Jesús Rivera López

Title

Jesús Rivera López

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Jesús Rivera López was born on October 7, 1934, in Corrales, Juchitlán, Jalisco, México; he is the eldest of his five brothers; from 1942 to 1953 his father worked in the bracero program; in 1956, against his father’s wishes, he also enlisted in the program; he labored primarily in the fields of California picking a variety of fruits and vegetables until 1963; later, in 1970, he moved to Los Angeles, California.

Summary of Interview: Mr. Rivera talks about his father who became a permanent resident of the United States in the early 1900s and was repatriated during the massive deportations of the 1930s; in 1942, his father returned to the United States as a bracero and stayed with the program until 1953; as the eldest son, Jesús was left to care for his family while his father was away; in 1956, against his father’s wishes, he went to Empalme, Sonora, México, to enlist as a bracero; he describes the difficulties of surviving while waiting as well as the rudeness of the exams; from there he was transported in an already full cargo train to Mexicali, Baja California, México, and he had to stand for the entire trip, which was more than twelve hours; in El Centro, California, he was medically examined again and fumigated; he goes on to detail the various worksites, living conditions, housing provisions, duties, daily routines, payments, and contract renewals; more specifically, he discusses how incredibly grueling it was to stay hunched over all day and not being allowed to stand; by the end of the day he could no longer sit or lay down; moreover, he explains that when he packed tomatoes in Patterson, California, each box weighed forty-five pounds, each truck held eight hundred and sixty boxes, and he had to pack three to four trucks a day, in an eight hour span, all the while the trucks continued moving; he encountered a similar situation in Blythe, California, when packing boxes of alfalfa that weighed seventy-five to eighty pounds; despite his difficulties, he was able to save some money and help his family.

Creator

Guerrero, Perla
Rivera López, Jesús

Date

2006-05-13

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Jesús Rivera López

creator (Spanish)

Guerrero, Perla

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini DIsc

Duration

56:29

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: Jesús Rivera López
Fecha de la entrevista: 13 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Perla Guerrero

Ésta es una entrevista con el señor Jesús Rivera López en Los Ángeles, California el día 13 de mayo del año 2006.

PG: Si me hace favor de decirme su nombre de vuelta y en dónde nació y en qué año.

JR: Mi nombre es el señor Jesús Rivera López, nacido en el poblado de Corrales, municipio de Juchitlán, estado de Jalisco, nacido el día 7 de octubre de 1934.

PG: Muy bien. ¿Me podría contar un poquito sobre su familia en México, hermanos, cuántos de familia?

JR: Ah, sí este, somos en total seis de familia, seis hermanos, de los cuales tres decidimos buscar la aventura de los braceros.

PG: Muy bien. ¿Fueron puros hombres?

JR: Puros, sí, puros hombres.

PG: Puros hombres.

JR: Sí, puros hombres.

PG: ¿Usted es el mayor?

JR: Yo soy el mayor de la familia.

PG: Es el mayor. ¿Qué es lo que hacían sus padres?

JR: Bueno, mi padre nació en el año 1900 según la acta de nacimiento. Entonces él emigró a Estados Unidos en 1930. Arregló su residencia permanente aquí en Estados Unidos pero por cuestiones de cambios en las leyes de este país, de Estados Unidos fue deportado sin haber hecho nada. Solamente en, pues hubo una deportación masiva.

PG: Sí, en los treintas.

JR: De personas con residencia permanente. Entonces él también se vio en la necesidad de emigrar otra vez como bracero en el año 1942.

PG: ¿Usted sabe cuánto tiempo había estado su padre aquí antes de que fue deportado?

JR: Ah, como dos años.

PG: Como dos años.

JR: Sí, dos años.

PG: ¿Su papá ya estaba casado con su mamá o era época de soltero todavía?

JR: No, yo creo que él era soltero, porque pos yo nací en el [19]34, así es de que yo creo que…

PG: Y usted es el mayor, sí.

JR: Sí, yo soy el mayor. Para esto, pos tuvo que venir como contratado o como bracero que yo me acuerde, de 1942 a 1953, que es la última fecha que yo recuerdo, después de haber perdido su residencia legal.

PG: Y, ¿cuánto tiempo duró él haciendo, viniendo así por temporadas, contratado?

JR: Que yo recuerde, cinco años.

PG: Cinco años.

JR: Sí. Fue la última vez que yo recuerdo, 1953 que él vino.

PG: Muy bien. Entonces, ¿cuál era su situación de su familia en México?

JR: Pos la situación era dedicarnos a la agricultura. Tan pronto como pudimos y en, en viéndonos en la necesidad de que él se vino aquí a Estados Unidos, pos entonces todos trabajamos de agricultores.

PG: ¿Tenían un pedacito de tierra que trabajaba la familia?

JR: Sí, sí, que yo recuerde sí, ya para esa época había lo que se llaman ejidos.

PG: Sí, un ejido.

JR: Ahí entonces trabajamos o fuimos ejidatarios, ¿verdad?

PG: Y, ¿usted logró ir a la escuela algún tiempo? Y, ¿cuántos años terminó?

JR: Solamente terminé el primer grado de primaria.

PG: Y luego, ¿por qué dejó de ir a la escuela?

JR: Porque yo era el sostén de la familia, ya que mi padre duraba un año, dos años aquí en Estados Unidos y o no le iba muy bien o no había dinero suficiente para, para la manutención de la familia. Entonces yo como era el mayor de la familia, yo tuve que ser el soporte de todos.

PG: Ah, muy bien.

JR: Ésa fue la razón.

PG: Y, ¿en qué empezó a…? ¿Cómo empezó a ayudar a su familia así de chico?

JR: Trabajando. Ya a los siete años de edad ya andaba trabajando yo.

PG: ¿En el ejido o haciendo otras cosas?

JR: No, de empleado con otras personas. Sí, no por mi cuenta. Por mi cuenta ya hasta los quince, dieciséis años empecé a trabajar por mí mismo, pero…

PG: Y, ¿qué fue lo que hizo cuando empezó a trabajar por sí mismo? ¿Qué era lo que hacía?

JR: Lo mismo, dedicarme a la agricultura. En los pedazos de tierra que mi padre había conseguido.

PG: Y, ¿por qué decidió venirse? Y, ¿cómo se enteró del programa de los braceros?

JR: Bueno, ya visto de que mi padre venía contratado, como se decía, en aquel tiempo, ¿verdad? De las contrataciones, pos entonces me entró la espinita de también querer venir, aunque mi padre nunca fue de acuerdo.

PG: Ah, okay.

JR: Pero visto yo, que hubiera preferido estudiar, me gustaba estudiar, ¿verdad?

PG: Sí.

JR: Entonces no tuve esa facilidad. Entonces decidí buscar la manera de, de buscar la oportunidad en los programas que había por ese entonces allá en el estado de Jalisco, de venir como bracero.

PG: ¿Cuáles fueron las razones que le dio su padre para que no se viniera? ¿Le dio alguna explicación?

JR: La experiencia que él había tenido ya aquí en este país, de cómo eran tratados, de cómo…

PG: ¿Cómo los trataban?

JR: De cómo los trataban.

PG: Digo, ¿los trataban mal?

JR: Bueno, hay cosas, digo, que mi manera muy personal de entender, ¿verdad? Había, era injusto lo que hacían con uno cuando decidía uno venir de bracero, ¿verdad? Porque una cosa es estar en buena salud y otra cosa es exponerse a humillaciones, a vejaciones, que realmente yo creo que no tenían nada que ver con ser un buen trabajador. En principio, ya una vez que llegaba uno al lugar de contrataciones, que para mí en mi caso fue Empalme, Sonora.

