Juan Báez Barragán
Title
Juan Báez Barragán
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Juan Báez Barragán was born on April 15, 1922, in Aguililla, Michoacán, México; his parents worked in agriculture, and he was the fourth eldest of his eight siblings; he was never formally educated, because there were no schools due to the Cristero War; consequently, when he was ten years old, he began working the land; he later worked in the United States illegally for a short time before obtaining a bracero contract in 1949, which took him to work in Arizona and California; in 1979, he returned to the United States as an undocumented worker; he later applied for amnesty and arranged for legal residency.
Summary of Interview: Mr. Báez briefly describes his family and childhood; later, he worked in the United States illegally for a short time before returning to México through Mexicali, Baja California, and obtaining a bracero contract in 1949; he goes on to explain the requirements, including how their hands were checked, physical exams, x-rays, and blood samples; consequently, he underwent similar procedures when going through the contracting center in Empalme, Sonora; he also talks about transportation from the centers to the border by bus and train; as a bracero he worked in Arizona and California; he also details the various worksites, daily routines, housing, amenities, provisions, working relationships, payments, deductions, remittances, and recreational activities; moreover, he explains the difference between contract and hourly pay; he also describes contract renewals and how every eighteen months, braceros had to return to México; at one of the camps the cook would often buy chicken, fish, and meat, that was cheap, because it was old; when the workers complained to the Mexican consul, they would announce their visit and the food would be different, which nullified the grievance; in 1979, he returned to the United States as an undocumented worker; he later applied for amnesty and arranged for legal residency; overall he has positive memories of the bracero program, and he comments on how it changed his life for the better.
Summary of Interview: Mr. Báez briefly describes his family and childhood; later, he worked in the United States illegally for a short time before returning to México through Mexicali, Baja California, and obtaining a bracero contract in 1949; he goes on to explain the requirements, including how their hands were checked, physical exams, x-rays, and blood samples; consequently, he underwent similar procedures when going through the contracting center in Empalme, Sonora; he also talks about transportation from the centers to the border by bus and train; as a bracero he worked in Arizona and California; he also details the various worksites, daily routines, housing, amenities, provisions, working relationships, payments, deductions, remittances, and recreational activities; moreover, he explains the difference between contract and hourly pay; he also describes contract renewals and how every eighteen months, braceros had to return to México; at one of the camps the cook would often buy chicken, fish, and meat, that was cheap, because it was old; when the workers complained to the Mexican consul, they would announce their visit and the food would be different, which nullified the grievance; in 1979, he returned to the United States as an undocumented worker; he later applied for amnesty and arranged for legal residency; overall he has positive memories of the bracero program, and he comments on how it changed his life for the better.
Creator
Loza, Mireya
Báez Barragán, Juan
Date
2005-07-27
Subject
Bracero
Contributor
Cristóbal Borges
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Juan Báez Barragán
creator (Spanish)
Loza, Mireya
contributor (Spanish)
Cristóbal A. Borges
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Original Format
Mini disc
Duration
43:04
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Juan Báez Barragán
Fecha de la entrevista: 27 de julio de 2005
Nombre del entrevistador: Mireya Loza
ML: Dígame su nombre, pero aquí para tenerlo grabado.
JB: Juan Báez Barragán.
ML: ¿Dónde nació y cuándo nació usted?
JB: Nací el día 15 de abril de 1922.
ML: Hábleme de su familia y del lugar donde nació.
JB: Aguililla, Michoacán.
ML: ¿A qué se dedicaban sus padres?
JB: A la agricultura.
ML: ¿Proviene usted de una grande familia?
JB: Sí.
ML: ¿Cuántos hermanos y hermanas tiene?
JB: Éramos ocho.
ML: Ocho, y, ¿cuál es usted entre los ocho?
JB: Había ora veras, mira, había tres primero que yo y después seguía[n] otros cinco.
ML: Otros cinco.
JB: Sí.
ML: Era una familia grande. Hábleme de cuando fue a escuela. ¿Usted fue a la escuela?
JB: Este, no pude, no, no tuve la suerte porque era el tiempo de la Revolución Cristera y no había escuelas.
ML: ¿Cuántos años tenía usted cuando empezó a trabajar?
JB: Desde diez años.
ML: ¿Cuál fue su primer trabajo?
JB: Agricultura.
ML: ¿Cómo se enteró usted del Programa Bracero?
JB: Porque cuando reventó el volcán de Paricutín en Michoacán, entonces hubo contrataciones en Uruapan y entonces yo fui a ver si me contrataba y no me tocó suerte de contratarme, después me vine ansina sin papeles.
ML: La primera vez que se vino fue sin papeles.
JB: Sí.
ML: ¿No fue como bracero?
JB: No.
ML: No, okay. ¿Cómo le llamaron al Programa Bracero en México cuando usted escuchó por primera vez? ¿Le llamaban Programa Bracero como aquí?
JB: Igual, braceros.
ML: Okay. ¿Dónde vivía usted en ese tiempo?
JB: En Aguililla, Michoacán.
ML: ¿Estaba usted casado cuando vino primero?
JB: Sí, sí.
ML: ¿Alguna vez llegó a pensar en trabajar en los Estados Unidos antes de aquella época?
JB: Sí.
ML: ¿Sí?
JB: Sí.
ML: ¿Cuándo y por qué?
JB: Porque yo, yo como no tuve escuela, yo de todos modos yo quería salir adelante, porque entonces allá el sueldo de los trabajadores allá en Aguililla era de $2 pesos de sol a sol y por eso yo me vine.
ML: Y, ¿usted después de esa primera vez vino como bracero o se iba nomás así?
JB: No, la mera, primera vez ilegal, te digo. Y entré por Tijuana, trabajé cuarenta días piscando ejote a $0.50 centavos la hora. A los cuarenta días me echaron para fuera y después me contraté en Mexicali y me tocó trabajar un día a un lado de Los Ángeles, pero ya fue a finales de la pisca de naranja. Y ya ahí se acabó la pisca de la naranja, entonces de ahí nos cambiaron a Riverside a un campo de braceros, pero resulta que no había nada de trabajo, estuvimos como un mes sin trabajar nada, sin sueldo, nomás comiendo. Y el que era vicioso salía a la calle a buscar pachichas para hacer cigarro para poder fumar, porque no teníamos ni un centavo.
ML: Y, ¿cómo es que usted sobrevivió durante ese tiempo?
JB: (risas) Bueno…
ML: Con el dinero.
JB: Enseguida no, enseguida, de todos modos allá mi familia, pos éramos familia grande. Allá, ellos, allá sostienen a mi familia allá a mis, mi papá, mis hermanos. Ya después se, ese año tocó que heló mucho y nos sacaron a trabajar por horas, a $0.75 centavos la hora ahí en Riverside a tumbar la naranja que estaba helada. Y ya después ya seguimos ya piscando naranja, pero pues muy barato, no hacíamos dinero nada, allá pa malvivir. Y el borde a veces estaba pésimo, pero a veces algunos compañeros iban a poner la queja al Cónsul de San Bernandino y el cónsul avisaba qué día iba a venir para que ellos previnieran buena comida y entonces ya. Entonces el cónsul, el cónsul nos decía, ¿no?, pos que la comida estaba muy sabrosa, que no tenía nada de malo y, pero siempre lo hacían ansina los que entendían con el comedor. Era una señora texana que cuando había oportunidad de comprar carne barata, se compraba riñones o pollo ya muy pasado o pescado también ya. A veces los pescados ya con unos clavos negros y eso nos daban de comer porque era muy barato eso y ellos aprovechaban lo barato pa darnos.
ML: A ver dénos un segundo.
(entrevista interrumpida)
ML: La primera vez que se vino, antes de venir como bracero, ¿cuál eran sus expectativas del Programa Bracero?
JB: Pues tener algún dinero pa poder trabajar allá en mi tierra. Pero que pues nunca lo pude lograr porque nos pagan muy barato. Después en 1955 sí, entonces ya de ahí nos daba, nos daban a todos, ¿veá? El que salía buen trabajador, nos daban una mica y al salir nos las recogían y ya cuando regresamos nos daban otra nueva y la última, la última que me dieron ya fue pues cuando ya se acabaron los braceros en 1964 y es la que tengo.
ML: Y la primera vez que usted vino como bracero, ¿en qué año fue eso?
JB: Mil novecientos cuarenta y nueve.
ML: Cuarenta y nueve. Describa el proceso de contratación. ¿Cómo fue ese proceso de contratación? Usted dijo que fue a la Ciudad de México, ¿verdad?
JB: No, tocó que hubo contrataciones en Mexicali y yo andaba ahí en Mexicali pos en la lucha de poderme pasar para acá o contratarme. Me tocó contratarme y de ese modo pasé ya contratado y ya así ya duré años contratado. Podíamos, con un contrato podíamos durar dieciocho meses, cada seis meses nos podían reformar el contrato, pero a los dieciocho meses tenía uno que salir por juerza a pisar tierra mexicana y de ahí si queríamos volver, volvíamos y ya nos daban uno la mica como especiales, como buen trabajador y ya.
