work schedule was slightly different for each contract, Jose usually worked seven days a week. When he was picking cotton, he worked everyday from seven in the morning until nighttime, with a five and a half hour break in the middle of the day for lunch and rest. With cotton, work was not constant and schedules depended on how much cotton there was to be picked.

[Mins 32:59-35:15; Medical Problems] Jose said he encountered problems in Stockton, California. He had been cutting asparagus for Nutting Company and a field fire burned his foot. He went to the hospital and was told that his contract was finished, and that he would be taken to the association or would be sent back to Mexico. His brother had been working at the same camp at that time, and despite the guaranteed worker’s compensation in his contract, his brother’s paycheck was charged for Jose’s hospital board.

[Mins 35:16-38:25; Recreation and Leisure] Jose tried not to participate in any leisure activities that cost money, except for Sundays when the braceros would see Spanish movies. They would often go on walks, play baseball, play soccer, practice boxing, and play dominoes. In Arizona they did not spend as much time relaxing outside because of the intense heat. Besides in Texas, the braceros celebrated holidays and festivals.

[Mins 38:26-53:00; Post-Bracero Life] Jose talks at great length about his final move to the United States. The process of moving was fairly easy for him since he knew someone in Ciudad Juarez, Chihuahua, Mexico who could take care of all the paperwork for him. He explains the whole process of obtaining his legal documentation and how he crossed the U.S.-Mexico border at Pecos, Texas. He describes life in Pecos in the early 1960s, and how he had to go to Zacatecas, Hermosillo, and Tijuana, Mexico before crossing the U.S.-Mexico border at Santa Ana, California and settling in Los Angeles, California. He also has lived in Las Vegas, Nevada. He obtained dual U.S.-Mexican citizenship in 1997. He worked for Builder’s Construction Company in the U.S. for 23 years. He worked another twelve years in the cement business.

[Mins 53:01-End; Final Thoughts] Jose’s overall experience with the bracero program was a positive one. He said there were people who felt negatively but he always thought positively. He speaks about some of his work experiences in the U.S. post-bracero program. He has a receipt with which to redeem money owed him by the Mexican government [10% of bracero pay checks were withheld as a mandatory savings program and were said to be repaid after the program ended.] He has shared his story with a lot of television and radio shows, and in periodical publications.

File Name Identifier

Acevedo_Perez_LAS001

Citation

Mota, Annabel and Acevedo Pérez, José Ezequiel, “José Ezequiel Acevedo Pérez,” Bracero History Archive, accessed November 28, 2024, https://braceroarchive.org./items/show/257.