Francisco Gutiérrez
Title
Francisco Gutiérrez
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Francisco Gutiérrez was born in Lluvia de Oro, Chihuahua, México; he had five brothers and six sisters, but his father also had eight children with another woman; his mother was twenty-three years old and a teacher in the city when she was taken by his father who was sixty years old; although Francisco was never formally educated the way his older siblings were, his mother did tutor him at home; as a boy his parents moved to Mexicali, Baja California, México; his wife, María Guadalupe Gutiérrez, was born in Manuel Doblado, Guanajuato, México; she was formally educated through the third grade; during the sixties, he worked as a bracero in California picking pecans, tomatoes, and other fruits; he and María later immigrated to the United States.
Summary of Interview: Francisco’s wife, María, and daughter, Leticia, offer a detailed description of his family and parents; he and two of his brothers traveled to Empalme, Sonora, México, in order to pick two thousand kilograms of cotton and get the cards they needed to enlist in the bracero program; they then returned to Mexicali, Baja California, where they were medically examined and fumigated; one of his brother-in-laws chose to return to México rather than endure being stripped and deloused; Francisco worked as a bracero in California picking pecans, tomatoes, and other fruits; he describes treatment, provisions, and free time, including trips into town; María mentions that they met just after he returned from a contract, and they married only a few months later; on his next contract she went with him, but she later stayed with his parents while he was gone; Leticia was their first born, and they had six more children; Leticia describes how difficult life was for her when her father was gone; he sent letters and money home every fifteen days; when María was pregnant for the third time, with twins, he returned from his last bracero contract just as they were born; both María and Francisco worked illegally for a time in the United States; in 1985, Leticia legally immigrated to the United States with her husband; by 2000, she was able to obtain legal documentation for her parents as well.
Summary of Interview: Francisco’s wife, María, and daughter, Leticia, offer a detailed description of his family and parents; he and two of his brothers traveled to Empalme, Sonora, México, in order to pick two thousand kilograms of cotton and get the cards they needed to enlist in the bracero program; they then returned to Mexicali, Baja California, where they were medically examined and fumigated; one of his brother-in-laws chose to return to México rather than endure being stripped and deloused; Francisco worked as a bracero in California picking pecans, tomatoes, and other fruits; he describes treatment, provisions, and free time, including trips into town; María mentions that they met just after he returned from a contract, and they married only a few months later; on his next contract she went with him, but she later stayed with his parents while he was gone; Leticia was their first born, and they had six more children; Leticia describes how difficult life was for her when her father was gone; he sent letters and money home every fifteen days; when María was pregnant for the third time, with twins, he returned from his last bracero contract just as they were born; both María and Francisco worked illegally for a time in the United States; in 1985, Leticia legally immigrated to the United States with her husband; by 2000, she was able to obtain legal documentation for her parents as well.
Creator
Pelayo, Monica
Gutiérrez, Francisco
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Francisco Gutiérrez
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
23:00
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Francisco Gutiérrez
Fecha de la entrevista: 26 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Mónica Pelayo
This is an interview with the Gutiérrez family, Francisco Gutiérrez, María Guadalupe and Leticia Gutiérrez on May 26, 2006, in San Bernardino, California. The interviewer is Mónica Pelayo. This interview is part of the Bracero Oral History Project.
MP: Bueno, comencemos primero con la historia de Francisco y luego, vamos a su esposa, que es María Guadalupe y Leticia va a platicar sobre eso. ¿En dónde nació su padre y en qué año?
MG: Él nació en Lluvia de Oro, Chihuahua.
MP: ¿En Lluvia, Lluvia de Oro dijo usted, señora?
MG: Lluvia de Oro.
MP: Y, ¿cómo se llama? ¿Ese es un ranchito?
MG: Un rancho.
MP: ¿Es un rancho?
MG: Sí.
MP: Y, ¿en ese tiempo tenían electricidad y toda esa cosa?
MG: Yo creo que no.
MP: ¿No? ¡Ah! Usted señor, ¿no había electricidad en…?
MG: En donde vivía.
MP: ¿En donde vivía usted cuando nació?
FG: No.
MP: No, no había. ¡Ah, bueno! Y, ¿pudo ir a la escuela?
FG: No.
MP: ¿No? ¿No fue a la escuela o muy poco?
FG: Ni madre.
MP: No, no fue. Bueno, y, ¿cómo se llama? Y, ¿tuvo hermanos o hermanas? ¿Sí?
LG: Sí. Tiene este, cinco hermanos y seis hermanas.
MP: ¿Seis?
LG: Seis hermanas, pero antes de eso, mi abuelo había tenido más, más hijos.
MP: Ah, entonces, ¿cuántos hermanos en total fueron? ¿No sabe?
MG: No, como unos veinte yo creo.
MP: Ah, ¿veinte?
MG: Pos son muchos.
MP: ¡Ah! Fueron muchos. Pero de un matrimonio fueron solamente doce.
LG: Sí, doce.
MP: Ah, qué bien. Y, ¿cómo se llama? Y, ¿nadie pudo ir a la escuela o no sabe si tuvieron escuela allí?
MG: Pos creo que todos aprendieron ya de grandes.
MP: Entonces, ¿sabe leer y escribir él?
MG: Él, poquito, leer sí sabía, pero escribir casi, casi no.
MP: Casi no.
LG: Más bien mi abuelita fue la que los enseñó, ¿vedá?
MG: Um-hm.
LG: Lo que pasa este, que mi abuelita, ella sí era, era de la ciudad, cuando se la robó mi abuelo y ella sí sabía.
MP: ¿Cómo? ¿Qué?
LG: Él se la robó, mi abuelo.
MP: ¡Ah!
LG: Es que no, lo que pasa, (risas) lo que pasa que cuando mi abuelita se la llevó mi abuelo, mi abuelita tenía veintitrés años y mi abuelo ya era un hombre de arriba de sesenta años.
MP: ¡Ah!
LG: Entonces, ella era maestra, pero él nunca la dejó ya más trabajar y ella fue la que los enseñó. Sí sabían leer y escribir. Ya los más chiquitos sí fueron a la escuela pero los primeros no. Mi abuelo era de la, ¿qué raza amá? Tarahumara, ¿cómo?
MG: No, no sé.