MA: Y, ¿qué requisitos debían cumplir para ser braceros? ¿Tenían requisitos para los braceros?
JB: Pues, como la gente que éramos del rancho, pues nos miraban que éramos del rancho, nos miraban las manos, si tenían callos, pos luego luego pasamos, si no teníamos callos, no pasábamos, como el que era panadero.
ML: Y, ¿necesitaron algunos documentos para ser braceros?
JB: Sí, necesitabamos acta de nacimiento.
ML: Y, ¿qué otras cosas?, ¿sólo la acta?
JB: Nomás.
ML: ¿Nomás? Así que, ¿usted fue y se registró con sus manos y su acta?
JB: Sí.
ML: ¿Hubo algún examen físico?
JB: Sí, en El Centro. Ahí nos pasaban y tenían un aparato para sacarnos una radiografía de aquí del pecho y nos sacaban sangre a todos, una, sí, una ampolleta de sangre a todos pa ver si estábamos malos de la sangre. A mí me tocó suerte que nunca salí malo de la sangre.
ML: Y, ¿qué le dijeron las autoridades ya sean mexicanas o norteamericanas que podía esperar de su trabajo? ¿Le explicaron algo del trabajo que iba a ir a hacer usted, antes de llegar a los Estados Unidos?
JB: No.
ML: ¿No?
JB: No.
ML: ¿Le informaron ellas algo acerca de su salario, condiciones de vida, alimento o transportación?
JB: Sí, allá en Empalme, Sonora cuando nos contratábamos, pos ya ahí nos daban luego luego un lonche y tocaba, nos echaban en unos autobuses que veníamos como sardinas, sin clima, nada o si nos echaban en un tren, entonces era un tren carguero. En el tren había unos furgones con bancas de madera para sentarnos ahí y de ese modo veníamos. Y en cuestión de los encargados de los braceros, pos siempre llevamos la de perder, porque si no teníamos dinero, no podíamos ir a enlistarnos y los que tenían dinero llegaban a las vías del tren, pos había algún coyote que hacía una lista de cien o doscientos con, pagando. Entonces pasaban primero y los que iban, venían en lista de gobernaciones, nos llevaban pa el último que no pagábamos nada y ansina era la contratación.
ML: ¿Así era? ¿Dónde cruzó usted la frontera las varias veces que vino?
JB: Por Tijuana y Mexicali.
ML: Siempre por Tijuana. Decriba físicamente el centro de recepción. ¿Cómo era el centro donde llegaba?
JB: Ese, ahí había como para dormir ahí y era onde nos hacían el examen del pulmón y de la sangre, pero no durábamos, siempre llegábamos y enseguida, luego luego nos mandaban a nosotros a los lugares que le tocaban a uno.
ML: ¿Qué tuvo que obtener, qué tuvo que hacer para obtener su permiso de trabajo? ¿Necesitaba enseñar que tenía inmunizaciones o necesitaba otros papeles médicos, más de lo que le hacían?
JB: No.
ML: ¿Tuvo alguna opción para escoger entre el tipo de trabajo durante el tiempo de empleo?
JB: No.
ML: O sea salario.
JB: No, no, no.
ML: ¿No? ¿Tuvo usted algo que decir acerca de donde llegaba?
JB: No.
ML: O sea podía elegir, no podía elegir si se iba a Texas o California.
JB: No, cuando eran las contrataciones ahí en Empalme, siempre eran aquí a California o Arizona. De aquí, ya con las que se contrataban era pa Texas, las contrataciones eran allá en aquel lado, allá por León o no sé dónde, yo nunca me contraté por allá.
ML: ¿Se permitía tener con usted algunos objetos personales cuando se iba como bracero, dejaban que pasara con cosas?
JB: ¡Ah!, otra cosa que se nos estaba pasando, de que si llevaba uno mucha ropa, tenía uno, a la salida tenía uno que pagar que porque llevaba mucha ropa, tenía uno que pagar un dinero ahí. Si llevaba una televisión, ahí de salida otra vuelta comprada, con lo que tenía que pagar. Pero yo nunca llevé ni una, le salía comprarla con lo que tenía uno que pagar y muchos ahí mejor las dejaban ahí las cosas y allá en Sonorita, pos ahí tenían una bodega de todas las cosas que habían recogido de los braceros.
ML: ¿Qué sucedía después de que usted terminaba el proceso y recibía su permiso de trabajo? Ya cuando le daban la identificación, ¿qué es lo que sucedía exactamente?
JB: Cuando ya, como por ejemplo cuando llegaba uno de México de contratado, que no, pos nomás… Bueno, si nos tocaba a la naranja, nos daban el saco y las tijeras pa ir a la naranja. Si era por ejemplo, si era desahije de lechuga y betabel, ahí nos daban el azadón, que nos daban el azadón cortito porque después hubo, hubo problema con eso, con la aseguranza, porque todos nos enfermamos del riñón por trabajar con ese azadón cortito. Después lo quitaron, no sé ahora cómo desahijarán o plantarán mata por mata, no sé ahora. Yo ya, ya no me ha tocado trabajar en eso.
ML: ¿En cuántos lugares diferentes trabajó usted como bracero?
JB: En Riverside, en Fullerton, y en San Luis Rey. Ahí en San Luis Rey con unos japoneses.
ML: Y se acuerda…
JB: Era, era, el nombre de ellos era Yasukochi Corporation, japoneses.
ML: Y, ¿se acuerda en qué año fue eso?
JB: En el [19]55, con los japoneses en el [19]55.
ML: En el [19]55. Y, ¿cómo lo trataban los japoneses?
JB: No, no en el [19]56. Pues bien, más o menos, pero sólo los fines de, los fines de semana había una hija de ellos, se llamaba María, y los fines de semana le llevaban a ella una cuadrilla para que ella dirigiera esa cuadrilla y lo que hacía de andar, decía: “Hurry up, señor. Ándele, ándele más”. Pos ya a mí nunca me gustó que me anduvieran así arreando, yo siempre iba adelante.
ML: Y, ¿notó diferencia en el trato que le daban los japoneses con los otros, en comparación a los otros dueños de las otras fincas donde trabajaba?
JB: Sí, sí.
ML: Y, ¿qué era la diferencia?
JB: Pues, nomás nos trataban mejor.
ML: ¿Los japoneses?
JB: Sí. Ya cuando yo me hice ya de conociencia con ellos, primero pos yo les caí mal, pero a poquito yo, pos no sé y después me daban a mí a veces hasta unos cinco, seis trabajadores pa que yo juera a hacer algún trabajo. Y como ellos, como llega el invierno que no tenían trabajo, me daban preferencia hasta ir a limpiar la casa de ellos, para que ahí de todos modos yo ganara, después ya eran muy buenos ya.
ML: Y, ¿qué tipo de trabajo hacía con los japoneses?
JB: Como era verdura, ellos sembraban lechuga, como unas tres clases de lechuga, sembraban camote, sembraban chile, chile mexicano y chile california y chile de ese güerito, pues nomás.
ML: ¿Como cuántos braceros trabajaban con usted?
JB: Eran como unos treinta y cinco, cuarenta. Era un campo chiquito, pero después la compañía de braceros pos le interesó mejor hacer un campo grande para reunir de todos los braceros que había en los rancheros ahí en ese vallecito de San Luis Rey, hizo un campo grande pa reunir, reunirnos todos allá y cobrarnos el borde ya por la compañía de Asociación de Braceros.
ML: Hábleme de los otros braceros que trabajaban ahí. ¿Hizo usted algunas amistades duraderas?
JB: No.
ML: ¿No? ¿Contrataron los patrones algún ilegal que estuviera ahí trabajando con usted?
JB: Si, si contrataban algún ilegal ahí donde yo trabajaba, les quitaban los braceros.
ML: Así que en ningún lugar donde usted trabajó tenían trabajadores ilegales.
JB: No.
ML: ¿No? Con los otros patrones de las otras fincas donde usted trabajó, ¿tenía mucho contacto con ellos como con los japoneses?
JB: No.
ML: ¿No?
JB: No.
ML: ¿No hablaba usted con ellos nunca?
JB: No, no.
ML: Y en las otras fincas, ¿cómo lo trataban?
JB: Pues bien, sí. Yo hasta eso que no, no me quejo yo mucho. A veces, como en algunos trabajos, los que nos trataban mal eran los mayordomos. Por ejemplo, en la lechuga allá en, me tocó trabajar un tiempecito allá en Arizona y esos, mayordomos allá, pues eran muy exigentes.
ML: ¿Alguna vez fueron autoridades mexicanas al lugar donde trabajaba usted?
JB: Nunca.
ML: ¿Nunca? ¿En alguna ocasión fue La Migración a revisar la documentación de los trabajadores?