PG: Y, ¿cuándo decidió entrar al programa de braceros, en qué año?

JR: En 1956 decidí buscar la forma, porque no era fácil. Este, daban una cierta cantidad de números para ciertos poblados.

PG: Sí.

JR: Entonces el poblado donde yo vivía, que es el nombre Juchitlán, del estado de Jalisco, pues daban cierta cantidad para que esos números se rifaran y las personas que salían afortunadas, pos entonces podían participar en el dicho programa de braceros.

PG: Sí. Entonces, ¿cuál fue el proceso para poder participar en el programa? ¿Daban ciertos números de fichas?

JR: Sí, por ejemplo…

PG: ¿Necesitaba alguna otra cosa?

JR: No, solamente este, enlistarse uno, decían por allá. Hacían una lista y si le tocó a usted, pues entonces ya entregaban una lista con un representante para que se la presentara en el estado de Sonora, en Empalme y ahí sucesivamente, nombraban la lista y así comenzó la rutina de participar como bracero.

PG: ¿Tuvo usted que pagar algún, algo para enlistarse?

JR: Yo realmente no.

PG: No.

JR: Muchos sí lo hicieron. Pero pues, debido a las amistades que tenía uno entonces en los ayuntamientos, le daban la oportunidad a uno, no a todos. Otros pagaban. Yo no pagué. Mentiría si le digo que pagué algún día. Ahí por medio de la amistad, sin pagar conseguí hacer enlistado en los cuatro años que yo estuve viniendo aquí como bracero.

PG: Entonces después de que consiguió enlistarse le dieron un número. Y, ¿qué pasó después? ¿Le dieron el número ahí en…?

JR: Juchitlán.

PG: ¿Juchitlán?

JR: No, el número venía en la lista. Hacían una lista del uno al cincuenta, dependiendo del grupo que fuera. Entonces ya el número ya venía de allá y llegaba uno, llegaba el representante a Empalme, Sonora, entregaba la lista en la oficina y a esperar el turno que le tocara a uno para…

PG: ¿Entonces usted se tuvo que ir de su poblado a Sonora?

JR: Sí.

PG: Y, ¿cómo llegó ahí? ¿Usted pagó tren, camión?

JR: Mire, en esa época fue, yo le platico, la época en que yo vine, que fue el 1957. Para esto, pos conseguía uno el dinero que creía que era suficiente para llegar a Empalme, que fue donde a mí me tocó venir a la dicha contratación. Para esto, compré mi boleto por primera vez en Guadalajara. Yo vivo cercas de Guadalajara, entonces compré mi boleto y que ese boleto me serviría para que me transbordara el autobús a Empalme, lo cual no sucedió.

PG: ¿Qué pasó?

JR: Para esto, pos engañaban a la gente de una manera las líneas de autobuses. Simplemente nos dijeron: “No tenemos permiso para seguir más para adelante”. Total el trayecto fue de Guadalajara a una ciudad que se llama Escuinapa, del estado de Nayarit. Entonces ahí nos bajaron del autobús y ahí nos quedamos. La línea de autobuses decía que no tenía permiso para seguir más para adelante. Pues para esto, compramos otro boleto ya de esta ciudad a Empalme, Sonora, ¿verdad? Que pos, por cierto, ya una vez estando allí había que esperar el turno.

PG: ¿En Empalme?

JR: En Empalme.

PG: ¿Cuántos hombres cree usted que estaban ahí en Empalme esperando su turno?

JR: De diez mil para arriba.

PG: ¿Tantos?

JR: Sí, sí.

PG: Y, ¿dónde se hospedaban? ¿Qué comían?

JR: Bueno, la llegada de uno era como todos. Habiendo diez mil personas, era un campo abierto. No, era un pueblo chiquito y ahora es una ciudad grande Empalme, Sonora. Pero entonces por aquella época era un pueblo chiquito que no tenía hoteles, que no tenía, no había absolutamente nada, pura gente, pura gente de todos los estados del país. Entonces lo que hacía uno, ya llegándose la tarde, buscar algunas tablas o buscar algunas cajas de cartón para poderse acostar uno en el campo, pleno campo. Porque no hay árboles grandes, puro árbol chiquito y encima de eso, todavía en ese tiempo llegaba la Policía y le cobraba a uno un por dejarlo ahí, por no molestarlo, ¿verdad? Y como estaba Empalme, [es]tá en, cercas de la playa. Pues entonces mucha gente aprobaba, aprovechaba para acostarse en la playa. Pero en mi caso nunca tuve la oportunidad de decir: “Me voy a quedar en un hotel”.

PG: (risas) Sí.

JR: Todo el tiempo durmiendo en el campo, en el potrero, ¿verdad? Y pues debajo de un árbol o de una sombra, pero sin cama, sin nada.

PG: Y, ¿cuánto tiempo duró usted?

JR: La primer vez que estuve allí duré dos meses.

PG: Dos meses.

JR: Sí.

PG: Y tenía dinero para sostenerse de día, ¿no?

JR: No, realmente se acababa el dinero. Yo tuve la suerte de que antes de los dos meses conocí un señor, nunca supe a qué se dedicaba, quién era, pero le platiqué mi situación y entonces me dijo: “Vente aquí”. Ahí él tenía un restaurán chiquito a la orilla de la playa. Entonces puso unos asientos de un carro para que yo durmiera allí. Y ahí empezó a darme de comer él. Se me acababa el dinero, cuando yo conseguía dinero, que me mandaba mi padre dinero, alguien de mi familia, entonces yo le pagaba. Y así fue la primer vez que estuve yo allí en Empalme.

PG: Así le pasó, un momentito voy a checar. Entró la… No, sí está. Entonces, ¿cómo fue que después de dos meses…?

JR: Después de dos meses de estar allí nos tocó el turno ya, pero para esto…

PG: ¿Fue usted solo o fue acompañado por hermanos, amigos?

JR: No, solamente yo solo.

PG: ¿Solo?

JR: Sí, la primera ocasión solamente yo solo. Con conocidos del mismo pueblo, que era la lista donde veníamos de ese poblado, pero pues allí sólo nos juntábamos el día de la lista o todas las mañanas, para ver si nos tocaba. Todos los días estábamos a las, como si ahí dormíamos en el campo, ahí estábamos esperando a ver si ese día nos tocaba la lista y una vez que nos tocó ya estar ahí, pues este, había, para muchos hubo dificultades porque ya allí una vez que lo nombraban a uno, uno tenía que pasar a donde estaban dizque los médicos, ¿verdad? Entonces pos ahí ya era otra situación un poco más difícil, porque muchas personas este, de ahí los regresaban.

PG: ¿Por qué?

JR: Pues por la razón de que no pasaban según se dice los exámenes que, a los que los que era uno sometido, ¿verdad? Que pos eran unos exámenes este, un poco, pues un poco raros, ¿verdad? Porque pues para comenzar, lo desnudaban a uno, completamente desnudo.

PG: Todo.

JR: De alguna manera le decían… No sé si usted me entienda, cuando le dicen a uno: “Agáchate”. Entonces se tenía uno que agachar, le decían: “Ábrete las sentaderas con tus manos”. Y ellos hacían alguna clase de observación, digo yo. También este, con los dedos, los doctores, según los doctores, con los dedos abiertos le metían a uno los dedos en los testículos y yo creo que de esa manera, echaron de ver que muchas personas estaban con hernias o me supongo yo, ¿verdad?

PG: Sí.

JR: O alguna cosa. Pero los exámenes así fueron, de esa manera.