LG: Bueno, era de la Sierra de Chihuahua, pero era indio.
MP: Entonces…
LG: Era descendencia…
MP: ¿Usted es parte indio? (risas)
MG: Parte indio y mi suegra decía que ella era española.
MP: ¡Ah!
MG: De raza española.
MP: Ah, okay. Entiendo.
LG: De los Tarahumaras, [m]amá. ¿Vedá que era de los chihuahuas, de allá de Lluvia de Oro?
MP: ¿De los qué?
LG: Tarahumaras
MG: Tarahumaras.
MP: Tarahumaras.
MG: De la descendencia de ellos.
MP: Ah, qué bien. Perdón, un segundito. Y, ¿cómo supo su papá del Programa Bracero?
MG: No, ya vivían en Baja California cuando fue eso.
MP: ¿Cómo? Pos, ¿cómo llegaron a Baja California?
MG: De chico se lo trajieron a Mexicali ellos, sus papás.
MP: ¡Ah!
MG: Se vinieron a vivir a Baja California y ya de allí, cuando fue eso de los braceros, él ya tenía como veinte años, veintitantos años.
MP: Entiendo. Entonces, aquí veo que comenzó en el [19]60 él ahí, ¿verdad?
MG: Sí, en el [19]60.
LG: Él y su hermano. Pero, ¿quién era mami? ¿Mi tío Alejandro? Y, ¿quién más?
MG: Tu tío Alejandro y tu tío Tacho.
LG: Los tres se fueron de braceros.
MP: ¿Los tres muchachos se fueron?
MG: Se fue.
LG: Sí. A mi tío ya le llegó su dinero. (risas) Sí.
MP: Bueno, qué bueno. Y entonces, ¿cómo fue el proceso de que lo contrataran? ¿Tuvo que hacer requisitos?
MG: Fueron a Empalme, Sonora y allá estuvieron ellos en Empalme, Sonora, piscando algodón para conseguir las cartas que les daban.
MP: Oh, ¿necesitaban piscar algodón ahí?
MG: Necesitaban de piscar allá y según lo que piscaban, yo creo fue de los que piscaban más o no sé cómo les agarraban las cartas.
MP: ¿No sabe cómo le agarraban la carta?
MG: Les daban la carta y ya de ahí los mandaban a la contratación.
MP: A mí me habían dicho que tenían que piscar dos mil, ¿serían libras o kilos?
MG: Kilos, yo creo.
MP: ¿Kilos?
MG: Yo creo.
MP: Así tenía. ¿Usted tuvo que piscar dos mil?
FG: Sí.
MP: ¿Sí? Ah, entonces así la hizo. Y, ¿sabe como cuánto tiempo le tomó a usted piscar el algodón en Empalme? ¿Cuánto tiempo duró en Empalme?
FG: No sé.
MG: No se acuerda.
MP: No, no se acuerda. No. (risas) No nos importa, eso no importa, no se preocupe. (risas) Y ya que agarró su carta, ¿después qué hizo?
MG: Los mandaron para acá para Mexicali y de Mexicali fue donde los mandaron, ya allí entraron a… Un cuñado de él se regresó, porque dice que él no le gustó cuando les estaban quitando la ropa y los tenían que fumigar todos. Y dice: “No, le metían el dedo a los batos y yo ya de que estaba ya casi ya para llegar”, dice, “que vi que estaban haciendo eso”, dice, “me di la vuelta y me salí”. (risas)
MP: Entonces, pero usted sí se quedó, ¿verdad?
FG: Sí. (risas)
LG: Sí le gustó. (risas)
MP: Y de allí se fue a San José y piscó nuez, okay. Y, ¿qué hacía? ¿Cómo lo trataban allí en donde trabajaba? ¿Bien? ¿Mal? Ahí en San José, ¿cómo lo trataban los mayordomos? ¿Bien?
FG: Muy bien.
MP: ¿Bien? ¿Sí? ¿Ahí bien? Y, ¿tenían días de descanso? ¿Descansaba el domingo? (risas) Ya ni se acuerda, no se acuerda. Pero, ¿sí se acordaba de descansar? ¿Sí? Y, ¿qué hacía? ¿Se iba allá al cine?
MG: A jugar baraja.
MP: Ah, ¿jugaba baraja? (risas) ¡Ah! Yo creo que sí o, ¿no? ¿No?
FG: (ininteligible)
LG: Dominó nomás.
MP: No, no se acuerda.
MG: No se acuerda.
MP: No se acuerda. Pero sí iba al cine y todo eso, ¿verdad? A divertirse un ratito, ¿sí? Qué bueno. Y, ¿podía ir a las tiendas o cosas así? ¿También? Ah, qué bueno. Y también cuando estaba en San Francisco, en Tulare, o en Oxnard, ¿también pudo ir al cine o ya no?
LG: A lo mejor sí.
FG: (ininteligible)
MP: ¿No?
MG: No se acuerda.
MP: ¿No se acuerda? Okay. Y a ver, vamos. Y, ¿qué hizo en San Francisco? ¿No se acuerdan?
MG: No.
MP: No.
MG: Pos él nomás decía que piscó, anduvo piscando tomate, anduvo piscando toronja y piscaban frutas, pero no sé qué y qué sería lo que piscaban. Y de este, y nuez. Supe que piscó nueces, porque cuando vino, nos llevaba una, una maletín lleno de nueces.
MP: ¡Ah!
MG: Por eso sé que, que anduvo en la nuez también.
MP: ¿Se las robó? (risas) O, ¿se las regalaron?
FG: (ininteligible)
MP: ¿Se las regalaron? ¡Ah, qué bueno! (risas) Sí, porque robar es malo. (risas)
MG: Maque, maque. (risas)
MP: Bueno. Y entonces, ¿lo trataban bien allí los mayordomos en todos esos lugares a usted?
FG: Muy bueno.
MP: ¿Sí? ¿Sí? Qué bueno. ¿Comía bien? ¿La comida estaba buena? ¿Sí?
FG: Estaba bien.
MP: ¿Si les daban buena comida?
FG: Más o menos.
MP: Sí. Qué bueno. ¿Más o menos?
FG: Ahí nomás.
MP: Por ahí. (risas) Qué bueno. Y después de bracero, ¿qué hizo?