JB: Una vez sí andaba allá en, allá pa Blythe piscando algodón, jue una temporadita de cuatro meses y sí, una vez jue La Migración ahí a revisarnos ahí, pero sólo encontraron uno que no tenía papeles, todos teníamos papeles.
ML: Y hábleme de su familia que se quedó en México, ¿cómo se comunicaban?
JB: Todo por carta.
ML: Y en ese tiempo, ¿cuántos hijos tenía usted?, o, ¿tenía hijos?
JB: Tres.
ML: ¿Tres?
JB: Tres.
ML: Y, ¿todos estaban en México?
JB: Sí.
ML: Y, ¿dónde vivía su esposa?
JB: En Aguililla.
ML: En Aguililla, y hablaban a veces por teléfono o usted iba a verla, yo supongo.
JB: No había teléfono en Aguililla. (risas) No, solamente por cartas. En ese entonces había muy buen servicio de correo, lo que ahora ya no hay. Ora dura como quince días una carta pa llegar, no sé por qué. Entonces llegaba una carta a los cuatro días y entonces me costaba la estampilla de, por aérea me costaba $0.05 centavos y hasta con una estampilla de a $0.03 podía yo mandar cartas allá, lo que ahora vale a como a treinta y tantos centavos.
ML: Y, ¿usted le mandaba dinero, inclusive, en las cartas?
JB: Sí.
ML: ¿Sí?
JB: Todo por carta.
ML: Y, ¿cuánto dinero le mandaba usted? ¿De vez en cuando le mandaba dinero o seguido le mandaba?
JB: Sí, yo le mandaba de $100 dólares, sí.
ML: Y, ¿cómo se sentía su esposa que usted se fuera de bracero?
JB: A ella les daba gusto, allá me platica una hija, que ella era la que iba a recibir el dinero allá, le daba mucho gusto porque entonces valía $12.50 el dólar y que andaba, lo cambiaba los $100 dólares y ella miraba pues bastante dinero, ey.
ML: Vamos a hablar un poquito de su rutina diaria y condiciones de vida. ¿Cuántos días a la semana trabajaba cuando era bracero más o menos?
JB: Los seis días.
ML: ¿Seis días? ¿Qué hacía en su día libre?
JB: ¿Qué, qué hacía yo?
ML: En su día libre.
JB: Pues dormir.
ML: ¿Sí?
JB: Tomar así pa descansar. Los demás muchachos que estaban pues, que estaban entrenándose a jugar al futbol, jugaban futbol. Pos yo nomás me ponía a mirarlos, algunos se ponían nomás a jugar baraja allí, todo el día hasta en la noche.
ML: Y, ¿cuántas horas por día trabajaba normalmente?
JB: Siempre eran unas ocho horas o menos, a veces que era un pedido chico de naranja y terminábamos pronto el pedido y pos trabajábamos unas cuatro, cinco horas a veces.
ML: Describa el día normal de trabajo.
JB: ¿Eh?
ML: ¿Cómo era su día normal de trabajo? ¿A qué horas se levantaba?
JB: Nos levantaban a oscura la mañana todavía, sonaba, sonaban un fierro ahí pa que nos levantáramos a ir a desayunar y uno mismo a hacer el lonche allá en el comedor, para llevar su lonche para comer allá al medio día.
ML: Y, ¿qué es lo que comían?
JB: Carne, sí. Siempre el mayordomo hacía su, hacía la lumbre y nos echaba un pitido en el troque pa que nos fuéramos todos a comer, calentar las tortillas, el lonche.
ML: ¿Tenían que pagar por la comida?
JB: Sí.
ML: ¿Le pagaban al mayordomo o a quién?
JB: No, a las, había una… Nos rebajaban el pago, nos rebajaban lo del lonche porque el lonche era por la compañía.
ML: Y, ¿su cena? ¿Dónde cenaba?
JB: Allí.
ML: ¿Ahí también?
JB: Sí.
ML: Y, ¿le rebajaban también por la cena o no?
JB: Sí, todo.
ML: Y, ¿dónde vivía?
JB: En el campo.
ML: ¿En el campo?
JB: Pos sí, el campo de braceros pues, por la compañía.
ML: Y, ¿los cuartos tenían mesas o sillas o camas?
JB: Sí.
ML: ¿Qué tenían?
JB: Camas.
ML: ¿Camas? ¿Solamente camas?
JB: Camas y mesas, pues no, mesas había en el comedor, sí.
ML: Y, ¿habían baños con drenaje?
JB: Sí.
ML: ¿Sí? Y, ¿cómo hacía para lavar su ropa?
JB: Pos había modo, nos tenían un modo de a uno mismo lavar la ropa. Si quería uno, si no la mandaba a lavar, pero con lo que ganábamos, pos si nos poníamos a pagar por mandar lavar, no quedaba nada. (risas)
ML: Y, ¿le proporcionaba su patrón artículos personales como cepillo de dientes, jabón, toallas, rastrillos? ¿Cómo conseguía esas cosas?
JB: Compraba uno.
ML: ¿En dónde?
JB: Iba uno a la tienda, se compraba lo que necesitaba uno de eso.
ML: Y, ¿cuánto le pagaban?
JB: Depende. Si era, si trabajábamos por contrato como en la pisca de naranja, pues depende, lo que haiga uno hecho de cajas, pero si era por hora, era $0.75 centavos la hora.
ML: Y, ¿le pagaban en efectivo o con cheque?
JB: Allá en Riverside me pagaban en efectivo, sí.
ML: Y, ¿cada cuánto le pagaban? ¿Cada semana?
JB: Cada semana.
ML: ¿Qué hacía usted con su dinero? Ya que se lo daban en efectivo, ¿cómo lo guardaba?
JB: Pos lo guardaba en el veliz, sí.
ML: Y, ¿no habían robos?
JB: Robos no, hasta eso que no.
ML: ¿Todos los braceros guardaban su dinero así?
JB: Pues, pero poquito, ¿eh? Nunca tenía uno así bastante dinero que diga uno: “No, no me lo vayan a robar”. (risas) Sí, poquito y ya juntaba uno algo ahí, pues lo mandaba uno pa su casa.
ML: ¿Todos los braceros ganaban igual?
JB: Sí.
ML: ¿Sí?
JB: Bueno, por hora sí. Pero por contrato, el que le entraba a trabajar más, más recio, pues ganaba más.
ML: ¿Alguna vez usted tuvo problema para recibir su pago, su sueldo?
JB: No.
ML: ¿Ninguna vez? ¿Siempre recibió usted el pago correcto por las horas trabajadas?
JB: Sí.
ML: ¿Alguna vez le descontaron dinero de su salario?
JB: No.
ML: Vamos a hablar un poquito de problemas del trabajo. ¿Alguna vez usted tuvo un problema con su mayordomo, con el dueño?
JB: No.
ML: ¿Nunca?
JB: No.
ML: ¿Qué sucedía en caso de un accidente o una enfermedad?
JB: Pues nos llevaban al doctor, pero yo no ocupé.
ML: Y, ¿cuáles eran las quejas más comunes entre los braceros?
JB: El de la comida.
ML: ¿Por qué?
JB: Porque como te digo, a veces que daban de las comidas, pues de la carne, si era carnes, ya más pasadas, que ya tenían más tiempo en la tienda y que no se vendían, eso era, pero yo de todos modos, yo no, yo no nunca me quejé de eso. Otros sí se quejaron, como te digo, le decían al Cónsul de San Bernardino y el cónsul avisaba qué día iba a ir pa que los de la cocina hicieran buena comida y taparlos, ¿verdá? “No, pues la comida está muy buena, mira nomás”.
ML: ¿Qué podían hacer si no les gustaba algo del trabajo? ¿Tenían dónde quejarse o no?, o, ¿con quién quejarse?
JB: Pues con el cónsul, pero a mí no me tocó nunca.
ML: ¿Encontró usted algún tipo de discriminación en el trabajo?
JB: No.
ML: ¿Alguna vez usted o alguno de sus compañeros de trabajo organizó una protesta laboral o algo de ese tipo?
JB: No.
ML: ¿No? Vamos a hablar un poco ya de sus pasatiempos. ¿Era libre de ir y venir de un lugar a otro como usted deseara cuando estaba trabajando como bracero?
JB: Pues a lo lejos necesitaba permiso. Por ejemplo, un vez estaba yo allá trabajando en Blythe y ya se iba a acabar el trabajo y nos iban a echar para México. Entonces yo vine a Riverside, como yo acá yo había estado trabajando, ya tenía conociencia acá con el manejador de los braceros y vine a Riverside. Entonces era un jefe, un capitán del Ejército el que se entendía con los braceros y yo a él ya me conocí, vine yo acá a Riverside a decirle que si me podía dar el cambio. Entonces él me dio una tarjeta. Entonces le dije yo que quería traerme a unos compañeros conmigo y me dijo que los podía traer con esa tarjeta y yo me traje seis compañeros conmigo de allá de Blythe a Riverside.
ML: Y, ¿qué hacía usted con sus compañeros para divertirse? Usted dijo que a veces practicaban deportes, ¿no?
