Ignacio Gómez
Title
Ignacio Gómez
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Igancio Gómez was born on January 14, 1936, in Michoacán, México; his father died when he was an infant, and his mother later died when he was twelve years old; as the eldest of three children, he began working in the fields when he was only ten; in 1959, the local government officials sent him to the processing center in El Centro, California; as a bracero, he worked in Arizona, California, and Wisconsin, picking beets, cotton, lettuce, and tomatoes; he continued working as a bracero until 1964.
Summary of Interview: Mr. Gomez briefly relays his experiences during childhood and adolescence; he initially learned of the bracero program through his grandfather because the local government officials had contacted him about possible workers; later when Ignacio was eighteen, he was put on the county’s list of eligible workers, and he was sent to El Centro, California; in order to be hired, he had to be healthy, have a working knowledge of the various equipment needed for farming, and specific details about how to carry out particular jobs; in addition, he describes the hiring process, including the interview, medical exams, and delousing procedures; he comments that he never had a choice of where to go or how long to stay, he was only there to work; as a bracero, he worked in Arizona, California, and Wisconsin, picking beets, cotton, lettuce, and tomatoes; while working in Wisconsin, he recalls a particular incident when the workers were given laxatives so that they would not have any problems with the food they were given, but instead they all became very sick; he was then hired as the camp cook, and he goes on to describe the various kinds of food he made and the number of people he had to cook for; in addition he details what daily life was like in general for the workers, methods of payment, living accommodations, and what they did in their spare time; he concludes by discussing the overall advantages and disadvantages he experienced working as a bracero.
Summary of Interview: Mr. Gomez briefly relays his experiences during childhood and adolescence; he initially learned of the bracero program through his grandfather because the local government officials had contacted him about possible workers; later when Ignacio was eighteen, he was put on the county’s list of eligible workers, and he was sent to El Centro, California; in order to be hired, he had to be healthy, have a working knowledge of the various equipment needed for farming, and specific details about how to carry out particular jobs; in addition, he describes the hiring process, including the interview, medical exams, and delousing procedures; he comments that he never had a choice of where to go or how long to stay, he was only there to work; as a bracero, he worked in Arizona, California, and Wisconsin, picking beets, cotton, lettuce, and tomatoes; while working in Wisconsin, he recalls a particular incident when the workers were given laxatives so that they would not have any problems with the food they were given, but instead they all became very sick; he was then hired as the camp cook, and he goes on to describe the various kinds of food he made and the number of people he had to cook for; in addition he details what daily life was like in general for the workers, methods of payment, living accommodations, and what they did in their spare time; he concludes by discussing the overall advantages and disadvantages he experienced working as a bracero.
Creator
Loza, Mireya
Gómez, Ignacio
Date
2005-07-28
Subject
Bracero
Contributor
Cristóbal Borges
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Ignacio Gómez
creator (Spanish)
Loza, Mireya
contributor (Spanish)
Cristóbal A. Borges
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Original Format
Mini Disc
Duration
1:04:37
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Ignacio Gómez
Fecha de la entrevista: 28 de julio de 2005
Nombre del entrevistador: Mireya Loza
ML: Sí, gracias, muchas gracias. Le iba a decir que es algo muy especial para mí porque sigo trabajando en este proyecto y no tengo… Yo como no fui bracero yo, no tengo nada.
IG: Es algo especial esto porque ahí está diciendo no con palabras…
ML: Sí.
IG: Los tratos que recibimos.
ML: Déjeme acomodar esto aquí bien pa que se grabe bien. Dígame su nombre.
IG: Ignacio Gómez.
ML: ¿Dónde y cuándo nació usted?
IG: Yo nací en Michoacán el 1, 14 de [19]36.
ML: Y hábleme de su familia y el lugar donde nació.
IG: Mi pueblo se llama Chavinda, Michoacán. Conocí a mi padre yo muy poco porque fui huérfano de padre, a los doce años fui huérfano de madre también.
ML: Y, ¿tiene usted hermanos?
IG: Tengo dos hermanos, un hermano hombre y una hermana mujer. Yo soy el mayor de ellos.
ML: ¿A qué se dedicaban sus padres?
IG: Mi padre era campesino y mi mamá al hogar.
ML: ¿Dónde viven sus hermanos y hermanas ahora?
IG: Mi hermano vive en Los Ángeles y mi hermana también vive en Los Ángeles.
ML: Hábleme de cuando fue a la escuela, ¿usted fue a la escuela?
IG: Nunca fui a la escuela, yo hace aproximadamente siete años fui a la escuela aquí en Salinas, en la escuela de adultos. Ahí aprendí un poquito a leer, a escribir, a hacer matemáticas.
ML: Y, ¿cuántos años tenía usted cuando empezó a trabajar?