MG: Se vino para acá para Mexicali y de acá de Mexicali estuvo un tiempo ahí trabajando en la obra y de allí nos venimos otra vez de acá para mojaditos. (risas)
MP: ¡Ay, mojaditos!
MG: Y aquí nos metieron al botecito también a nosotros. (risas)
MP: ¿También? ¿Los descubrieron o cómo fue que los metieron al bote?
MG: Sí, me agarraron, me agarró La Migra a mí y él se fue a buscarme, a ver si ya había salido y ya de regreso lo agarraron también.
MP: ¡Ah! Ya ve, pos ahora usted, es su turno de platicarme de usted de su vida como esposa. ¿En dónde nació usted?
MG: Yo nací en Ciudad Manuel Doblado, Guanajuato.
MP: En Guanajuato. Ah, qué bien. Y, ¿ese era pueblito, rancho?
MG: Un pueblito chico.
MP: ¿Era un pueblito? Y, ¿usted pudo ir a la escuela?
MG: Fui hasta tercer año.
MP: Ah. Entonces, ya sabe un poco escribir.
MG: Más o menos, más o menos. (risas)
MP: Y, ¿cómo se conocieron ustedes?
MG: Acá en Mexicali.
MP: En Mexicali. ¿Cuántos años tenía usted?
MG: Yo veinticinco y él veinticuatro.
MP: ¡Ah! (risas) Entonces, usted un año mayor.
MG: Me lo robé.
MP: ¿Se lo robó? Igual que le robaron a su mamá de él.
MG: Ándele.
MP: Y a ver, ¿cómo se conocieron o cómo fue la historia?
MG: Ah, pues de cuando llegamos allí a Mexicali, estaba una prima mía y tenía unas chamacas. Una como de catorce o quince años. Y otras más chicas que ella y me decían: “Tía, te mandó saludos Panchito”. “Y, ¿quién es Panchito?”. (risas) Y luego dice: “Ese barboncito que pasa por ahí”. Y tenía una barbota así grandota. (risas) Y le digo yo: “¡Ay, no! Viejo asqueroso, está refeo, que ni me ande mandando saludos”. (risas) Se tumbó la barba, se tumbó bigote y todo, porque nomás se le veía la boca así. (risas)
MP: Chiquita, chiquita. (risas)
MG: La boca como un listón así puesto ahí, ahí todo, puro barba negra y china. “No, dije, “está bien feo ese viejo, que ni me ande mandando saludar”. Y después pasaba, cada que pasaba: “Buenos días, buenas tardes. Buenas tardes. Buenas noches”. (risas) Pero decía mi hermana: “¡Ay! A este se le borra el tape, que cada que pasa pasa saludando”. (risas) Sí. Y duramos, duramos dos meses de novios nada más y ya después cuando nos íbamos a ir nosotros de regreso a Guanajuato,
pues ya no me dejó ir.
MP: Y se lo robó.
MG: Me robó. (risas) Y ya me quedé aquí en Mexicali.
MP: Y, ¿él era bracero cuando se conocieron?
MG: Estaba recién venido de cuando había andado de bracero y salió un tiempo y de este, y ya después me fui con él y se volvió a ir y me dejó en su casa de él con su mamá y su, su papá.
MP: Y, ¿cómo fue esa vida?
MG: Bien.
MP: ¿Bien?
MG: Bien tranquila. Es que me quería mucho mi suegra y mi suegro.
MP: ¡Ah, qué bien!
MG: Y pos allí me dejó él con ellos y allí me estuve.
MP: Y, ¿usted tuvo hijos por mientras de eso?
MG: No, hasta que vino me dejó la primera. (risas)
MP: ¿La primera vez que él vino le dejó premiada?
MG: Sí, la primera me dejó con regalo, que fue ella. (risas) Y ya después se volvió a dar otra idita y ya, pos antes de irse, me dejó otro chamaco. (risas) Así andábamos, que te vas y que te quedas.
MP: Cada vez.
LG: No, pero la afortunada fue cuando le dejó dos, no a uno. (risas)
MP: ¿En serio? ¿Tuvo gemelos?
FG: (ininteligible)
MG: Tengo unas cuatas.
FG: (ininteligible)
MP: ¡Ah, qué bien!
MG: Tiene dos, tiene dos, dice. (risas)
MP: Y usted bien feliz, ¿verdad? (risas) ¡Qué bueno! Y, ¿le ayudaban las muchachas en la casa con el mandado o trabajando?
MG: ¿Cuáles muchachas?
MP: Digo, sus hijas y sus hijos, ¿los ayudaban allí en la casa con…?
LG: ¿Económicamente?
MP: Yeah.
LG: O sea, mi abuelita.
MG: Mi cuñada, mis cuñadas.
MP: Ey.
MG: Sí, sí me ayudaba.
MP: Ey. Ah, qué bien.
MG: Mis cuñadas me ayudaban y la más chiquilla siempre andaba conmigo, donde quiera.
MP: Ah, qué bueno.
MG: Y él es el a la que más quiere ahorita, la más chiquilla.
MP: Ah, qué bueno.
MG: Quién sabe por qué será, pero él dice que la quiere más. (risas)
FG: Sí.
MP: Y, ¿cuántos hijos fueron en total que ustedes tuvieron?
MG: Siete.
MP: ¿Siete? Ah, es cierto. Me dijo eso. (risas) Y, ¿cuál fue el número cuando la dejaron las cuatas?
LG: Tercero.
MP: ¿El tercero?
MG: El tercer parto.
MP: El tercer parto.
MG: Fue de doble, de doble regalo.
MP: Y, ¿usted sabía que tenía dos?
MG: No.
MP: Hasta que llegaron.
MG: Hasta que, hasta que ya al último me decía la doctora: “Una de dos, viene deforme tu criatura o son dos, porque se sienten dos corazones”.
MP: ¡Ah!
MG: Y decía yo: “Pos mejor que sean dos y no que esté deforme. ¿Qué va a hacer con dos corazones?”. (risas)
LG: La fecha en que nacieron las muchachas, fue más o menos en la última venida de él, ¿vedá?
MP: Entonces, ¿él tuvo cuatro veces que se fue?