JB: Sí, los que sí sabían de deporte, jugaban pues deporte y los que les gustaba la baraja, pos se ponían a la baraja o los dados. Y yo mirando nomás, yo me llegué a calar también a la baraja, pero no tenía suerte, nunca ganaba nada. (risas) Era mejor así, así ya no, nunca me enseñé a jugar.
ML: ¿Alguna vez ustedes iban al pueblo a ver películas o…?
JB: Sí, pos ahí Riverside solamente había, necesitábamos de alguien que tuviera carro para ir a San Bernardino, sólo allá había cine mexicano, en San Bernardino.
ML: Y, ¿tenían radios ustedes?
JB: ¿Uh?
ML: ¿Tenían radios ahí en su dormitorio?
JB: Sí, sí.
ML: ¿Habían estaciones de radio que tocaran música en español?
JB: Pos nomás en Los Ángeles había una, pero de ahí de Riverside agarrábamos bien de Tijuana y de Mexicali, esas sí agarrábamos bien.
ML: Y, ¿iban ustedes a veces a la iglesia católica o no?
JB: Ahí en Riverside, ahí en Riverside nos dejaban una barraca para que juera el padre allá a decirnos misa, pero no sé quién o cómo estuvo; yo figuro que sería algo otra, de otra religión que la prendió, la quemó.
ML: ¿En qué año fue esto?
JB: ¿Eh?
ML: ¿En qué año fue esto que prendieron la barraca?
JB: En el [19]54, en el [19]55.
ML: Y después de eso, ¿ya no tenían misa ahí?
JB: No.
ML: ¿No? ¿Alguna vez fue usted a vacacionar a México a visitar su familia?
JB: Sí, y siempre en el invierno. Si quería ir, me daban un permiso por un mes, un mes iba y venía.
ML: Iba y venía. ¿Ustedes celebraban cosas como Semana Santa, hacían algún tipo de celebraciones en los campos?
JB: Aquí no.
ML: ¿No?
JB: No, no nada.
ML: ¿Regresó usted a México cuando terminó su contrato ya el ultimo año?
JB: Sí.
ML: ¿Sí? ¿Le facilitó su patrón transporte para regresar a México?
JB: No, pos ya, cuando uno ya termina el contrato…Es que yo me quedé, me quedé en Mexicali esa vez para ver si podía arreglar para pasar otra vuelta pa acá y en eso me acabé el dinero y después me tocó que trabajara en la autopista de Tijuana a Ensenada para sacar el pasaje pa irme pa México. Después regresé, pero ilegal ya, aquí regresé aquí a Redwood City.
ML: ¿Alguna vez usted renunció su trabajo como bracero y regresó así cuando ya estaba trabajando como bracero en el campo?
JB: No.
ML: ¿No?
JB: No.
ML: ¿Cuándo es que usted regresó a los Estados Unidos como ilegal?
JB: En [19]79.
ML: En [19]79. Y, ¿cuántos años estuvo aquí? ¿Vino acá a California o a dónde fue?
JB: No, aquí a California.
ML: Y, ¿se trajo su familia con usted?
JB: No.
ML: ¿No?
JB: No, pues si no ganaba uno pa mantenerse uno, apenas. No, yo me vine y me tocó trabajar en, el primero que llegué tenía una hermana aquí en Redwood City, llegué a casa de ella ahí pues, por un mes ya no le faltaba nada ahí, tenía onde dormir y comida. Pos luego agarré un trabajo en la tienda esa de Goodwill, agarré trabajo allí, ahí trabajé un tiempo. Y luego ya de ahí hubo chanza de agarrar otro trabajo allá en Woodside, allá en el, limpiando los establos de los caballos y dándoles comida a los caballos. Ahí trabajé yo unos seis años, pero eso sí, sin fallar ni un día, duré como cinco años sin fallar ni un día era 4 de Julio o era 25 de Diciembre, yo de todos modos trabajé cinco años sin fallar ni un día. Y hasta que ya vino entonces, ya hubo la amnistía. Entonces ya arreglé y ya, ya cuando arreglé, entonces ya. Entonces apliqué al Seguro Social hasta los sesenta y ocho años y ya ahorita estoy con el seguro nomás, pos ya no trabajo.
ML: Y, ¿en qué año aplicó para la amnistía?, ¿se acuerda?
JB: No me acuerdo en qué año.
ML: Y, ¿usted en su familia tuvo otros hermanos que fueron braceros?
JB: Un hermano, pero él trabajó nomás cuatro meses nomás de bracero.
ML: ¿Ningún otro hermano?
JB: Y ya él después en el [19]63, cuando se acabaron los braceros, entonces les tocó arreglar y ya ahora sí, hace poco que se hizo ciudadano.
ML: Y en su pueblo había…
JB: Tiene tres hijas aquí trabajando ya legal, legalmente ya, porque él les arregló ya.
ML: Y, ¿sus hijos están en México?
JB: Nomás una hija tengo en México. Otra hija aquí está en San José y el otro hijo en Redwood City.
ML: Y, ¿para usted qué significa el término bracero? En sí la palabra bracero.
JB: Sí.
ML: ¿Tiene algún significado para usted?
JB: Mucho mira, porque nosotros, se puede nombrar así mira, que nosotros los braceros fuimos los que abrimos el camino. Cuando vino el bracero, ya supimos en qué partes había trabajo y entonces abrimos el camino pa que los demás ya después vinieran. A los ilegales, ya sabían a dónde venir, ónde podían agarrar trabajo. Después, antes de que se acabaran los braceros, se venía mucha gente de allá de Aguililla pues aquí a San José y a Redwood City, se llenó Redwood City, pos de hecho a Redwood City le dicen Aguililla Chiquito. Negocios y todo y trabajadores ahí en Redwood City, está lleno de gente de Aguililla.
ML: Y, ¿había muchos de Aguililla que vinieron de braceros?
JB: No, no muchos, ey. Siempre los de, venían de por acá de otros lados, de Jalisco o de Michoacán, pero de acá de este lado, ahí como Aguililla es de los últimos pueblos que hay allá, se necesita pasar todo Michoacán pa llegar allá a Aguililla y Coalcomn son los que están allá en la orilla ya. Ya de este lado de Aguililla está Apatzingán, más acá está Uruapan, Zamora, Morelia pos es la capital. Sí, tiene muchas ciudades Michoacán. Es muy bonito Michoacán.
ML: ¿Sí? Y, ¿cómo se siente usted cuando le llaman bracero, cuando le dicen a usted bracero?
JB: Mira primero, primero sentía uno como ofensa, pos no sabíamos nada, ¿verdá?, que bracero y luego nos, a veces la gente se reía de nosotros y mayormente que la gente de aquí, que porque los braceros nos sentíamos inferiores que la gente de aquí, que bracero, que quién sabe cuánto. Pero ahora me siento orgulloso. Yo siento orgulloso de haber sido bracero. Oye si quieres si te traigo un contrato, tengo un contrato de braceros.
ML: Para hacerle fotocopia.
JB: Ey, pa que, pa que escribas tú ya… El licenciado ese que nos ha ayudado a nosotros acá los, como los de José, a eso lo de la licencia y todo, no sé como se llama uno que tiene cabeza así, calvito. Ese también me pidió un contrato, le di un contrato, quería estudiarlo. Y luego unas señoras también que nos ayudábamos mucho en años pasados, porque yo ya tengo tres años con José y había una señora que nos ayudaba mucho también, también una de ellas hablaba muy bien español y inglés y me pidió un contrato, también le di un contrato. Y ya, hasta eso, ya ni las he visto, ese año pasado que vine, ya no las he visto. He mirado, he mirado otras, que nos han estado ayudando, pero a ellas ya no, como que se enfadaron o no sé.
ML: Y en general, ¿sus recuerdos de haber trabajado como bracero son positivos o negativos?
JB: No, positivos. Sí, tengo ganas de ir a Riverside, tengo ganas de ir a San Luis Rey, pero pa eso se necesita que haiga, yo ahorita ya no tengo carro, necesitaba que alguna gente tuviera por ahí un tiempo para ir allá. Ahí no, ya no, ya no está igual como estaba antes. Antes yo trabajé también un tiempo en Parlier. Ahora he pasado por Parlier, ahí ya no conozco, porque ya, antes había una gasolinera allí y ahora ya se extendió mucho, está muy grande todo, todo ha crecido mucho. Antes, cuando yo estaba en los primeros años que contratado en Riverside, nomás se oía mentar el freeway Santa Ana, ahora se trata de puros freeways por onde quiera. Antes podía, podía uno cruzar la 101, la 99, sin haber puente, porque no había tráfico, fácil cruzaba uno, ahora ya no. Si, si trata uno de cruzar la 101 o la 5, o cualquier, cualquier freeway de esos, si quiere uno pasarlo sin, sin puente no pasa, yo creo ni en la noche a como hay de tráfico y antes no había tráfico. La 99, y me acuerdo ya de cualquier carreterilla nomás de dos líneas, una para allá y otra para acá. Ahora hasta de tres o cuatro líneas.