PG: ¿Le hacían algún otro tipo de examen en su cuerpo, su corazón?

JR: En Empalme no.

PG: ¿No?

JR: No, en Empalme no. Ya después de que pasaba uno el examen, esperaba uno qué día le tocaría ser transportado de Empalme a una ciudad que se llama Benjamín Hill, allí lo subían a uno en trenes de carga, en trenes cargueros. Los trenes, solamente los vagones traían barriles de agua para la gente que quisiera tomar, pero los trenes venían repletos. Parado uno, no acostado, parados todos para el traslado de Empalme, Sonora a Benjamín Hill.

PG: ¿Venía muy lleno el…?

JR: Lleno completamente, todo los que cabían.

PG: ¿Estaban apretados?

JR: Apretados, sí, no se podía uno acostar, no podía uno sentarse. Así venía uno, parado desde Empalme, Sonora hasta Benjamín Hill.

PG: Y, ¿como cuánto tiempo cree que hizo?

JR: La pura verdad, no recuerdo, pero yo creo que serían de, que de unas… No, yo creo que más de doce horas.

PG: Wow.

JR: Más de doce horas.

PG: Parados todo.

JR: Sí, parados. Llegando uno a Benjamín Hill, allí lo bajaban a uno del tren. No podía usted entrar al pueblo, no lo dejaba el Ejército, no lo dejaba entrar al pueblo.

PG: Y, ¿en qué estado está Benjamín Hill?

JR: En Sonora.

PG: En Sonora.

JR: Sí, cercas de otra ciudad que se llama Santa Ana, como a una hora de camino de Santa Ana.

PG: Y, ¿ustedes tuvieron que pagar por ese transporte?

JR: No, no, ellos pagaban el transporte, uno no pagaba. Pero ahí en Benjamín Hill lo bajaban a uno. Lo cuidaban como si fuera animal para que no fuera a entrar uno a la ciudad y esperar el tren que iba de Mexicali a Benjamín Hill, para trasladarlo al otro tren. Porque según entiendo yo, ni los ferrocarriles podían llegar directos de Guadalajara o de Empalme a Mexicali, sino que de ida van, de ahí se regresaban de Benjamín Hill. Y los braceros los transbordaban ahí en otro tren, que ése lo traía a uno a Mexicali, sí.

PG: Y luego, ¿qué pasaba después?

JR: Bueno, ya una vez estando en Mexicali llegaba uno a una, lo bajaban a uno allí en una ciudad que le llaman El Centro, eso se encuentra en el Valle Imperial. Entonces una vez ya estando en El Centro, llegaba uno y había una especie de hangar donde guardan los aviones, había un hangar. Entonces allí estaba cerrado, completamente cerrado. Ahí lo desnudaban a uno de nuevo y había unas máquinas potentes. Ésas eran para, para fumigarlo.

PG: ¿Fumigarlo con qué?

JR: Pues no sabría decirle qué clase de, de polvo era. Era un polvo blanco, ¿verdad? Que lo usaban con máquinas para, pos desnudo tenían que: “Agáchate, párate, siéntate y dale una fumigada a todo alrededor de uno de la cabeza”. Y si…

PG: ¿Nada más en la cabeza o en todo el cuerpo?

JR: No, todo el cuerpo. Sí, agachado, sentado, parado, en todo el cuerpo lo fumigaban bien, bien, bien. Y en caso que usted reincidiera, le daban hasta dos fumigadas según la persona que le tocara. Y de, pos a veces de alguna manera iban y lo traían de donde estaba, si ya había tratado de salirse o no dejarse bañar bien de polvo, lo iban y lo traían otra vez y le repetían otra vez.

PG: De vuelta.

JR: Una o dos veces, lo que ellos quisieran. Y tenía que estar uno, mientras ellos quisieran ya le decían: “Salte”.

PG: ¿Eran americanos los fumigadores?

JR: La mayoría, había algunos de los que le llaman pochos, ¿verdad? Gente nacida aquí, ¿verdad? Entre ellos había conocidos ya de muchos años.

PG: Ah, ¿sí?

JR: Sí, de los mismos que fumigaban allí. Ya los conocía uno al siguiente año que regresaba uno. Ya sabía a qué se dedicaba, cómo se portaba, quién era, porque ahí lo maltrataban, lo aventaban, todas esas cosas, ¿verdad? Y una vez que ya lo fumigaban, entonces lo pasaban a otro cuarto, donde lo volvían a desnudar y lo ponían entonces sí en una cámara, yo creo que para tomar rayos X, sacarle sangre también. Y una vez que ya estaba todo eso, pos entonces ya este, saber si usted salió bien, lo cual muchas personas también ahí lo detectaron con algunas enfermedades y de ahí lo regresaban, entre ellos, un tío mío que creo que salió enfermo de los pulmones, algo así y lo regresaron en ese tiempo.

PG: Y, ¿les dan para regresarse, o transporte, o nada más?

JR: No, no, una vez usted ya saliendo de Estados Unidos, pues ya tenía usted que pagar su transportación.

PG: Su transporte.

JR: Y mire, ésta es una foto de la manera en que se veía uno cuando ya estaba, ahí estoy yo recién fumigado. Saliendo de la fumigación ya le tomaban a uno esa foto cuando ya había pasado rayos X y exámenes de sangre. Y pos una vez que ya estaba todo terminado allí, entonces de ahí de El Centro, California, lo mandaban ya a uno en autobuses del Greyhound a lugares donde, donde ellos les llamaban, donde reclutaban a uno, ¿verdad? Entonces este, ellos le llamaban Asociación. Entonces una vez que usted salía de ahí del Valle Imperial lo mandaban a La Asociación a donde usted iba a ir a trabajar. En mi caso la primer vez de ahí de El Centro me mandaron a una Asociación que están en la ciudad de Watsonville, eso fue por primera vez.

PG: ¿Le dieron la opción de a dónde quería ir o qué era lo que quería piscar o nada más le dijeron?

JR: No, no, una vez que usted estaba en La Asociación, llegaban los rancheros y lo primero que hacían era revisarle las manos a ver cómo tenía sus manos, si sus manos se miraban callosas, ellos las palpaban así, le raspaban así y si sus manos estaban callosas, se sentían callosas, entonces era que usted era un buen trabajador. También dependiendo de la estatura que tuviera y para qué lo ocupaban, así lo apartaban. No, no decían: “Aquí hay diez, vengan los diez”, no. Ellos buscaban a las personas que ellos necesitaban, altos o chaparritos o fornidos o fuertes o jóvenes. Ellos, dependiendo para el trabajo que lo necesitaban, así lo apartaban, ¿verdad?

PG: Y, ¿qué le tocó la primera vez?

JR: Piscar fresa.

PG: ¿Fresa?

JR: La primer vez sí.

PG: ¿Cuánto tiempo duró?

JR: Piscando fresa, cuarenta y cinco días.

PG: Y, ¿ése era un contrato?

JR: Sí, un contrato.

PG: Y cuando se acabó el contrato…

JR: Nos mandaron a la dicha Asociación. En la dicha Asociación, allí lo regresaban a uno. En la dicha Asociación, tenía uno la opción de que si había otro trabajador, otro patrón, otro ranchero que se interesara por usted, entonces lo cambiaban a otra ciudad, a otra parte de ahí mismo de La Asociación. Ahí había la opción de renovar el contrato, como se decía en ese tiempo.

PG: Regresando un momentito a la pisca de fresa, ¿en dónde los hospedaban? ¿Les daban de comer o ustedes tenían que cocinar?