LG: Es que se iba por temporadas y regresaba. Y luego se volvía a ir y volvía a regresar. Y la última vez que vino, fue cuando nacieron las cuatas.
MP: Entiendo. Y tú como hija, ¿cómo era la vida ahí que tu papá iba y venía?
LG: Pues siempre el estar sin mi papá, pues es difícil, ¿vedá? O sea, tenía todos mis tíos, a mis tías allí alrededor, pero casi todas nosotros, como le digo, el hermano de, los otros hermanos de él, tampoco estaban ahí. Nos criamos este, un tiempo sin papá. Nomás el tiempo que estuvo siendo bracero. Y siempre, pues es triste mirar que luego, cuando uno está chiquito, que luego corren, si te caes o corres con la mamá o con el papá y cuando no está, siempre es difícil. Más cuando los dos se vinieron, que nos tocó quedarnos un tiempo con mi abuelita, porque ellos querían juntar dinero para poder agarrar una casita aparte, porque ya teníamos mucho tiempo con mi abuela. Entonces, y que a los dos los detuvieron y nos quedamos, éramos los cuatro con mi abuela, en buenas manos, pero de todos modos fue triste llorar porque ellos no estaban al lado de nosotros.
MG: Ya cuando salí, no me querían. (risas)
MP: ¡Ay! ¿Por qué dice eso?
MG: Te quieres salir.
LG: No tanto que no la quisiéramos, sino…
MG: Se escondían.
LG: Que teníamos meses que no la mirábamos, estábamos chiquitos. En ese entonces, pues teníamos seis años, cinco años y las niñas nomás tres. Entonces, no la teníamos allí y cuando la vimos, pues pa nosotros nuestra mamá en ese entonces, no es que esa fuera nuestra mamá, pero como estábamos a cargo de mi abuelita, la mirábamos y nos escondíamos atrás de las tías o de la abuelita hasta que ella a volvió a ganarnos otra vez el, el cariño.
MP: Entiendo.
LG: No, no es que no la quisiéramos, sino que se venían un tiempo a trabajar y se regresaban y así estaban.
MP: Y, ¿cuántos años duraron así?
MG: Duramos, pues ya ni me acuerdo cuánto, pero duramos bastantito tiempo, no, ahí. Pero yo estuve trabajando en una, en una fábrica de costura. Estuve trabajando en el fil [field] también, anduve trabajando en la zanahoria, en la lechuga, desahijando, el cortito que dijieron ayer. (risas) Salía uno bien cansado con el mentado azadón cortito.
MP: ¿El palito ese cortito?
MG: El azadoncito que tiene el cortito. Iba uno con la mano acá atrás en la cintura y desahijando la lechuga, en la mostaza, anduve en la mostaza, anduve en varias, en varios trabajos anduve acá al otro lado. Pero, yo no era contratada, yo era mojada. (risas)
MP: Y, ¿usted también?
MG: También, entonces ya era mojadito y ya había dejado el contrato y ya no estaba contratado.
MP: Ah. Entiendo, entiendo.
MG: Pero por eso nos tuvieron, nos tuvieron detenidos en… Pero sí.
MP: Y, ¿cómo se vino la familia aquí a Los Ángeles, digo, a los Estados Unidos?
MG: Pos ya cuando ella creció y que se casó, se vino con su esposo.
LG: Ya, o sea, él ya como del, ¿[19]70? No, del [19]65 por ahí, ya no, ya no regresó para acá. Ya se quedó a trabajar allá en…
MG: El [19]68.
LG: El [19]68. Ya no regresó para acá, se quedó a trabajar allá en Mexicali. Entonces, este, nosotros nos veni[mos], mi esposo y yo nos vinimos el [19]85 y de ahí yo arreglé papeles y yo me los traje para acá a ellos, pero apenas me los traje ahora en el 2000. Ya les arreglé. Los, los dos ya tienen sus, sus papeles.
MP: Ah, qué bien. Bueno.
FG: Pero, siempre que pasábamos por Redlands o algo, porque como acá estuvieron trabajando, se acordaba que era donde él había trabajado, en las fábricas de huevo que están allí y todo eso.
MP: ¿También trabajó en las fábricas de huevo?
MG: Sí, pero entonces andaba con mica chueca, andaba con otro nombre.
MP: Entonces, no era bracero.
MG: No. Andaba ya, ya andábamos de mojarritos, (risas) con otra, con otro nombre trabajó en la fábrica empacando huevo.
MP: Empacando huevo.
MG: Piscando, decían ellos, que piscaban huevo. (risas)
MP: De la gallina.
MG: En las granjas.
MP: Ey.
MG: Ey.
LP: ¿En dónde es donde trabajaba?
MG: En Yucaipa, en Yucaipa estuvo trabajando. Y en el fil estuvo en, en el empaque de lechuga y en el, también cortando lechuga, sabe qué tanto hacía en el fil. En el espárrago.
MP: Oh, también ahí.
LG: Pero eso ya fue después de que terminó el Programa Bracero. O sea, siguió viniendo un tiempo.
MP: Bueno y, ¿tienen otra, otra historita por ahí de cuando él se iba de bracero?
MG: No, ya no tengo historias. (risas)
MP: Y entonces, ¿usted se casó después de que él fuera bracero? Digo, perdón. Cuando él…
MG: Cuando la primer vez…
MP: Yeah. Sí.
MG: Se vino él, cuando regresó fue cuando me fui yo con él.
MP: Y usted…
MG: Y ya cuando se vino otra vez me quedé con mis suegros yo.
MP: Y cuando él se iba, ¿le mandaba cartas?
MG: Cartas y dinero.
MP: ¿Cartas y dinero?
MG: Um-hm.
MP: Le mandaba, ¿cada cuándo?
MG: Cada quince días, cada…
MP: Oh, cada quince días.
MG: Si hasta eso que me era fiel. ¿Verdad que sí, viejo? (risas) ¿Me mandabas cada quince días carta?
MP: Dice que sí. (risas) Qué bueno. Qué bueno.
LG: Y, ¿las escribía él o se las escribían a él?
MG: Pos eso sí quién sabe, yo creo que se las escribieron.
MP: ¿Se la escribían a usted las cartas? O, ¿usted las escribía? ¿Usted? ¿No?
FG: No.