ML: El haber sido bracero, ¿cambió su vida de alguna manera?
JB: Pos sí, porque algo me, me civilicé tantito. Porque pos ya te digo, que yo no tuve escuela. Ahí me enseñé a hacer letras, acá yo, cuando estaba yo acá en Riverside, le daba duro y pues yo, yo sé poner mi nombre, pero no, no tuve escuela, nada.
ML: Y, ¿cómo lo trataban los méxico americanos en los pueblos a donde iba a trabajar?
JB: Bien, bien. Pos yo no me andaba revolviendo, mira algo, otros de mis compañeros, por ejemplo, cuando estábamos en Riverside se iban pa dar la vuelta allá a donde hay, pues cantinas y borracheras allá a San Bernardino y de ahí venían todos con los ojos morados, todos golpeados, allá que los golpeaban. Entonces eran, no, entonces no eran cholos, eran pachucos. Los pachucos los golpeaban pa allá, pa andar…
ML: Y, ¿por qué los golpeaban?
JB: Pues por ahí en las cantinas allá, a veces que de la nada y ya los borrachos ya pelean. O si andaban de enamorados, pos también, con más razón. (risas)
ML: Pues muchas gracias.
JB: De nada.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 27 de julio de 2005
Nombre del entrevistador: Mireya Loza
ML: Dígame su nombre, pero aquí para tenerlo grabado.
JB: Juan Báez Barragán.
ML: ¿Dónde nació y cuándo nació usted?
JB: Nací el día 15 de abril de 1922.
ML: Hábleme de su familia y del lugar donde nació.
JB: Aguililla, Michoacán.
ML: ¿A qué se dedicaban sus padres?
JB: A la agricultura.
ML: ¿Proviene usted de una grande familia?
JB: Sí.
ML: ¿Cuántos hermanos y hermanas tiene?
JB: Éramos ocho.
ML: Ocho, y, ¿cuál es usted entre los ocho?
JB: Había ora veras, mira, había tres primero que yo y después seguía[n] otros cinco.
ML: Otros cinco.
JB: Sí.
ML: Era una familia grande. Hábleme de cuando fue a escuela. ¿Usted fue a la escuela?
JB: Este, no pude, no, no tuve la suerte porque era el tiempo de la Revolución Cristera y no había escuelas.
ML: ¿Cuántos años tenía usted cuando empezó a trabajar?
JB: Desde diez años.
ML: ¿Cuál fue su primer trabajo?
JB: Agricultura.
ML: ¿Cómo se enteró usted del Programa Bracero?
JB: Porque cuando reventó el volcán de Paricutín en Michoacán, entonces hubo contrataciones en Uruapan y entonces yo fui a ver si me contrataba y no me tocó suerte de contratarme, después me vine ansina sin papeles.
ML: La primera vez que se vino fue sin papeles.
JB: Sí.
ML: ¿No fue como bracero?
JB: No.
ML: No, okay. ¿Cómo le llamaron al Programa Bracero en México cuando usted escuchó por primera vez? ¿Le llamaban Programa Bracero como aquí?
JB: Igual, braceros.
ML: Okay. ¿Dónde vivía usted en ese tiempo?
JB: En Aguililla, Michoacán.
ML: ¿Estaba usted casado cuando vino primero?
JB: Sí, sí.
ML: ¿Alguna vez llegó a pensar en trabajar en los Estados Unidos antes de aquella época?
JB: Sí.
ML: ¿Sí?
JB: Sí.
ML: ¿Cuándo y por qué?
JB: Porque yo, yo como no tuve escuela, yo de todos modos yo quería salir adelante, porque entonces allá el sueldo de los trabajadores allá en Aguililla era de $2 pesos de sol a sol y por eso yo me vine.
ML: Y, ¿usted después de esa primera vez vino como bracero o se iba nomás así?
JB: No, la mera, primera vez ilegal, te digo. Y entré por Tijuana, trabajé cuarenta días piscando ejote a $0.50 centavos la hora. A los cuarenta días me echaron para fuera y después me contraté en Mexicali y me tocó trabajar un día a un lado de Los Ángeles, pero ya fue a finales de la pisca de naranja. Y ya ahí se acabó la pisca de la naranja, entonces de ahí nos cambiaron a Riverside a un campo de braceros, pero resulta que no había nada de trabajo, estuvimos como un mes sin trabajar nada, sin sueldo, nomás comiendo. Y el que era vicioso salía a la calle a buscar pachichas para hacer cigarro para poder fumar, porque no teníamos ni un centavo.
ML: Y, ¿cómo es que usted sobrevivió durante ese tiempo?
JB: (risas) Bueno…
ML: Con el dinero.
JB: Enseguida no, enseguida, de todos modos allá mi familia, pos éramos familia grande. Allá, ellos, allá sostienen a mi familia allá a mis, mi papá, mis hermanos. Ya después se, ese año tocó que heló mucho y nos sacaron a trabajar por horas, a $0.75 centavos la hora ahí en Riverside a tumbar la naranja que estaba helada. Y ya después ya seguimos ya piscando naranja, pero pues muy barato, no hacíamos dinero nada, allá pa malvivir. Y el borde a veces estaba pésimo, pero a veces algunos compañeros iban a poner la queja al Cónsul de San Bernandino y el cónsul avisaba qué día iba a venir para que ellos previnieran buena comida y entonces ya. Entonces el cónsul, el cónsul nos decía, ¿no?, pos que la comida estaba muy sabrosa, que no tenía nada de malo y, pero siempre lo hacían ansina los que entendían con el comedor. Era una señora texana que cuando había oportunidad de comprar carne barata, se compraba riñones o pollo ya muy pasado o pescado también ya. A veces los pescados ya con unos clavos negros y eso nos daban de comer porque era muy barato eso y ellos aprovechaban lo barato pa darnos.
ML: A ver dénos un segundo.
(entrevista interrumpida)
ML: La primera vez que se vino, antes de venir como bracero, ¿cuál eran sus expectativas del Programa Bracero?
JB: Pues tener algún dinero pa poder trabajar allá en mi tierra. Pero que pues nunca lo pude lograr porque nos pagan muy barato. Después en 1955 sí, entonces ya de ahí nos daba, nos daban a todos, ¿veá? El que salía buen trabajador, nos daban una mica y al salir nos las recogían y ya cuando regresamos nos daban otra nueva y la última, la última que me dieron ya fue pues cuando ya se acabaron los braceros en 1964 y es la que tengo.
ML: Y la primera vez que usted vino como bracero, ¿en qué año fue eso?
JB: Mil novecientos cuarenta y nueve.
ML: Cuarenta y nueve. Describa el proceso de contratación. ¿Cómo fue ese proceso de contratación? Usted dijo que fue a la Ciudad de México, ¿verdad?
JB: No, tocó que hubo contrataciones en Mexicali y yo andaba ahí en Mexicali pos en la lucha de poderme pasar para acá o contratarme. Me tocó contratarme y de ese modo pasé ya contratado y ya así ya duré años contratado. Podíamos, con un contrato podíamos durar dieciocho meses, cada seis meses nos podían reformar el contrato, pero a los dieciocho meses tenía uno que salir por juerza a pisar tierra mexicana y de ahí si queríamos volver, volvíamos y ya nos daban uno la mica como especiales, como buen trabajador y ya.
MA: Y, ¿qué requisitos debían cumplir para ser braceros? ¿Tenían requisitos para los braceros?
JB: Pues, como la gente que éramos del rancho, pues nos miraban que éramos del rancho, nos miraban las manos, si tenían callos, pos luego luego pasamos, si no teníamos callos, no pasábamos, como el que era panadero.
ML: Y, ¿necesitaron algunos documentos para ser braceros?
JB: Sí, necesitabamos acta de nacimiento.
ML: Y, ¿qué otras cosas?, ¿sólo la acta?
JB: Nomás.
ML: ¿Nomás? Así que, ¿usted fue y se registró con sus manos y su acta?
JB: Sí.
ML: ¿Hubo algún examen físico?
JB: Sí, en El Centro. Ahí nos pasaban y tenían un aparato para sacarnos una radiografía de aquí del pecho y nos sacaban sangre a todos, una, sí, una ampolleta de sangre a todos pa ver si estábamos malos de la sangre. A mí me tocó suerte que nunca salí malo de la sangre.
ML: Y, ¿qué le dijeron las autoridades ya sean mexicanas o norteamericanas que podía esperar de su trabajo? ¿Le explicaron algo del trabajo que iba a ir a hacer usted, antes de llegar a los Estados Unidos?
JB: No.
ML: ¿No?
JB: No.
ML: ¿Le informaron ellas algo acerca de su salario, condiciones de vida, alimento o transportación?