JR: No, para eso había campos de concentración donde, los lugares les llamaban barracas. No, no, podría decirle, pero eran galerías, galerías donde concentraban doscientos, trescientos, quinientos, ochocientos y entonces ahí había cocineros este, un solo baño para todos.

PG: Uno solo.

JR: Y una sola cocina para todos.

PG: Y, ¿cuántos eran?

JR: Quinientos, ochocientos.

PG: ¿Tantos?

JR: Sí. Tenía que levantarse usted a las tres de la mañana, dos y media de la mañana para poder desayunar y estar listo para el camión que le tocara ahí a donde, a donde dirigirse.

PG: Y, ¿les daban a ustedes los ingredientes para cocinarse o ustedes compraban?

JR: No, no, ellos cocinaban. Ellos cocinaban y le echaban a usted su lonche. Sí este, o le daban de desayunar y a la hora de la comida, en un camión llegaban los cocineros y allí le servían su lonche donde andaba usted trabajando.

PG: Y, ¿a qué horas? Usted dice que tenía que despertarse a las tres para…

JR: Para poder hacer línea, porque las líneas eran inmensas.

PG: Y, ¿a qué horas empezaba su día en el campo? ¿A qué horas empezaba la pisca?

JR: A las seis, a las siete de la mañana, regularmente.

PG: Y, ¿cuánto tiempo duraban?

JR: Ocho horas.

PG: ¿Ocho horas?

JR: Sí, ocho horas.

PG: ¿Les daban lonche dice usted a mediodía?

JR: Sí, al mediodía.

PG: Y, ¿luego comida en la tarde?

JR: Sí.

PG: ¿Agua durante el día?

JR: Traían una especie de, de barriles con agua, para que usted fuera a tomar cuando tuviera sed en los camiones. El camión, el mismo que transportaba la gente traía barriles pegados atrás, ¿verdad? Entonces ahí había manera de ir a agarrar agua y tomar.

PG: ¿De qué consiste piscar fresa?

JR: Pues usan unas, una especie de carritos donde pone usted la caja allí. Y entonces el carrito pos claro tiene que, se pone pesado porque regularmente a todo el tiempo, los files están llenos de agua. Entonces hay mucho lodo regularmente y lleva usted su carrito empujándolo para adelante y ahí va cortando la fresa, según sea la cosecha. Porque hay fresa para marqueta, fresa para canería y dependiendo de la cosecha que sea en cada, en cada lugar.

PG: ¿Usted acuerda el primer, se acuerda del primer día que empezó la pisca?

JR: Sí, cómo no. Llegamos alrededor a Watsonville, llegamos alrededor de las dos de la mañana y ya para las tres y media, cuatro de la mañana, ya estábamos listos para desayunar y irnos a trabajar el día que llegamos.

PG: El mismo día.

JR: El mismo día que llegamos.

PG: Y bueno, supongo que se cansó, pero, ¿se acuerda si estaba inmensamente cansado o estaba…?

JR: Completamente. Sí, con el viaje de El Centro a Watsonville. Yo creo que son alrededor de ocho horas de camino en el autobús este, con la preocupación de a dónde iré, dónde estaré y a dónde me llevarán, pos claro que no durmió. No, no, no duerme uno por ir pensando en eso. Entonces pos llegando, desvelado sin, sí nos dieron de, nos dieron un sándwich en el camino, en el autobús daban sándwiches. Entonces pos llegamos a esas horas, como a las dos y media de la mañana y tener que estar listos para irnos a trabajar ese mismo día.

PG: Ese mismo día.

JR: Así es de que pues en la noche no puede uno dormir. No podía uno sentarse, no podía uno acostarse de lo cansado. Andar todo el día agachado por el surco, ocho horas y pues, para ese entonces los dueños de los files pos muy estrictos para con los trabajadores. Había alguien que lo estuviera vigilando con binoculares y pos si usted se comía las fresas, inclusive se llegó a decir que muchos de los rancheros les daban chicles a sus trabajadores para que no comieran fresas.

PG: Wow.

JR: Entonces este, lo vigilaban a uno.

PG: ¿Qué otras reglas había aparte de no comer fresas?

JR: Pos que yo recuerde, no podía estarse parado, no podía. Si era por horas, tenía que andar, lo estaban vigilando, tenía que estar trabajando las ocho horas. No le daban descanso, no le daban nada.

PG: Nada de…

JR: La hora de la comida y regresar otra vez al trabajo.

PG: Y, ¿cómo los castigaban si se comían las fresas?

JR: Bueno, desde luego que los patrones ellos mismos sabían quién era buen empleado y quién no era buen trabajador. Regularmente pos el castigo que podía habérsele dado a una persona era reportándolo a La Asociación. Decir: “Este trabajador ya no lo quiero”. Y pos entonces el Gobierno se encargaba de darle ya su salida a muchos trabajadores. Siempre los buenos trabajadores, siempre eran bien recibidos por los rancheros.

PG: ¿Usted o alguien que haya conocido alguna vez pensó en irse antes del contrato?

JR: Había desde luego esa cuestión de que les llamaban: “Me voy a desertar”. Entonces en muchas personas en esa época se desertaban de los trabajos y ya no se presentaban con la compañía, con el contratista al campo donde los tenían. Ya no regresaban, se iban para otros estados, se iban para otras ciudades. Pero una de esas condiciones era esta mica, que si usted era buen empleado y cumplía con los contratos, esto es lo que le, esto es lo que le daban y si usted presentaba esa, ese documento en cualquier oficina de Migración con un emigrante, sabían que usted era un trabajador y que era un buen trabajador y que por eso traía ese documento. Entonces pues yo en mi caso, dos de mis hermanos no las conservan. Yo sí la conservé y la he traído siempre conmigo, no sé por qué, pero para acordarme de cómo anduve y cuándo anduve por aquí por estos lugares.

PG: Entonces después de que acabaron los cuarenta y cinco días, ¿usted volvió a encontrar trabajo o firmó otro contrato?

JR: Me siguieron dando trabajo, no firmé otro contrato. Me siguieron dando trabajo y tan pronto se terminó la cosecha y entonces ya me entregaron otra vez pos a la oficina de Migración para darme mi salida.

PG: ¿En qué más trabajó aparte de la fresa?

JR: Bueno, eso fue en el año, [es]toy platicando del año 1957, después, volví el [19]58 otra vez. Entonces esta vez me tocó a un lugar que se llama Patterson, también en el estado de California.

PG: En California.

JR: Ahí anduve en la cosecha del melón este, me cambiaron a diferentes lugares, me cambiaron a otra ciudad de nombre Mendota, también a la cosecha del melón. Después este, me mandaron a otro pueblo que se llama Newman allá en la misma área. Allá anduve en la cosecha de la mora, en la cosecha del durazno y de repente ciruela, según se iban poniendo los trabajos en ese tiempo.

PG: Sí, entonces todo eso, entonces en el [19]57, ¿nada más piscó fresa?

JR: Sí, nomás en [19]57.

PG: Y luego se regresó a México.

JR: A México.

PG: Y en el [19]58 fue cuando piscó la mora y el melón y todo eso.

JR: Sí, volví otra vez en el año [19]58, tomate, también volví otra vez en el año [19]58 a tomate. También volví otra vez, pero ya pues con un poco de más experiencia de qué era lo que se tenía que hacer para estar tranquilo.

PG: Y, ¿como cuánto tiempo duró en el [19]58?

JR: Como seis meses.

PG: ¿Seis meses?