MP: ¿No? ¿Se las escribían a usted? ¿Sí? ¡Ah! Y, ¿usted también le escribía pa atrás a él?
MG: Yo también le mandaba cartas a él, pero yo sí las escribía.
MP: Ah, usted ya.
LG: Es que él este, sabía leer, pero nunca tuvo muy buena ortografía, por eso le digo, se las escribían, (risas) y mi mamá sí, mi mamá sabe ella, pos como fue hasta tercero, ella sí sabía escribir bien, ella sí sabía. Nos enseñó a hacer cuentas y todo a nosotros. Por eso me quedé pensando ahorita que dice que le mandaba cartas.
MP: Qué bueno.
LG: ¿Sí te las escribían? La carta, ¿te las escribían o tú las escribías?
FG: (ininteligible)
LG: ¿Se las escribían?
MP: ¿Le cobraban por escribirlas?
FG: (ininteligible)
MP: ¿Sí?
FG: (ininteligible)
MP: ¿Sí?
FG: (ininteligible)
MP: ¡Oh!
MG: Que no puede hablar.
MP: Sí. ¿Sabía usted si le cobraban a él por escribirle las cartas?
MG: No, no sé.
MP: ¿No? Bueno. Muchísimas gracias por pasarse aquí a ser entrevistados.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 26 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Mónica Pelayo
This is an interview with the Gutiérrez family, Francisco Gutiérrez, María Guadalupe and Leticia Gutiérrez on May 26, 2006, in San Bernardino, California. The interviewer is Mónica Pelayo. This interview is part of the Bracero Oral History Project.
MP: Bueno, comencemos primero con la historia de Francisco y luego, vamos a su esposa, que es María Guadalupe y Leticia va a platicar sobre eso. ¿En dónde nació su padre y en qué año?
MG: Él nació en Lluvia de Oro, Chihuahua.
MP: ¿En Lluvia, Lluvia de Oro dijo usted, señora?
MG: Lluvia de Oro.
MP: Y, ¿cómo se llama? ¿Ese es un ranchito?
MG: Un rancho.
MP: ¿Es un rancho?
MG: Sí.
MP: Y, ¿en ese tiempo tenían electricidad y toda esa cosa?
MG: Yo creo que no.
MP: ¿No? ¡Ah! Usted señor, ¿no había electricidad en…?
MG: En donde vivía.
MP: ¿En donde vivía usted cuando nació?
FG: No.
MP: No, no había. ¡Ah, bueno! Y, ¿pudo ir a la escuela?
FG: No.
MP: ¿No? ¿No fue a la escuela o muy poco?
FG: Ni madre.
MP: No, no fue. Bueno, y, ¿cómo se llama? Y, ¿tuvo hermanos o hermanas? ¿Sí?
LG: Sí. Tiene este, cinco hermanos y seis hermanas.
MP: ¿Seis?
LG: Seis hermanas, pero antes de eso, mi abuelo había tenido más, más hijos.
MP: Ah, entonces, ¿cuántos hermanos en total fueron? ¿No sabe?
MG: No, como unos veinte yo creo.
MP: Ah, ¿veinte?
MG: Pos son muchos.
MP: ¡Ah! Fueron muchos. Pero de un matrimonio fueron solamente doce.
LG: Sí, doce.
MP: Ah, qué bien. Y, ¿cómo se llama? Y, ¿nadie pudo ir a la escuela o no sabe si tuvieron escuela allí?
MG: Pos creo que todos aprendieron ya de grandes.
MP: Entonces, ¿sabe leer y escribir él?
MG: Él, poquito, leer sí sabía, pero escribir casi, casi no.
MP: Casi no.
LG: Más bien mi abuelita fue la que los enseñó, ¿vedá?
MG: Um-hm.
LG: Lo que pasa este, que mi abuelita, ella sí era, era de la ciudad, cuando se la robó mi abuelo y ella sí sabía.
MP: ¿Cómo? ¿Qué?
LG: Él se la robó, mi abuelo.
MP: ¡Ah!
LG: Es que no, lo que pasa, (risas) lo que pasa que cuando mi abuelita se la llevó mi abuelo, mi abuelita tenía veintitrés años y mi abuelo ya era un hombre de arriba de sesenta años.
MP: ¡Ah!
LG: Entonces, ella era maestra, pero él nunca la dejó ya más trabajar y ella fue la que los enseñó. Sí sabían leer y escribir. Ya los más chiquitos sí fueron a la escuela pero los primeros no. Mi abuelo era de la, ¿qué raza amá? Tarahumara, ¿cómo?
MG: No, no sé.
LG: Bueno, era de la Sierra de Chihuahua, pero era indio.
MP: Entonces…
LG: Era descendencia…
MP: ¿Usted es parte indio? (risas)
MG: Parte indio y mi suegra decía que ella era española.
MP: ¡Ah!
MG: De raza española.
MP: Ah, okay. Entiendo.
LG: De los Tarahumaras, [m]amá. ¿Vedá que era de los chihuahuas, de allá de Lluvia de Oro?
MP: ¿De los qué?
LG: Tarahumaras
MG: Tarahumaras.
MP: Tarahumaras.
MG: De la descendencia de ellos.
MP: Ah, qué bien. Perdón, un segundito. Y, ¿cómo supo su papá del Programa Bracero?
MG: No, ya vivían en Baja California cuando fue eso.
MP: ¿Cómo? Pos, ¿cómo llegaron a Baja California?
MG: De chico se lo trajieron a Mexicali ellos, sus papás.
MP: ¡Ah!
MG: Se vinieron a vivir a Baja California y ya de allí, cuando fue eso de los braceros, él ya tenía como veinte años, veintitantos años.
MP: Entiendo. Entonces, aquí veo que comenzó en el [19]60 él ahí, ¿verdad?
MG: Sí, en el [19]60.
LG: Él y su hermano. Pero, ¿quién era mami? ¿Mi tío Alejandro? Y, ¿quién más?
MG: Tu tío Alejandro y tu tío Tacho.
LG: Los tres se fueron de braceros.
MP: ¿Los tres muchachos se fueron?
MG: Se fue.
LG: Sí. A mi tío ya le llegó su dinero. (risas) Sí.