JB: Sí, allá en Empalme, Sonora cuando nos contratábamos, pos ya ahí nos daban luego luego un lonche y tocaba, nos echaban en unos autobuses que veníamos como sardinas, sin clima, nada o si nos echaban en un tren, entonces era un tren carguero. En el tren había unos furgones con bancas de madera para sentarnos ahí y de ese modo veníamos. Y en cuestión de los encargados de los braceros, pos siempre llevamos la de perder, porque si no teníamos dinero, no podíamos ir a enlistarnos y los que tenían dinero llegaban a las vías del tren, pos había algún coyote que hacía una lista de cien o doscientos con, pagando. Entonces pasaban primero y los que iban, venían en lista de gobernaciones, nos llevaban pa el último que no pagábamos nada y ansina era la contratación.
ML: ¿Así era? ¿Dónde cruzó usted la frontera las varias veces que vino?
JB: Por Tijuana y Mexicali.
ML: Siempre por Tijuana. Decriba físicamente el centro de recepción. ¿Cómo era el centro donde llegaba?
JB: Ese, ahí había como para dormir ahí y era onde nos hacían el examen del pulmón y de la sangre, pero no durábamos, siempre llegábamos y enseguida, luego luego nos mandaban a nosotros a los lugares que le tocaban a uno.
ML: ¿Qué tuvo que obtener, qué tuvo que hacer para obtener su permiso de trabajo? ¿Necesitaba enseñar que tenía inmunizaciones o necesitaba otros papeles médicos, más de lo que le hacían?
JB: No.
ML: ¿Tuvo alguna opción para escoger entre el tipo de trabajo durante el tiempo de empleo?
JB: No.
ML: O sea salario.
JB: No, no, no.
ML: ¿No? ¿Tuvo usted algo que decir acerca de donde llegaba?
JB: No.
ML: O sea podía elegir, no podía elegir si se iba a Texas o California.
JB: No, cuando eran las contrataciones ahí en Empalme, siempre eran aquí a California o Arizona. De aquí, ya con las que se contrataban era pa Texas, las contrataciones eran allá en aquel lado, allá por León o no sé dónde, yo nunca me contraté por allá.
ML: ¿Se permitía tener con usted algunos objetos personales cuando se iba como bracero, dejaban que pasara con cosas?
JB: ¡Ah!, otra cosa que se nos estaba pasando, de que si llevaba uno mucha ropa, tenía uno, a la salida tenía uno que pagar que porque llevaba mucha ropa, tenía uno que pagar un dinero ahí. Si llevaba una televisión, ahí de salida otra vuelta comprada, con lo que tenía que pagar. Pero yo nunca llevé ni una, le salía comprarla con lo que tenía uno que pagar y muchos ahí mejor las dejaban ahí las cosas y allá en Sonorita, pos ahí tenían una bodega de todas las cosas que habían recogido de los braceros.
ML: ¿Qué sucedía después de que usted terminaba el proceso y recibía su permiso de trabajo? Ya cuando le daban la identificación, ¿qué es lo que sucedía exactamente?
JB: Cuando ya, como por ejemplo cuando llegaba uno de México de contratado, que no, pos nomás… Bueno, si nos tocaba a la naranja, nos daban el saco y las tijeras pa ir a la naranja. Si era por ejemplo, si era desahije de lechuga y betabel, ahí nos daban el azadón, que nos daban el azadón cortito porque después hubo, hubo problema con eso, con la aseguranza, porque todos nos enfermamos del riñón por trabajar con ese azadón cortito. Después lo quitaron, no sé ahora cómo desahijarán o plantarán mata por mata, no sé ahora. Yo ya, ya no me ha tocado trabajar en eso.
ML: ¿En cuántos lugares diferentes trabajó usted como bracero?
JB: En Riverside, en Fullerton, y en San Luis Rey. Ahí en San Luis Rey con unos japoneses.
ML: Y se acuerda…
JB: Era, era, el nombre de ellos era Yasukochi Corporation, japoneses.
ML: Y, ¿se acuerda en qué año fue eso?
JB: En el [19]55, con los japoneses en el [19]55.
ML: En el [19]55. Y, ¿cómo lo trataban los japoneses?
JB: No, no en el [19]56. Pues bien, más o menos, pero sólo los fines de, los fines de semana había una hija de ellos, se llamaba María, y los fines de semana le llevaban a ella una cuadrilla para que ella dirigiera esa cuadrilla y lo que hacía de andar, decía: “Hurry up, señor. Ándele, ándele más”. Pos ya a mí nunca me gustó que me anduvieran así arreando, yo siempre iba adelante.
ML: Y, ¿notó diferencia en el trato que le daban los japoneses con los otros, en comparación a los otros dueños de las otras fincas donde trabajaba?
JB: Sí, sí.
ML: Y, ¿qué era la diferencia?
JB: Pues, nomás nos trataban mejor.
ML: ¿Los japoneses?
JB: Sí. Ya cuando yo me hice ya de conociencia con ellos, primero pos yo les caí mal, pero a poquito yo, pos no sé y después me daban a mí a veces hasta unos cinco, seis trabajadores pa que yo juera a hacer algún trabajo. Y como ellos, como llega el invierno que no tenían trabajo, me daban preferencia hasta ir a limpiar la casa de ellos, para que ahí de todos modos yo ganara, después ya eran muy buenos ya.
ML: Y, ¿qué tipo de trabajo hacía con los japoneses?
JB: Como era verdura, ellos sembraban lechuga, como unas tres clases de lechuga, sembraban camote, sembraban chile, chile mexicano y chile california y chile de ese güerito, pues nomás.
ML: ¿Como cuántos braceros trabajaban con usted?
JB: Eran como unos treinta y cinco, cuarenta. Era un campo chiquito, pero después la compañía de braceros pos le interesó mejor hacer un campo grande para reunir de todos los braceros que había en los rancheros ahí en ese vallecito de San Luis Rey, hizo un campo grande pa reunir, reunirnos todos allá y cobrarnos el borde ya por la compañía de Asociación de Braceros.
ML: Hábleme de los otros braceros que trabajaban ahí. ¿Hizo usted algunas amistades duraderas?
JB: No.
ML: ¿No? ¿Contrataron los patrones algún ilegal que estuviera ahí trabajando con usted?
JB: Si, si contrataban algún ilegal ahí donde yo trabajaba, les quitaban los braceros.
ML: Así que en ningún lugar donde usted trabajó tenían trabajadores ilegales.
JB: No.
ML: ¿No? Con los otros patrones de las otras fincas donde usted trabajó, ¿tenía mucho contacto con ellos como con los japoneses?
JB: No.
ML: ¿No?
JB: No.
ML: ¿No hablaba usted con ellos nunca?
JB: No, no.
ML: Y en las otras fincas, ¿cómo lo trataban?
JB: Pues bien, sí. Yo hasta eso que no, no me quejo yo mucho. A veces, como en algunos trabajos, los que nos trataban mal eran los mayordomos. Por ejemplo, en la lechuga allá en, me tocó trabajar un tiempecito allá en Arizona y esos, mayordomos allá, pues eran muy exigentes.
ML: ¿Alguna vez fueron autoridades mexicanas al lugar donde trabajaba usted?
JB: Nunca.
ML: ¿Nunca? ¿En alguna ocasión fue La Migración a revisar la documentación de los trabajadores?
JB: Una vez sí andaba allá en, allá pa Blythe piscando algodón, jue una temporadita de cuatro meses y sí, una vez jue La Migración ahí a revisarnos ahí, pero sólo encontraron uno que no tenía papeles, todos teníamos papeles.
ML: Y hábleme de su familia que se quedó en México, ¿cómo se comunicaban?
JB: Todo por carta.
ML: Y en ese tiempo, ¿cuántos hijos tenía usted?, o, ¿tenía hijos?
JB: Tres.
ML: ¿Tres?
JB: Tres.
ML: Y, ¿todos estaban en México?
JB: Sí.
ML: Y, ¿dónde vivía su esposa?
JB: En Aguililla.
ML: En Aguililla, y hablaban a veces por teléfono o usted iba a verla, yo supongo.
JB: No había teléfono en Aguililla. (risas) No, solamente por cartas. En ese entonces había muy buen servicio de correo, lo que ahora ya no hay. Ora dura como quince días una carta pa llegar, no sé por qué. Entonces llegaba una carta a los cuatro días y entonces me costaba la estampilla de, por aérea me costaba $0.05 centavos y hasta con una estampilla de a $0.03 podía yo mandar cartas allá, lo que ahora vale a como a treinta y tantos centavos.
ML: Y, ¿usted le mandaba dinero, inclusive, en las cartas?
JB: Sí.
ML: ¿Sí?
JB: Todo por carta.
ML: Y, ¿cuánto dinero le mandaba usted? ¿De vez en cuando le mandaba dinero o seguido le mandaba?
JB: Sí, yo le mandaba de $100 dólares, sí.
ML: Y, ¿cómo se sentía su esposa que usted se fuera de bracero?