JR: Sí. Y a los seis meses volví otra vez, se terminó el trabajo y pues este, se me hacía fácil volver a regresar. Ya hubo la chanza de regresarme yo para mi casa. No estaba casado todavía en esa época. Entonces me regresé de nuevo y volví a ser contratado, me contraté por cuatro ocasiones, la última vez fue en el año [19]63, pero esta ocasión me tocó estar en Blythe acá en donde colinda el estado de Arizona con California. Allí estuve otra vez contratado del año [19]63 al [19]64 en la cosecha de la lechuga, en el pepino, en el ajo, en la sandía, ¿verdad? Y así como, así fue como…

PG: Y en Blythe, ¿como cuánto tiempo duró?

JR: Seis meses también.

PG: ¿Seis meses?

JR: Sí, sí.

PG: ¿Qué era lo que le iba a preguntar? ¿Notó alguna diferencia entre el hospedaje, las barracas en el [19]57, en los diferentes lugares o los diferentes lugares y años en donde estuvo? ¿Había mejores condiciones, peores, todas eran más o menos igual?

JR: Fue lo mismo.

PG: ¿Lo mismo?

JR: Fue lo mismo. Cuando estuve ya en el año [19]63, en Blythe era la misma, las mismas condiciones. Este, la alimentación nos las daban en los campos donde había. Nunca me tocó estar en un campo donde hubiera cincuenta o cien, siempre me tocó estar en lugares donde se concentraban trescientos, cuatrocientos, ¿verdad?

PG: Muchos.

JR: La ocasión que estuve acá en Patterson estuve en un campo de nombre Vernalis, ahí había ochocientos trabajadores concentrados, sí.

PG: ¿Cómo les pagaban?

JR: En cheque.

PG: ¿Les daban semanal?

JR: Dependiendo. Muchos pagaban cada ocho días, muchos cada quince días. Sí, no todos eran…

PG: Y, ¿les pagaban por día, por caja?

JR: Dependiendo.

PG: De la pisca de lo que ganó.

JR: Sí, dependiendo. En algunas ocasiones se trabajaba por horas, en otras ocasiones se trabajaba por contrato. Por ejemplo en el tiempo que estuve en Patterson, ahí me tocó un ranchero donde me apartó porque quería que yo ayudara a cargar camiones de tomate. Entonces éramos dos personas arriba del tráiler y dos personas abajo subiendo las cajas. Las cajas pos no sé exactamente cuánto pesa una caja de tomate, pero podría yo figurarlas cuarenta, cuarenta y cinco libras. Entonces cada camión abarcaba ochocientas sesenta cajas de tomate.

PG: ¡Wow!

JR: Entonces uno tenía que ir al paso del camión, porque el camión no se paraba. Entonces usted tenía que estar subiendo las cajas una sobre de otra y el que estaba arriba las estaba estibando en hileras y pos ahí tenía usted que buscar la manera de no, de no dejar las cajas, de que no se le quedara ninguna caja. Tenía que ir al paso del camión, tenía que ir usted levantando las cajas y así sucesivamente a todo el día. Si le tocaba cargar camiones, tenía que cargar camiones, lo cual pues apenas eran unos tres o cuatro camiones los que cargaba usted al día en las ocho horas de trabajo, sí. En tiempo que el camión se iba, ya venía otro camión.

PG: Ya venía.

JR: Pero pues son los trabajos, es uno de los trabajos que más me acuerdo porque sin estar acostumbrado a levantar cosas así, no muy pesadas, pero rápido. Lo mismo también en Blythe, me tocó levantar pacas de alfalfa, que yo creo que pesaban setenta y cinco, ochenta libras cada paca.

PG: Wow, sí.

JR: Agarrarlas.

2do: This is not the root’s(??) class.

JR: Y tener que subirlas a la traila y también la traila iba caminando y usted tenía que ir recogiendo las pacas y aventarlas arriba y otra persona arriba acomodarlas.

PG: Muy cansado el trabajo.

JR: Mucho muy cansado, sí. Mucha gente pos llegó a morirse.

PG: ¿Sí?

JR: Sí, por el, pos el calor que hace en 120, 115 en el estado de… De pues ya linda con Arizona, ¿verdad?

PG: Sí.

JR: Es Blythe, pos tá pegado, divide el río y ahí también pos muchas ocasiones en el año [19]63 teníamos que ir a piscar sandía a Arizona. Y para esto había que cruzar nadando el río.

PG: ¿Los cruzaban nadando?

JR: Sí, nadando. Ya le digo, en la mañana con todo y ropa y con todo se iba uno, pero para entonces pues este, los sueldos eran de $0.75 centavos y si usted sabía o lo enseñaban a piscar sandía, ganaba $3.50 la hora.

PG: ¿Por qué, qué tiene de especial la sandía?

JR: Ah, bueno, tiene usted que conocer la sandía si está buena o no sirve y luego pos la sandía va seleccionada. Usted tiene que entender que es una sandía que está, que está formal y si no está formal, pos le llaman colas, ¿verdad? Entonces ésas, ésas no hay que, no hay que cosecharlas, no hay que piscarlas, no hay que acomodarlas, no hay que…

PG: Y, ¿usted logró trabajar en la sandía?

JR: Sí, también, sí, por cierto que también muy pesado, porque para la sandía van tres personas por cada lado del camión, entonces el que va en la orilla, ése le avienta la sandía al que sigue y el que sigue tiene que ir cosechando su surco y tener que tirársela arriba al que va acomodándolo arriba de la traila.

PG: Y todo es rápido, ¿no?

JR: Sí, es rápido, sí, porque el camión también va, ¿verdad? En todos los trabajos, todos los trabajos son más o menos, tienen las mismas características, la cosecha del melón también. Si usted le tocó ir en el surco donde va el camión, pos imagínese, las ruedas van en los surcos y usted tiene que ir cosechando lo que, al último, entonces está más duro ahí ir atrás porque no tiene que dejar el melón, tiene que cosecharlo y pos entonces se cosechaba en sacos, ¿verdad? Llenaba usted el saco, se subía al camión, lo aventaba y otra vez a seguir llenado la bolsa. Pero en ese caso, el que va atrás del camión es el que lleva la mayor, el mayor trabajo, el más duro.

PG: Sí, el más duro.

JR: Y en la sandía, es el que va al pie del camión, porque viene recibiendo las sandías de los otros compañeros que van por el lado y tiene, tener que ir recogiendo su propio surco, pero eso se turna.

PG: ¿Por día, por hora?

JR: Lo mismo, también por horas. Sí, por horas, sí, no, regularmente solamente el durazno. Ése sí muchas de las veces solamente por, les llaman góndolas a donde se va depositando, donde va vaciando la bolsa y entonces pos son tantas góndolas las que hace, tanto se le paga, entonces sería por contrato. Pero hay otros trabajos como la lechuga, pos también este, hay por contrato y hay por horas dependiendo de cómo, cómo le vaya tocando y los ranchos donde trabaje, ¿verdad? No, nunca es igual en lo mismo. No, siempre varía.

PG: ¿Trabajaban de lunes a sábado o de lunes a viernes?

JR: Mire, los trabajos son un poco diferentes debido a que, por ejemplo, si usted trabaja el sábado, en algunos casos, me voy a referir al caso de la cosecha del durazno, si usted trabaja en sábado, las canerías están cerradas el domingo. Entonces se echaría a perder el durazno, pasarían las cosas. Entonces en este caso hay que trabajar el domingo porque la canería está abierta el lunes, ¿verdad? Entonces varía.

PG: ¿Pero usualmente trabajaban seis, siete días o les daban…?

JR: Seis días.

PG: Seis días.