MP: Bueno, qué bueno. Y entonces, ¿cómo fue el proceso de que lo contrataran? ¿Tuvo que hacer requisitos?
MG: Fueron a Empalme, Sonora y allá estuvieron ellos en Empalme, Sonora, piscando algodón para conseguir las cartas que les daban.
MP: Oh, ¿necesitaban piscar algodón ahí?
MG: Necesitaban de piscar allá y según lo que piscaban, yo creo fue de los que piscaban más o no sé cómo les agarraban las cartas.
MP: ¿No sabe cómo le agarraban la carta?
MG: Les daban la carta y ya de ahí los mandaban a la contratación.
MP: A mí me habían dicho que tenían que piscar dos mil, ¿serían libras o kilos?
MG: Kilos, yo creo.
MP: ¿Kilos?
MG: Yo creo.
MP: Así tenía. ¿Usted tuvo que piscar dos mil?
FG: Sí.
MP: ¿Sí? Ah, entonces así la hizo. Y, ¿sabe como cuánto tiempo le tomó a usted piscar el algodón en Empalme? ¿Cuánto tiempo duró en Empalme?
FG: No sé.
MG: No se acuerda.
MP: No, no se acuerda. No. (risas) No nos importa, eso no importa, no se preocupe. (risas) Y ya que agarró su carta, ¿después qué hizo?
MG: Los mandaron para acá para Mexicali y de Mexicali fue donde los mandaron, ya allí entraron a… Un cuñado de él se regresó, porque dice que él no le gustó cuando les estaban quitando la ropa y los tenían que fumigar todos. Y dice: “No, le metían el dedo a los batos y yo ya de que estaba ya casi ya para llegar”, dice, “que vi que estaban haciendo eso”, dice, “me di la vuelta y me salí”. (risas)
MP: Entonces, pero usted sí se quedó, ¿verdad?
FG: Sí. (risas)
LG: Sí le gustó. (risas)
MP: Y de allí se fue a San José y piscó nuez, okay. Y, ¿qué hacía? ¿Cómo lo trataban allí en donde trabajaba? ¿Bien? ¿Mal? Ahí en San José, ¿cómo lo trataban los mayordomos? ¿Bien?
FG: Muy bien.
MP: ¿Bien? ¿Sí? ¿Ahí bien? Y, ¿tenían días de descanso? ¿Descansaba el domingo? (risas) Ya ni se acuerda, no se acuerda. Pero, ¿sí se acordaba de descansar? ¿Sí? Y, ¿qué hacía? ¿Se iba allá al cine?
MG: A jugar baraja.
MP: Ah, ¿jugaba baraja? (risas) ¡Ah! Yo creo que sí o, ¿no? ¿No?
FG: (ininteligible)
LG: Dominó nomás.
MP: No, no se acuerda.
MG: No se acuerda.
MP: No se acuerda. Pero sí iba al cine y todo eso, ¿verdad? A divertirse un ratito, ¿sí? Qué bueno. Y, ¿podía ir a las tiendas o cosas así? ¿También? Ah, qué bueno. Y también cuando estaba en San Francisco, en Tulare, o en Oxnard, ¿también pudo ir al cine o ya no?
LG: A lo mejor sí.
FG: (ininteligible)
MP: ¿No?
MG: No se acuerda.
MP: ¿No se acuerda? Okay. Y a ver, vamos. Y, ¿qué hizo en San Francisco? ¿No se acuerdan?
MG: No.
MP: No.
MG: Pos él nomás decía que piscó, anduvo piscando tomate, anduvo piscando toronja y piscaban frutas, pero no sé qué y qué sería lo que piscaban. Y de este, y nuez. Supe que piscó nueces, porque cuando vino, nos llevaba una, una maletín lleno de nueces.
MP: ¡Ah!
MG: Por eso sé que, que anduvo en la nuez también.
MP: ¿Se las robó? (risas) O, ¿se las regalaron?
FG: (ininteligible)
MP: ¿Se las regalaron? ¡Ah, qué bueno! (risas) Sí, porque robar es malo. (risas)
MG: Maque, maque. (risas)
MP: Bueno. Y entonces, ¿lo trataban bien allí los mayordomos en todos esos lugares a usted?
FG: Muy bueno.
MP: ¿Sí? ¿Sí? Qué bueno. ¿Comía bien? ¿La comida estaba buena? ¿Sí?
FG: Estaba bien.
MP: ¿Si les daban buena comida?
FG: Más o menos.
MP: Sí. Qué bueno. ¿Más o menos?
FG: Ahí nomás.
MP: Por ahí. (risas) Qué bueno. Y después de bracero, ¿qué hizo?
MG: Se vino para acá para Mexicali y de acá de Mexicali estuvo un tiempo ahí trabajando en la obra y de allí nos venimos otra vez de acá para mojaditos. (risas)
MP: ¡Ay, mojaditos!
MG: Y aquí nos metieron al botecito también a nosotros. (risas)
MP: ¿También? ¿Los descubrieron o cómo fue que los metieron al bote?
MG: Sí, me agarraron, me agarró La Migra a mí y él se fue a buscarme, a ver si ya había salido y ya de regreso lo agarraron también.
MP: ¡Ah! Ya ve, pos ahora usted, es su turno de platicarme de usted de su vida como esposa. ¿En dónde nació usted?
MG: Yo nací en Ciudad Manuel Doblado, Guanajuato.
MP: En Guanajuato. Ah, qué bien. Y, ¿ese era pueblito, rancho?
MG: Un pueblito chico.
MP: ¿Era un pueblito? Y, ¿usted pudo ir a la escuela?
MG: Fui hasta tercer año.
MP: Ah. Entonces, ya sabe un poco escribir.
MG: Más o menos, más o menos. (risas)
MP: Y, ¿cómo se conocieron ustedes?
MG: Acá en Mexicali.
MP: En Mexicali. ¿Cuántos años tenía usted?
MG: Yo veinticinco y él veinticuatro.
MP: ¡Ah! (risas) Entonces, usted un año mayor.
MG: Me lo robé.
MP: ¿Se lo robó? Igual que le robaron a su mamá de él.
MG: Ándele.
MP: Y a ver, ¿cómo se conocieron o cómo fue la historia?