JB: A ella les daba gusto, allá me platica una hija, que ella era la que iba a recibir el dinero allá, le daba mucho gusto porque entonces valía $12.50 el dólar y que andaba, lo cambiaba los $100 dólares y ella miraba pues bastante dinero, ey.
ML: Vamos a hablar un poquito de su rutina diaria y condiciones de vida. ¿Cuántos días a la semana trabajaba cuando era bracero más o menos?
JB: Los seis días.
ML: ¿Seis días? ¿Qué hacía en su día libre?
JB: ¿Qué, qué hacía yo?
ML: En su día libre.
JB: Pues dormir.
ML: ¿Sí?
JB: Tomar así pa descansar. Los demás muchachos que estaban pues, que estaban entrenándose a jugar al futbol, jugaban futbol. Pos yo nomás me ponía a mirarlos, algunos se ponían nomás a jugar baraja allí, todo el día hasta en la noche.
ML: Y, ¿cuántas horas por día trabajaba normalmente?
JB: Siempre eran unas ocho horas o menos, a veces que era un pedido chico de naranja y terminábamos pronto el pedido y pos trabajábamos unas cuatro, cinco horas a veces.
ML: Describa el día normal de trabajo.
JB: ¿Eh?
ML: ¿Cómo era su día normal de trabajo? ¿A qué horas se levantaba?
JB: Nos levantaban a oscura la mañana todavía, sonaba, sonaban un fierro ahí pa que nos levantáramos a ir a desayunar y uno mismo a hacer el lonche allá en el comedor, para llevar su lonche para comer allá al medio día.
ML: Y, ¿qué es lo que comían?
JB: Carne, sí. Siempre el mayordomo hacía su, hacía la lumbre y nos echaba un pitido en el troque pa que nos fuéramos todos a comer, calentar las tortillas, el lonche.
ML: ¿Tenían que pagar por la comida?
JB: Sí.
ML: ¿Le pagaban al mayordomo o a quién?
JB: No, a las, había una… Nos rebajaban el pago, nos rebajaban lo del lonche porque el lonche era por la compañía.
ML: Y, ¿su cena? ¿Dónde cenaba?
JB: Allí.
ML: ¿Ahí también?
JB: Sí.
ML: Y, ¿le rebajaban también por la cena o no?
JB: Sí, todo.
ML: Y, ¿dónde vivía?
JB: En el campo.
ML: ¿En el campo?
JB: Pos sí, el campo de braceros pues, por la compañía.
ML: Y, ¿los cuartos tenían mesas o sillas o camas?
JB: Sí.
ML: ¿Qué tenían?
JB: Camas.
ML: ¿Camas? ¿Solamente camas?
JB: Camas y mesas, pues no, mesas había en el comedor, sí.
ML: Y, ¿habían baños con drenaje?
JB: Sí.
ML: ¿Sí? Y, ¿cómo hacía para lavar su ropa?
JB: Pos había modo, nos tenían un modo de a uno mismo lavar la ropa. Si quería uno, si no la mandaba a lavar, pero con lo que ganábamos, pos si nos poníamos a pagar por mandar lavar, no quedaba nada. (risas)
ML: Y, ¿le proporcionaba su patrón artículos personales como cepillo de dientes, jabón, toallas, rastrillos? ¿Cómo conseguía esas cosas?
JB: Compraba uno.
ML: ¿En dónde?
JB: Iba uno a la tienda, se compraba lo que necesitaba uno de eso.
ML: Y, ¿cuánto le pagaban?
JB: Depende. Si era, si trabajábamos por contrato como en la pisca de naranja, pues depende, lo que haiga uno hecho de cajas, pero si era por hora, era $0.75 centavos la hora.
ML: Y, ¿le pagaban en efectivo o con cheque?
JB: Allá en Riverside me pagaban en efectivo, sí.
ML: Y, ¿cada cuánto le pagaban? ¿Cada semana?
JB: Cada semana.
ML: ¿Qué hacía usted con su dinero? Ya que se lo daban en efectivo, ¿cómo lo guardaba?
JB: Pos lo guardaba en el veliz, sí.
ML: Y, ¿no habían robos?
JB: Robos no, hasta eso que no.
ML: ¿Todos los braceros guardaban su dinero así?
JB: Pues, pero poquito, ¿eh? Nunca tenía uno así bastante dinero que diga uno: “No, no me lo vayan a robar”. (risas) Sí, poquito y ya juntaba uno algo ahí, pues lo mandaba uno pa su casa.
ML: ¿Todos los braceros ganaban igual?
JB: Sí.
ML: ¿Sí?
JB: Bueno, por hora sí. Pero por contrato, el que le entraba a trabajar más, más recio, pues ganaba más.
ML: ¿Alguna vez usted tuvo problema para recibir su pago, su sueldo?
JB: No.
ML: ¿Ninguna vez? ¿Siempre recibió usted el pago correcto por las horas trabajadas?
JB: Sí.
ML: ¿Alguna vez le descontaron dinero de su salario?
JB: No.
ML: Vamos a hablar un poquito de problemas del trabajo. ¿Alguna vez usted tuvo un problema con su mayordomo, con el dueño?
JB: No.
ML: ¿Nunca?
JB: No.
ML: ¿Qué sucedía en caso de un accidente o una enfermedad?
JB: Pues nos llevaban al doctor, pero yo no ocupé.
ML: Y, ¿cuáles eran las quejas más comunes entre los braceros?
JB: El de la comida.
ML: ¿Por qué?
JB: Porque como te digo, a veces que daban de las comidas, pues de la carne, si era carnes, ya más pasadas, que ya tenían más tiempo en la tienda y que no se vendían, eso era, pero yo de todos modos, yo no, yo no nunca me quejé de eso. Otros sí se quejaron, como te digo, le decían al Cónsul de San Bernardino y el cónsul avisaba qué día iba a ir pa que los de la cocina hicieran buena comida y taparlos, ¿verdá? “No, pues la comida está muy buena, mira nomás”.
ML: ¿Qué podían hacer si no les gustaba algo del trabajo? ¿Tenían dónde quejarse o no?, o, ¿con quién quejarse?
JB: Pues con el cónsul, pero a mí no me tocó nunca.
ML: ¿Encontró usted algún tipo de discriminación en el trabajo?
JB: No.
ML: ¿Alguna vez usted o alguno de sus compañeros de trabajo organizó una protesta laboral o algo de ese tipo?
JB: No.
ML: ¿No? Vamos a hablar un poco ya de sus pasatiempos. ¿Era libre de ir y venir de un lugar a otro como usted deseara cuando estaba trabajando como bracero?
JB: Pues a lo lejos necesitaba permiso. Por ejemplo, un vez estaba yo allá trabajando en Blythe y ya se iba a acabar el trabajo y nos iban a echar para México. Entonces yo vine a Riverside, como yo acá yo había estado trabajando, ya tenía conociencia acá con el manejador de los braceros y vine a Riverside. Entonces era un jefe, un capitán del Ejército el que se entendía con los braceros y yo a él ya me conocí, vine yo acá a Riverside a decirle que si me podía dar el cambio. Entonces él me dio una tarjeta. Entonces le dije yo que quería traerme a unos compañeros conmigo y me dijo que los podía traer con esa tarjeta y yo me traje seis compañeros conmigo de allá de Blythe a Riverside.
ML: Y, ¿qué hacía usted con sus compañeros para divertirse? Usted dijo que a veces practicaban deportes, ¿no?
JB: Sí, los que sí sabían de deporte, jugaban pues deporte y los que les gustaba la baraja, pos se ponían a la baraja o los dados. Y yo mirando nomás, yo me llegué a calar también a la baraja, pero no tenía suerte, nunca ganaba nada. (risas) Era mejor así, así ya no, nunca me enseñé a jugar.
ML: ¿Alguna vez ustedes iban al pueblo a ver películas o…?
JB: Sí, pos ahí Riverside solamente había, necesitábamos de alguien que tuviera carro para ir a San Bernardino, sólo allá había cine mexicano, en San Bernardino.
ML: Y, ¿tenían radios ustedes?
JB: ¿Uh?
ML: ¿Tenían radios ahí en su dormitorio?
JB: Sí, sí.
ML: ¿Habían estaciones de radio que tocaran música en español?
JB: Pos nomás en Los Ángeles había una, pero de ahí de Riverside agarrábamos bien de Tijuana y de Mexicali, esas sí agarrábamos bien.
ML: Y, ¿iban ustedes a veces a la iglesia católica o no?
JB: Ahí en Riverside, ahí en Riverside nos dejaban una barraca para que juera el padre allá a decirnos misa, pero no sé quién o cómo estuvo; yo figuro que sería algo otra, de otra religión que la prendió, la quemó.
ML: ¿En qué año fue esto?
JB: ¿Eh?
ML: ¿En qué año fue esto que prendieron la barraca?
JB: En el [19]54, en el [19]55.
ML: Y después de eso, ¿ya no tenían misa ahí?
JB: No.
ML: ¿No? ¿Alguna vez fue usted a vacacionar a México a visitar su familia?