JR: No, seis días, regularmente seis días, sí. Pero como le digo, en este caso de la cosecha del durazno, debido a que las canerías están cerradas los domingos, hay que trabajar el domingo para que la canería reciba la fruta el lunes, ¿verdad? Pero regularmente, en otros trabajos se descansa los domingos.

PG: ¿Convivían ustedes en las barracas? Por ejemplo, el día que no trabajaban o, ¿qué era lo que hacían en el día que no tenían que estar en la pisca?

JR: Bueno, normalmente se iba uno con amistades o venían conocidos de otras partes a visitarlos, se iba con ellos. Así era la…

PG: ¿A pie, en camión, estaban así cerca?

JR: No, venían otros este, conocidos o familiares o parientes, venían de otras partes, lo invitaban a uno, pero eso sí, no tenía que, no tenía que faltar a presentarse el día siguiente en el trabajo, porque…

PG: Entonces sí les daban permiso para…

JR: No, no tenía que pedir permiso.

PG: O, ¿no tenían?

JR: No. Siempre que usted regresara y estuviera listo para trabajar, porque ahí tanto a la hora de salir al trabajo, lo nombraban por lista: “Fulano de tal”, lo nombraban por lista. “Fulano de tal”, ¿verdad? Por ejemplo si salían tres camiones o tres, entonces eran lo que le llamamos trocas, ¿verdad? Entonces este: “Tantos van en esta troca a tal parte, a tal rancho. Tantos van en esta otra y van a otro rancho”. Y entonces había que pasarlos por lista. Ahí estaban, no, los nombraban por nombres, ¿verdad? Fulano de tal y ya sabía usted que iba a buscarse a ver en qué camión se iba a subir y con qué mayordomo le iba a tocar.

PG: A tocar.

JR: Ya le digo, así es de que…

PG: Entonces todos sus años de bracero, ¿duró soltero?

JR: Sí, así fue.

PG: Ah, okay.

JR: Sí, yo me casé hasta, de treinta y cuatro años de edad.

PG: Y, ¿por qué decidió parar de ser bracero? ¿Por qué decidió ya no regresar?

JR: Se terminó el…

PG: Ah, se terminó.

JR: La época de los braceros en 1964, fue el último año.

PG: Y, ¿se regresó a trabajar en el campo aunque se haya terminado el programa o ya se quedó en México?

JR: Mire, tocante a lo del campo, hasta esta fecha, tengo setenta y un años de edad y todavía sigo siendo agricultor en…

PG: Aún, todavía.

JR: Todavía.

PG: Wow.

JR: Sí. Aquí de alguna manera, tuve mucha suerte, porque me creo una persona afortunada, porque estuve trabajando doce años en el campo en lo que yo sabía hacer. Pero ya cuando tenía treinta y cinco años de edad, sentí que el tiempo se estaba pasando y yo nomás estaba viviendo en el campo. No sabía cuáles serían las consecuencias cuando llegara a viejo, entonces decidí venirme a vivir aquí a Los Ángeles en 1970. Y afortunadamente encontré un empleo donde estuve empleado hasta el día que yo quise.

PG: Y, ¿qué es lo que hacía en Los Ángeles?

JR: Bueno, llegué de trabajador del campo a vivir en Van Nuys. De ahí de Van Nuys algunos familiares me aconsejaron que fuera a llenar una aplicación a cierta compañía que estaba solicitando trabajadores, pero la verdad es que esa compañía, una compañía hasta hoy muy grande en como diría yo, en unos dos estados de aquí de la Unión Americana tienen negocios. Entonces yo sabía que en el periódico aparecía: “Se solicitan empleados, solicitan empleados”. Pero como en todas las compañías, iba usted y le dijeron: “Nosotros te llamamos”, lo cual nunca lo llamaban. Y yo de tanto que me insistieron esos familiares que ahí trabajaban, vine desde Van Nuys a Marina del Rey a llenar una aplicación.

PG: Aplicación.

JR: Sí. Y por lo tanto, después de que llené la aplicación, me emplearon en la compañía.

PG: Qué bueno.

JR: Sí, ya me emplearon y ahí duré diecisiete años.

PG: Wow.

JR: Diecisiete años este, como supervisor de una bodega, sí. Y a la vez, como supervisor de la bodega, viajando a distintos lugares del país para vender la mercancía que, o entregar la mercancía que yo vendía.

PG: Otra pregunta, logró, cómo cree, cómo era el dinero, no cómo era, sino en términos financieros de trabajar como bracero, ¿le convino?, ¿le pagaban bien? ¿Pudo guardar dinero o se iba en gastos aquí?

JR: En realidad no fue una época donde uno pudo aprovechar para haber hecho dinero, no, solamente daba pa, solamente daba para los viajes y para pasarlo unos días, sí. Tengo entendido que el Gobierno de México hizo un trato con el Gobierno de Estados Unidos tocante a los braceros. Que a usted le iban a pagar cierta cantidad de dinero y si trabajaba por horas, le iban a pagar tanto dinero por horas con el fin de ahorrarle, hacerle un descuento del diez por ciento de su salario para que cuando usted regresara a México, tuviera su familia una ayuda, ¿verdad? Ya que se decía que por esos años, los braceros malgastaban su dinero en parrandas y entonces el Gobierno trató de hacerles el ahorro por anticipado para cuando usted regresara a su tierra, tuviera esa ayuda para usted y para su familia. Lo cual, creo que sí sucedió, pero solamente para algunas personas, para unas poquitas. De un cien por ciento, yo creo que un diez por ciento pudo haber logrado eso, los que sabían, los que se enteraron, los que vivían en la frontera. Pero en mi caso no, porque nunca, desde luego que en los poblados cercas donde nosotros hemos vivido, no había bancos, no había nada. Entonces el banco era el Banrural, se llamaba por cierto, que era el que recibió todos los ahorros de todos los braceros. Y entonces pos ellos aprovecharon de quedarse con el dinero, lo cual, pos nos sucedió como le digo, a un noventa por ciento de los que nunca supimos de qué se trataba, pero sí sabíamos que había un ahorro adentro del Gobierno.

PG: ¿Les dijeron cuando entraron de braceros?

JR: No.

PG: O, ¿se enteraron después?

JR: No, no, nosotros en los dichos contratos era donde, donde se hablaba de eso. Pero pos los contratos pos no los, no se quedaba uno con ellos. Ellos se quedaba, el Gobierno se quedaba con los contratos.

PG: Con ellos.

JR: Sí, usted nomás los firmaba. Pero eso fue cierto, eso fue verdad, porque dentro de los que yo conozco había unas personas que se quedaron, vinieron a este país sin documentos cuando tenían quince, dieciséis años de edad. Entonces después que hubo la manera de contratarse en las fronteras, en Mexicali, en todos esos lugares, hubo la manera de que ellos supieran este, cuando no tenían dinero, que si habían trabajado de braceros, podrían ir al banco a cobrar su diez por ciento que les pertenecía.

PG: Y, ¿usted conoce personas que sí lograron cobrarlo?

JR: Sí, sí, sí conozco.

PG: En México, ¿lo cobraban, lo cobraron?

JR: En el banco. Yo le platico aquí en el caso de personas que yo conozco que todavía viven, que sigo platicando mínimo dos veces por semana de los que lograron agarrar ese dinero.

PG: Y, ¿les dieron el dinero de junto?

JR: Sí, sí les dieron el dinero de junto.

PG: De junto.

JR: El diez por ciento de los años que trabajaron.

PG: Y, ¿qué es lo que hicieron para poder conseguir ese dinero del banco?

JR: Solamente ir al banco.