MG: Ah, pues de cuando llegamos allí a Mexicali, estaba una prima mía y tenía unas chamacas. Una como de catorce o quince años. Y otras más chicas que ella y me decían: “Tía, te mandó saludos Panchito”. “Y, ¿quién es Panchito?”. (risas) Y luego dice: “Ese barboncito que pasa por ahí”. Y tenía una barbota así grandota. (risas) Y le digo yo: “¡Ay, no! Viejo asqueroso, está refeo, que ni me ande mandando saludos”. (risas) Se tumbó la barba, se tumbó bigote y todo, porque nomás se le veía la boca así. (risas)
MP: Chiquita, chiquita. (risas)
MG: La boca como un listón así puesto ahí, ahí todo, puro barba negra y china. “No, dije, “está bien feo ese viejo, que ni me ande mandando saludar”. Y después pasaba, cada que pasaba: “Buenos días, buenas tardes. Buenas tardes. Buenas noches”. (risas) Pero decía mi hermana: “¡Ay! A este se le borra el tape, que cada que pasa pasa saludando”. (risas) Sí. Y duramos, duramos dos meses de novios nada más y ya después cuando nos íbamos a ir nosotros de regreso a Guanajuato,
pues ya no me dejó ir.
MP: Y se lo robó.
MG: Me robó. (risas) Y ya me quedé aquí en Mexicali.
MP: Y, ¿él era bracero cuando se conocieron?
MG: Estaba recién venido de cuando había andado de bracero y salió un tiempo y de este, y ya después me fui con él y se volvió a ir y me dejó en su casa de él con su mamá y su, su papá.
MP: Y, ¿cómo fue esa vida?
MG: Bien.
MP: ¿Bien?
MG: Bien tranquila. Es que me quería mucho mi suegra y mi suegro.
MP: ¡Ah, qué bien!
MG: Y pos allí me dejó él con ellos y allí me estuve.
MP: Y, ¿usted tuvo hijos por mientras de eso?
MG: No, hasta que vino me dejó la primera. (risas)
MP: ¿La primera vez que él vino le dejó premiada?
MG: Sí, la primera me dejó con regalo, que fue ella. (risas) Y ya después se volvió a dar otra idita y ya, pos antes de irse, me dejó otro chamaco. (risas) Así andábamos, que te vas y que te quedas.
MP: Cada vez.
LG: No, pero la afortunada fue cuando le dejó dos, no a uno. (risas)
MP: ¿En serio? ¿Tuvo gemelos?
FG: (ininteligible)
MG: Tengo unas cuatas.
FG: (ininteligible)
MP: ¡Ah, qué bien!
MG: Tiene dos, tiene dos, dice. (risas)
MP: Y usted bien feliz, ¿verdad? (risas) ¡Qué bueno! Y, ¿le ayudaban las muchachas en la casa con el mandado o trabajando?
MG: ¿Cuáles muchachas?
MP: Digo, sus hijas y sus hijos, ¿los ayudaban allí en la casa con…?
LG: ¿Económicamente?
MP: Yeah.
LG: O sea, mi abuelita.
MG: Mi cuñada, mis cuñadas.
MP: Ey.
MG: Sí, sí me ayudaba.
MP: Ey. Ah, qué bien.
MG: Mis cuñadas me ayudaban y la más chiquilla siempre andaba conmigo, donde quiera.
MP: Ah, qué bueno.
MG: Y él es el a la que más quiere ahorita, la más chiquilla.
MP: Ah, qué bueno.
MG: Quién sabe por qué será, pero él dice que la quiere más. (risas)
FG: Sí.
MP: Y, ¿cuántos hijos fueron en total que ustedes tuvieron?
MG: Siete.
MP: ¿Siete? Ah, es cierto. Me dijo eso. (risas) Y, ¿cuál fue el número cuando la dejaron las cuatas?
LG: Tercero.
MP: ¿El tercero?
MG: El tercer parto.
MP: El tercer parto.
MG: Fue de doble, de doble regalo.
MP: Y, ¿usted sabía que tenía dos?
MG: No.
MP: Hasta que llegaron.
MG: Hasta que, hasta que ya al último me decía la doctora: “Una de dos, viene deforme tu criatura o son dos, porque se sienten dos corazones”.
MP: ¡Ah!
MG: Y decía yo: “Pos mejor que sean dos y no que esté deforme. ¿Qué va a hacer con dos corazones?”. (risas)
LG: La fecha en que nacieron las muchachas, fue más o menos en la última venida de él, ¿vedá?
MP: Entonces, ¿él tuvo cuatro veces que se fue?
LG: Es que se iba por temporadas y regresaba. Y luego se volvía a ir y volvía a regresar. Y la última vez que vino, fue cuando nacieron las cuatas.
MP: Entiendo. Y tú como hija, ¿cómo era la vida ahí que tu papá iba y venía?
LG: Pues siempre el estar sin mi papá, pues es difícil, ¿vedá? O sea, tenía todos mis tíos, a mis tías allí alrededor, pero casi todas nosotros, como le digo, el hermano de, los otros hermanos de él, tampoco estaban ahí. Nos criamos este, un tiempo sin papá. Nomás el tiempo que estuvo siendo bracero. Y siempre, pues es triste mirar que luego, cuando uno está chiquito, que luego corren, si te caes o corres con la mamá o con el papá y cuando no está, siempre es difícil. Más cuando los dos se vinieron, que nos tocó quedarnos un tiempo con mi abuelita, porque ellos querían juntar dinero para poder agarrar una casita aparte, porque ya teníamos mucho tiempo con mi abuela. Entonces, y que a los dos los detuvieron y nos quedamos, éramos los cuatro con mi abuela, en buenas manos, pero de todos modos fue triste llorar porque ellos no estaban al lado de nosotros.
MG: Ya cuando salí, no me querían. (risas)
MP: ¡Ay! ¿Por qué dice eso?
MG: Te quieres salir.
LG: No tanto que no la quisiéramos, sino…
MG: Se escondían.
LG: Que teníamos meses que no la mirábamos, estábamos chiquitos. En ese entonces, pues teníamos seis años, cinco años y las niñas nomás tres. Entonces, no la teníamos allí y cuando la vimos, pues pa nosotros nuestra mamá en ese entonces, no es que esa fuera nuestra mamá, pero como estábamos a cargo de mi abuelita, la mirábamos y nos escondíamos atrás de las tías o de la abuelita hasta que ella a volvió a ganarnos otra vez el, el cariño.