JB: Sí, y siempre en el invierno. Si quería ir, me daban un permiso por un mes, un mes iba y venía.
ML: Iba y venía. ¿Ustedes celebraban cosas como Semana Santa, hacían algún tipo de celebraciones en los campos?
JB: Aquí no.
ML: ¿No?
JB: No, no nada.
ML: ¿Regresó usted a México cuando terminó su contrato ya el ultimo año?
JB: Sí.
ML: ¿Sí? ¿Le facilitó su patrón transporte para regresar a México?
JB: No, pos ya, cuando uno ya termina el contrato…Es que yo me quedé, me quedé en Mexicali esa vez para ver si podía arreglar para pasar otra vuelta pa acá y en eso me acabé el dinero y después me tocó que trabajara en la autopista de Tijuana a Ensenada para sacar el pasaje pa irme pa México. Después regresé, pero ilegal ya, aquí regresé aquí a Redwood City.
ML: ¿Alguna vez usted renunció su trabajo como bracero y regresó así cuando ya estaba trabajando como bracero en el campo?
JB: No.
ML: ¿No?
JB: No.
ML: ¿Cuándo es que usted regresó a los Estados Unidos como ilegal?
JB: En [19]79.
ML: En [19]79. Y, ¿cuántos años estuvo aquí? ¿Vino acá a California o a dónde fue?
JB: No, aquí a California.
ML: Y, ¿se trajo su familia con usted?
JB: No.
ML: ¿No?
JB: No, pues si no ganaba uno pa mantenerse uno, apenas. No, yo me vine y me tocó trabajar en, el primero que llegué tenía una hermana aquí en Redwood City, llegué a casa de ella ahí pues, por un mes ya no le faltaba nada ahí, tenía onde dormir y comida. Pos luego agarré un trabajo en la tienda esa de Goodwill, agarré trabajo allí, ahí trabajé un tiempo. Y luego ya de ahí hubo chanza de agarrar otro trabajo allá en Woodside, allá en el, limpiando los establos de los caballos y dándoles comida a los caballos. Ahí trabajé yo unos seis años, pero eso sí, sin fallar ni un día, duré como cinco años sin fallar ni un día era 4 de Julio o era 25 de Diciembre, yo de todos modos trabajé cinco años sin fallar ni un día. Y hasta que ya vino entonces, ya hubo la amnistía. Entonces ya arreglé y ya, ya cuando arreglé, entonces ya. Entonces apliqué al Seguro Social hasta los sesenta y ocho años y ya ahorita estoy con el seguro nomás, pos ya no trabajo.
ML: Y, ¿en qué año aplicó para la amnistía?, ¿se acuerda?
JB: No me acuerdo en qué año.
ML: Y, ¿usted en su familia tuvo otros hermanos que fueron braceros?
JB: Un hermano, pero él trabajó nomás cuatro meses nomás de bracero.
ML: ¿Ningún otro hermano?
JB: Y ya él después en el [19]63, cuando se acabaron los braceros, entonces les tocó arreglar y ya ahora sí, hace poco que se hizo ciudadano.
ML: Y en su pueblo había…
JB: Tiene tres hijas aquí trabajando ya legal, legalmente ya, porque él les arregló ya.
ML: Y, ¿sus hijos están en México?
JB: Nomás una hija tengo en México. Otra hija aquí está en San José y el otro hijo en Redwood City.
ML: Y, ¿para usted qué significa el término bracero? En sí la palabra bracero.
JB: Sí.
ML: ¿Tiene algún significado para usted?
JB: Mucho mira, porque nosotros, se puede nombrar así mira, que nosotros los braceros fuimos los que abrimos el camino. Cuando vino el bracero, ya supimos en qué partes había trabajo y entonces abrimos el camino pa que los demás ya después vinieran. A los ilegales, ya sabían a dónde venir, ónde podían agarrar trabajo. Después, antes de que se acabaran los braceros, se venía mucha gente de allá de Aguililla pues aquí a San José y a Redwood City, se llenó Redwood City, pos de hecho a Redwood City le dicen Aguililla Chiquito. Negocios y todo y trabajadores ahí en Redwood City, está lleno de gente de Aguililla.
ML: Y, ¿había muchos de Aguililla que vinieron de braceros?
JB: No, no muchos, ey. Siempre los de, venían de por acá de otros lados, de Jalisco o de Michoacán, pero de acá de este lado, ahí como Aguililla es de los últimos pueblos que hay allá, se necesita pasar todo Michoacán pa llegar allá a Aguililla y Coalcomn son los que están allá en la orilla ya. Ya de este lado de Aguililla está Apatzingán, más acá está Uruapan, Zamora, Morelia pos es la capital. Sí, tiene muchas ciudades Michoacán. Es muy bonito Michoacán.
ML: ¿Sí? Y, ¿cómo se siente usted cuando le llaman bracero, cuando le dicen a usted bracero?
JB: Mira primero, primero sentía uno como ofensa, pos no sabíamos nada, ¿verdá?, que bracero y luego nos, a veces la gente se reía de nosotros y mayormente que la gente de aquí, que porque los braceros nos sentíamos inferiores que la gente de aquí, que bracero, que quién sabe cuánto. Pero ahora me siento orgulloso. Yo siento orgulloso de haber sido bracero. Oye si quieres si te traigo un contrato, tengo un contrato de braceros.
ML: Para hacerle fotocopia.
JB: Ey, pa que, pa que escribas tú ya… El licenciado ese que nos ha ayudado a nosotros acá los, como los de José, a eso lo de la licencia y todo, no sé como se llama uno que tiene cabeza así, calvito. Ese también me pidió un contrato, le di un contrato, quería estudiarlo. Y luego unas señoras también que nos ayudábamos mucho en años pasados, porque yo ya tengo tres años con José y había una señora que nos ayudaba mucho también, también una de ellas hablaba muy bien español y inglés y me pidió un contrato, también le di un contrato. Y ya, hasta eso, ya ni las he visto, ese año pasado que vine, ya no las he visto. He mirado, he mirado otras, que nos han estado ayudando, pero a ellas ya no, como que se enfadaron o no sé.
ML: Y en general, ¿sus recuerdos de haber trabajado como bracero son positivos o negativos?
JB: No, positivos. Sí, tengo ganas de ir a Riverside, tengo ganas de ir a San Luis Rey, pero pa eso se necesita que haiga, yo ahorita ya no tengo carro, necesitaba que alguna gente tuviera por ahí un tiempo para ir allá. Ahí no, ya no, ya no está igual como estaba antes. Antes yo trabajé también un tiempo en Parlier. Ahora he pasado por Parlier, ahí ya no conozco, porque ya, antes había una gasolinera allí y ahora ya se extendió mucho, está muy grande todo, todo ha crecido mucho. Antes, cuando yo estaba en los primeros años que contratado en Riverside, nomás se oía mentar el freeway Santa Ana, ahora se trata de puros freeways por onde quiera. Antes podía, podía uno cruzar la 101, la 99, sin haber puente, porque no había tráfico, fácil cruzaba uno, ahora ya no. Si, si trata uno de cruzar la 101 o la 5, o cualquier, cualquier freeway de esos, si quiere uno pasarlo sin, sin puente no pasa, yo creo ni en la noche a como hay de tráfico y antes no había tráfico. La 99, y me acuerdo ya de cualquier carreterilla nomás de dos líneas, una para allá y otra para acá. Ahora hasta de tres o cuatro líneas.
ML: El haber sido bracero, ¿cambió su vida de alguna manera?
JB: Pos sí, porque algo me, me civilicé tantito. Porque pos ya te digo, que yo no tuve escuela. Ahí me enseñé a hacer letras, acá yo, cuando estaba yo acá en Riverside, le daba duro y pues yo, yo sé poner mi nombre, pero no, no tuve escuela, nada.
ML: Y, ¿cómo lo trataban los méxico americanos en los pueblos a donde iba a trabajar?
JB: Bien, bien. Pos yo no me andaba revolviendo, mira algo, otros de mis compañeros, por ejemplo, cuando estábamos en Riverside se iban pa dar la vuelta allá a donde hay, pues cantinas y borracheras allá a San Bernardino y de ahí venían todos con los ojos morados, todos golpeados, allá que los golpeaban. Entonces eran, no, entonces no eran cholos, eran pachucos. Los pachucos los golpeaban pa allá, pa andar…
ML: Y, ¿por qué los golpeaban?
JB: Pues por ahí en las cantinas allá, a veces que de la nada y ya los borrachos ya pelean. O si andaban de enamorados, pos también, con más razón. (risas)
ML: Pues muchas gracias.
JB: De nada.
Fin de la entrevista
Interviewer
Loza, Mireya
Interviewee
Báez Barragán, Juan
Location
San Jose, CA
File Name Identifier
Baez_Barragan_SJC001
Citation
Loza, Mireya and Báez Barragán, Juan, “Juan Báez Barragán,” Bracero History Archive, accessed November 27, 2024, https://braceroarchive.org./items/show/477.