PG: Ir al banco con su…

JR: Sí, el banco tenía los contratos.

PG: ¿Con su tarjeta?

JR: No realmente.

PG: Oh, ¿no?

JR: No.

PG: Oh, okay.

JR: El banco tenía los datos de las personas.

PG: Y, ¿cuándo fue que lograron conseguir ese dinero?

JR: Pos este, yo creo que como le platico, muchas personas de las que ya se quedaron a vivir en la frontera ya no regresaron para el sur. Entonces para ellos era más fácil, porque pos en el caso éste que le platico, Mexicali, pos ha sido una ciudad donde ha habido bancos, donde ha habido todo el movimiento de gente que vive y que entra y que sale. Y entonces la comunicación de todas esas personas les valió para recoger el dinero que les adeudaba el banco del diez por ciento de los ahorros que tenían que darle a los braceros cuando se regresaran a su tierra.

PG: Sí. Usted dijo que no, no, ustedes no podían aprovechar muy bien lo que ganaban porque era nada más para algunos días. Entonces si no eran, si no podían ahorrar tanto, ¿cuál era su motivación para venirse como bracero en lugar de quedarse en México a trabajar?

JR: Bueno, era, fue siempre una opción debido a que por esos, por esas épocas el dinero, un peso no valía nada y lo que pagaban por un dólar era, que yo recuerde eran $12.50.

PG: Doce, wow.

JR: Doce cincuenta. Entonces un dólar, $12.50 y las… Digamos el, todo lo referente a para comida, para compras, ya sea frijol, ya sea maíz, pos entonces en ese tiempo no costaba nada en México. Un dólar le servía para mucho, porque pos entonces si compraba una caja de cigarro, le costaba $0.05 centavos. Entonces compraba un chicle, un centavo. Imagínese lo que usted compraba con $12.50. Ésa era la ventaja. Inclusive, yo en el año [19]58, yo personalmente conocí a Antonio Aguilar en una ciudad que se llama Modesto.

JR: Modesto, California.

PG: Aquí en California, sí.

JR: Aquí en California. Antonio Aguilar no cantaba con micrófono, cantaba a puro, a puros gritos.

PG: Oh, wow, sí.

JR: Ahí lo miré yo. Yo me lo encontré en una tienda de segunda comprando cosas de segunda en Modesto.

PG: Wow.

JR: Allí lo conocí yo.

PG: Sí.

JR: Y trabajaba en los bares de ahí de la región de Modesto.

PG: ¿Él?

JR: Sí, él trabajaba y una orquesta que traía ahí en esos años, en el año [19]58. Y cantaba ahí en público, entre unos cincuenta, sesenta. Desde luego casi la mayoría braceros que en lo que, nosotros les llamamos cantinas o lo que sea, ¿verdad? Pos eran lugares donde se presentaba. Pero Antonio Aguilar no era famoso, no era popular y ya le digo, comprando en las segundas ahí con sus músicos. Ahí lo conocí yo en Modesto. Entonces pos este, era una ilusión venir aquí a Estados Unidos porque pos, ¿cuánto le costaba una camisa? Las camisas que pos se ponía, todo era barato y era bonito, entonces pos este, los salarios pos eran, todavía hasta 1970 yo ganaba $0.75 centavos la hora trabajando aquí en Malibu de jardinero. Entonces pos imagínese, para esos años no ganaba uno casi nada, ¿qué tanto ganaba por semana? Lo único que ayudaba, no tenía que pagar renta. El descuento de la comida se lo quitaban de su cheque y pos lo poquito que le sobraba, pa mandarlo a la familia. Digo, en mi caso pos este, lo digo a mucha honra que ayudé a sostener la familia. En el año [19]63, uno de mis hermanos de los, por decirlo así, de los de en medio, ¿verdad? Ése salió de la primaria, se llama José Enrique Rivera este, lo ayudaba yo desde aquí para que saliendo de la primaria. Entonces había un presidente en México de nombre Adolfo López Mateos. Entonces ese presidente vio la facilidad de que todo el que salía de la escuela, de la primaria, lo mandaba a trabajar ya. Entonces en un programa que se llamó, un programa de alfabetización por toda la República y ya le pagaban. Entonces ayudé a mi hermano que se fuera de donde yo vivo a un pueblo que se llama, en el estado de San Luis Potosí, se llama Río Verde, en el estado de San Luis Potosí. Allí entró como maestro alfabetizante en ese programa. Y de ahí logró después, ya una vez estando dentro del magisterio, entrar a la secundaria. Terminó la secundaria, de ahí se fue a la preparatoria al estado de Querétaro. Ahí se casó y ahora forma él y su familia una barra de abogados.

PG: Oh, mire.

JR: Pero todo con parte de lo que yo le ayudé. Con llevarle una grabadorcita de aquí, con llevarle un radio, con llevarle ropa, con darle algún centavo y es el único que se logró de mi familia. Todos los demás pos este, viven dos en México y cuatro vivimos aquí.

PG: Acá.

JR: Así, pero…

PG: Me dijo que tres de sus hermanos vinieron de braceros, ¿verdad?

JR: Sí, no, dos y yo tres.

PG: Dos y usted. De los dos que vinieron, ¿duraron viniendo seguido igual que usted?

JR: No.

PG: Como cuatro…

JR: No.

PG: Nada más…

JR: No, no, yo soy el único que vino más tiempo. Los demás vinieron dos ocasiones. Yo soy el único que viene más por el deseo de sostener a los demás. Créamelo, solamente por eso, porque yo era el más grande y así estuve trabajando todo el tiempo para el mantenimiento de la casa.

PG: Si no hubiera tenido esa responsabilidad, ¿no se hubiera regresado como bracero, no hubiera venido?

JR: Yo creo que sí, sí era una ilusión, porque pos entonces no había mucha gente que quisiera venir. No había mucha gente que viniera. No, la gente tenía miedo por lo que había sucedido durante la guerra, ¿verdad? Que mucha gente se tuvo que ir de aquí, se tuvo que salir por lo que estaba sucediendo entonces en la guerra de 1942.

PG: Sí, muy bien. Bueno, ahora le doy esta oportunidad a usted de decir, no sé si hay algo más que quiera decir sobre el tema que no haya tenido oportunidad de compartir, que quiera.

JR: Bueno, pues solamente decirle que es un honor para mí haber estado aquí con ustedes, que me haigan dado la oportunidad de expresar lo que mi familia no sabe, lo que mi familia no siente y es imposible que otra persona que no pasó por esta situación quiera platicar algo de lo que, de lo que a uno le sucedió.

PG: Sí. Pues con mucho gusto.

JR: Muchas gracias.

PG: Gracias.




Fin de la entrevista

Interviewer

Guerrero, Perla

Interviewee

Rivera López, Jesús

Location

Los Angeles, California

Time Summary

[Mins 0:00-2:57; Family Bracero experiences] Jesus was born in Corrales, Juchitlan, Jalisco, Mexico on October 7, 1934. He is the oldest of six brothers, three of whom were braceros. His father, born in 1900, immigrated to the United States in 1930 with documented residency. Due to changing immigration laws, he was deported two years later. In 1942, his father began coming back to the U.S. as a bracero and continued to do so for five years.

[Mins 2:58-4:40; Early Life] Jesus comes from an agricultural background. He only completed the first grade of primary school because he needed to work to help support the family. Early on, he was employed by other people and when he was 15 or 16 he began to work for himself in agriculture.