MP: Entiendo.
LG: No, no es que no la quisiéramos, sino que se venían un tiempo a trabajar y se regresaban y así estaban.
MP: Y, ¿cuántos años duraron así?
MG: Duramos, pues ya ni me acuerdo cuánto, pero duramos bastantito tiempo, no, ahí. Pero yo estuve trabajando en una, en una fábrica de costura. Estuve trabajando en el fil [field] también, anduve trabajando en la zanahoria, en la lechuga, desahijando, el cortito que dijieron ayer. (risas) Salía uno bien cansado con el mentado azadón cortito.
MP: ¿El palito ese cortito?
MG: El azadoncito que tiene el cortito. Iba uno con la mano acá atrás en la cintura y desahijando la lechuga, en la mostaza, anduve en la mostaza, anduve en varias, en varios trabajos anduve acá al otro lado. Pero, yo no era contratada, yo era mojada. (risas)
MP: Y, ¿usted también?
MG: También, entonces ya era mojadito y ya había dejado el contrato y ya no estaba contratado.
MP: Ah. Entiendo, entiendo.
MG: Pero por eso nos tuvieron, nos tuvieron detenidos en… Pero sí.
MP: Y, ¿cómo se vino la familia aquí a Los Ángeles, digo, a los Estados Unidos?
MG: Pos ya cuando ella creció y que se casó, se vino con su esposo.
LG: Ya, o sea, él ya como del, ¿[19]70? No, del [19]65 por ahí, ya no, ya no regresó para acá. Ya se quedó a trabajar allá en…
MG: El [19]68.
LG: El [19]68. Ya no regresó para acá, se quedó a trabajar allá en Mexicali. Entonces, este, nosotros nos veni[mos], mi esposo y yo nos vinimos el [19]85 y de ahí yo arreglé papeles y yo me los traje para acá a ellos, pero apenas me los traje ahora en el 2000. Ya les arreglé. Los, los dos ya tienen sus, sus papeles.
MP: Ah, qué bien. Bueno.
FG: Pero, siempre que pasábamos por Redlands o algo, porque como acá estuvieron trabajando, se acordaba que era donde él había trabajado, en las fábricas de huevo que están allí y todo eso.
MP: ¿También trabajó en las fábricas de huevo?
MG: Sí, pero entonces andaba con mica chueca, andaba con otro nombre.
MP: Entonces, no era bracero.
MG: No. Andaba ya, ya andábamos de mojarritos, (risas) con otra, con otro nombre trabajó en la fábrica empacando huevo.
MP: Empacando huevo.
MG: Piscando, decían ellos, que piscaban huevo. (risas)
MP: De la gallina.
MG: En las granjas.
MP: Ey.
MG: Ey.
LP: ¿En dónde es donde trabajaba?
MG: En Yucaipa, en Yucaipa estuvo trabajando. Y en el fil estuvo en, en el empaque de lechuga y en el, también cortando lechuga, sabe qué tanto hacía en el fil. En el espárrago.
MP: Oh, también ahí.
LG: Pero eso ya fue después de que terminó el Programa Bracero. O sea, siguió viniendo un tiempo.
MP: Bueno y, ¿tienen otra, otra historita por ahí de cuando él se iba de bracero?
MG: No, ya no tengo historias. (risas)
MP: Y entonces, ¿usted se casó después de que él fuera bracero? Digo, perdón. Cuando él…
MG: Cuando la primer vez…
MP: Yeah. Sí.
MG: Se vino él, cuando regresó fue cuando me fui yo con él.
MP: Y usted…
MG: Y ya cuando se vino otra vez me quedé con mis suegros yo.
MP: Y cuando él se iba, ¿le mandaba cartas?
MG: Cartas y dinero.
MP: ¿Cartas y dinero?
MG: Um-hm.
MP: Le mandaba, ¿cada cuándo?
MG: Cada quince días, cada…
MP: Oh, cada quince días.
MG: Si hasta eso que me era fiel. ¿Verdad que sí, viejo? (risas) ¿Me mandabas cada quince días carta?
MP: Dice que sí. (risas) Qué bueno. Qué bueno.
LG: Y, ¿las escribía él o se las escribían a él?
MG: Pos eso sí quién sabe, yo creo que se las escribieron.
MP: ¿Se la escribían a usted las cartas? O, ¿usted las escribía? ¿Usted? ¿No?
FG: No.
MP: ¿No? ¿Se las escribían a usted? ¿Sí? ¡Ah! Y, ¿usted también le escribía pa atrás a él?
MG: Yo también le mandaba cartas a él, pero yo sí las escribía.
MP: Ah, usted ya.
LG: Es que él este, sabía leer, pero nunca tuvo muy buena ortografía, por eso le digo, se las escribían, (risas) y mi mamá sí, mi mamá sabe ella, pos como fue hasta tercero, ella sí sabía escribir bien, ella sí sabía. Nos enseñó a hacer cuentas y todo a nosotros. Por eso me quedé pensando ahorita que dice que le mandaba cartas.
MP: Qué bueno.
LG: ¿Sí te las escribían? La carta, ¿te las escribían o tú las escribías?
FG: (ininteligible)
LG: ¿Se las escribían?
MP: ¿Le cobraban por escribirlas?
FG: (ininteligible)
MP: ¿Sí?
FG: (ininteligible)
MP: ¿Sí?
FG: (ininteligible)
MP: ¡Oh!
MG: Que no puede hablar.
MP: Sí. ¿Sabía usted si le cobraban a él por escribirle las cartas?
MG: No, no sé.
MP: ¿No? Bueno. Muchísimas gracias por pasarse aquí a ser entrevistados.
Fin de la entrevista
Interviewer
Pelayo, Monica
Interviewee
Gutiérrez, Francisco
Location
San Bernardino, CA
File Name Identifier
Gutierrez_SANB008
Citation
Pelayo, Monica and Gutiérrez, Francisco, “Francisco Gutiérrez,” Bracero History Archive, accessed November 28, 2024, https://braceroarchive.org./items/show/380.