[Mins 4:41-6:33; Becoming a Bracero] Jesus would have preferred to study but couldn’t, so he looked for other opportunities to make money like the bracero program. His father had told Jesus about how he was treated in the United States. In the processing center, he feels the health examinations and interview processes really didn’t have anything to do with one’s abilities as a worker. He was processed in Empalme, Sonora, Mexico in 1956.

[Mins 6:34-8:59; Becoming a Bracero Continued] It was not easy getting signed-up for the bracero program since each township had a limited number of people it could sign up. He did not have to pay anything to sign up with the program since he had friends who could get him signed-up without a fee. He says that many others did have to pay, though. Once the braceros were signed up for the program in their own towns and traveled to a processing center, a representative submitted the lists of names and the braceros waited to be processed and contracted.

[Mins 9:00-13:00; Waiting to be Processed] Jesus traveled to Empalme by bus using a ticket he purchased in Guadalajara, Mexico. On the way to Empalme, the bus stopped in Esquinapa, Guadalajara, Mexico, and passengers were told that the driver did not have permission to take them any further. He bought a second bus ticket and arrived at the processing center to wait his turn with over ten thousand men. Men waiting to be processed slept in warehouses, in stables, on the beach, under trees, or in a field. Police would fine the men one peso for doing so. Jesus had to do this for two months and did run out of money. Jesus says that luckily he met a restaurant owner who let him sleep in his car and fed him. Whatever money Jesus came across he would give to the restaurant owner.

[Mins 13:01-17:27; Processing] The first time Jesus was processed he did not travel with any family members but did know some people from his town who were in Empalme. He says processing was difficult for some people because of the “strange” examinations and tests the workers were given. Jesus offers details about the medical examinations. Workers who passed their tests took free cargo trains, which had standing room only and barrels of water to drink, to the next processing center. After a 12 or more hour train ride they arrived at Benjamín Hill, Sonora, Mexico. The army prohibited workers from entering the town. The workers were treated like “animals” as they waited for the next train to transport them to Mexicali, Baja California Norte, Mexico.

[Mins 17:28-21:31; Processing and Border Crossing] The braceros were let off at El Centro, Mexicali and were brought to old airplane hangers to have their entire bodies fumigated with white powder. Most of the men operating the fumigation machines were Americans and Pochos [Mexican term referring to Mexican-Americans and Chicanos.] These men would sometimes repeat the process at their will. Workers were then brought into the next room and undressed again to have x-rays taken and blood drawn. Men who did not pass their health examinations, like Jesus’ uncle, were sent back home. Transportation was not provided for the rejected workers. Those who passed their tests took Greyhound busses to the association hiring you to work.

[Mins 21:32-22:34; Getting Hired] The first association Jesus worked for was in Watsonville, California. Braceros were not given a choice as to where they would work or what they would do. Instead, the ranch owners would come to the associations to examine the braceros’ statures and the calluses on their hands. Employers hired braceros according to which stature and age would best suit the demands of the job.

[Mins 22:35-23:50; Strawberry Farm Life] Jesus’ first job was to pick strawberries for a contracted time of 45 days. When his contract was up, he was sent back to the association and had an option of staying to be hired again. On the strawberry farm, braceros lived in barracks, or what Jesus calls “concentration camps” or “galleries.” The barracks housed 500 to 800 braceros and had one bathroom and one kitchen for all to share.

[Mins 23:51-26:00; Strawberry Farm Life continued] One had to wake up between 2:30 and 3:00 every morning to be able to eat and be ready for work. The farm-owners cooked the braceros’ meals, including a packed-lunch. If lunch wasn’t made in the morning to-go, cooks would bring food to the field. Braceros began picking between six and seven in the morning. They worked eight-hour days and were provided barrels of water. Picked strawberries were placed in boxes, organized by their destination and kept on carts. The carts were usually hard to maneuver due to the wetness of the fields.

[Mins 26:01-28:00; Arriving at Strawberry Farm] The braceros were given sandwiches during the bus ride to the strawberry farm. They arrived “exhausted” at two-thirty in the morning and began work around four in the morning without a break. The workers were given chewing gum and were watched closely so they wouldn’t eat the strawberries

[Mins 28:01-30:00; Farm Rules] Braceros were also watched to make sure none was separated from the group. The only breaks they were permitted was during meal times. Braceros who violated these rules or those considered “bad workers” were reported to the association. “Good workers” were documented as such and were given certification of that status to take with them for future employments. Jesus was given a good report but his two brothers were not.

[Mins 30:01-33:00; Farm Locations] After his contract was up 1957, he found other jobs without contracts. In 1958, he returned to California to pick melon. He then worked in Mendota, California picking melon and in Newman, California picking raspberries and tomatoes. He was unmarried in this year and would go back to his family in Mexico between jobs. Eventually he worked in Blythe, California picking lettuce, garlic, watermelon, and cucumber for six months between 1963 and 1964.

[Mins 33:01-35:55; Blythe, California] Farm living in Blythe was the same as on the strawberry farms. The food at the different camps was the same. The farms were similar sizes in terms of workers too. Employers paid the braceros either every eight or fifteen days. Payment depended on whether wages were hourly or contracted based on work-done. Jesus describes the physical challenges of working on tomato farms.

[Mins 35:56-39:28; Working Conditions] Agricultural work was “exhausting” and some died from the heat. Sometimes, the braceros would swim across a river to pick watermelon. The watermelon wage was higher than that of his other jobs—three and a half dollars per hour. He goes into detail about watermelon- and melon-picking methods. When workers worked for a contracted wage rather than an hourly one, they were paid based on how many loads of fruits or vegetables they brought to drop in the “gondolas” where the harvested produce was kept.

[Mins 39:29-42:16; Recreation and Leisure] The braceros picked fruit worked six days a week, Saturday being their day off during which time they visited with friends.

[Mins 42:17-45:10; Post-Bracero Life] After being a bracero, Jesus continued to work in agriculture his whole life. After working in rural areas, he worked for a company in Venice, California. He goes into detail about his work experience there.

[Mins 45:11-49:39; Finances] Travel between farms and to/from the U.S.-Mexico border were the only expenses covered by the Bracero Program. Jesus talks about the details of the U.S.-Mexico agreements and how they affected the finances of the program. He explains that ten percent of braceros’ paychecks was to be temporarily withheld and later refunded to facilitate savings and combat a lot of the “wasteful” spending braceros engaged in. In actuality, he explains how many braceros never received that money. Most who received their money lived near high-traffic border cities with easy access to banks.

[Mins 49:40-54:20; Finances continued] Jesus has expressed that bracero wages were only enough to provide for a few days and were not sufficient for great savings. However, twelve and a half pesos was worth one dollar in those years, and in Mexico a dollar could carry him much further than pesos could. He talks about meeting musician Antonio Aguilar in a second-hand shop in Modesto, California during the 1950s. He says goods like shirts were cheaper in the United States. When working in Malibu, California, he had been making 75 cents per hour. His weekly salary covered his board and left him enough to send home to his family, which he says was an honor. Jesus talks at length about one of his brothers who he supported until adulthood.

[Mins 54:21-55:23; Family] Two of his brothers were also braceros, although he is the only one to have worked several contracts. [The interview is hard to understand at this point.] He says he probably wouldn’t have worked as a bracero had he not had to provide for his family. Many people did not want to go to the U.S. during the bracero years because they feared the war.

[Mins 55:23-End; Final Thoughts] Jesus is honored to have been given the chance to express his and his family’s feelings and experiences.

File Name Identifier

Rivera_Lopez_LAS018

Citation

Guerrero, Perla and Rivera López, Jesús, “Jesús Rivera López,” Bracero History Archive, accessed November 28, 2024, https://braceroarchive.org./items/show/274.