IG: Cuando yo empecé a trabajar pos más o menos alrededor de diez años.
ML: Cuénteme de su primer trabajo.
IG: Mi primer trabajo fue en México cuando éramos jóvenes nosotros, había un trabajo que se nombraba levantar mata de maíz, sembraban, se sembraba en las labores y se nombraba a levantar mata. Levantábamos mata, el maíz cuando pasaban aquí escardaban, uno levantaba las matitas que se tapaban de tierra, porque el arado tapaba las matas de tierra. Sembrábamos frijol, sembrábamos maíz, todo esto hice yo. Ya cuando mi madre murió, yo regaba también ya en una parcela que teníamos de maíz, de jitomate, todo eso hacía yo ya. Yo trabajaba ya de doce años, ya era como un adulto, trabajaba mucho, trabajé mucho.
ML: ¿Cómo se enteró usted del Programa Bracero?
IG: Mandaban, por ejemplo, de las ciudades grandes a las rancherías o a los pueblos pequeños algunas listas a los presidentes municipales y el presidente municipal hablaba con las personas que en si eran de los más pobres o personas que eran más conocidos de los presidentes y ya cada uno nos daba a saber que había un lugar para si queríamos venir a Estados Unidos. Por ejemplo en mi caso fue a mi abuelito al que le dieron a saber un número si quería venir a Estados Unidos, pero él estaba mayor y yo en ese tiempo era un joven de dieciocho años. Y ya él me dijo que si yo quería venir, había la oportunidad. Y así fue como yo vine a dar aquí a Estados Unidos.
ML: Y, ¿estaba usted casado?
IG: No.
ML: ¿No? ¿Alguna vez llegó a pensar en trabajar en los Estados Unidos antes de aquella época?
IG: No.
ML: ¿No?
IG: Nunca.
ML: ¿Por qué decidió irse a los Estados Unidos?
IG: Bueno, en todos tiempos ha habido mucha pobreza en México, pero hay de pobres a pobres. Yo era pobre de dinero, pobre de qué comer, de qué vestir, pero rico en salud porque, bendito sea Dios, nunca fui enfermo. Y yo en ese tiempo vine aquí a Estados Unidos, hay que decir las cosas tal y como son. Tuvimos muchos problemas aquí cuando entramos a Estados Unidos, tuvimos muchos problemas aquí cuando trabajamos en Estados Unidos. Primero que nada era una cultura diferente a la de nosotros, era una comida diferente a la de nosotros, eran unas personas diferentes a las de nosotros, pero tuvimos malas experiencias, pero también entre ellas tuvimos buenas experiencias porque primero que nada, nos enseñamos un poco a saber de la cultura de los americanos. Aprendimos, el dinero que ganamos en Estados Unidos nos sirvió para mandarle a nuestras familias y también hay que hablar de ello, no simplemente de las malas experiencias que tuvimos. Porque también entre ellas tuvimos la experiencia de mandar un dinero a nuestras familias en México para que ellos se sintieran… Comer mejor, vestir mejor y vivir mejor el tiempo que estuviéramos aquí en Estados Unidos.
ML: Describa el proceso de contratación, ¿cómo fue?
IG: A cada uno de nosotros se nos dio un documento que para firmar, pero algunos firmamos con lápiz y otros pusimos una huella porque no sabíamos escribir. Hubo una lista, la gente se venía por medio de una lista. En esta lista venía el nombre de cada persona de nosotros.
ML: ¿Cómo es que ponían su nombre en la lista?
IG: Sí, hacían en una hoja de papel hacían, ponían una lista de cada persona que este presidente municipal nos había dado la facilidad de venir a los Estado Unidos. Entonces, ya cuando… Hacían una lista de cuántas personas eran las que iban a venir aquí a Estados Unidos de ese municipio. Entonces venía una lista, esta lista venía a dar a El Centro, California y ahí en El Centro, California, ahí nos recibía el Gobierno de los Estados Unidos, La Inmigración. Y ya de allí íbamos a, nos mandaban a unas asociaciones que había y ya de allí de esas asociaciones, ya nos mandaban a los rancheros o iban los rancheros por nosotros. Cuantas personas quería cada ranchero, esas personas llevaba ahí de La Asociación donde estábamos.
ML: Y, ¿qué requisitos debían cumplir para ser bracero?
IG: Bueno y ser unas personas que pudieran trabajar en el campo, en el field, ser unas personas que estuviéramos bien de salud, ser unas personas que supiéramos trabajar en los caminos, trabajar en los rieles del tren, o sea con los rieles del tren, saber usar un azadón, saber usar un cuchillo, saber usar un marro porque también con eso se trabajaba, saber usar unas llaves para los tornillos. Saber todo esto, eso era parte del requisito y venir de toda voluntad a trabajar y obedecer a nuestros mayordomos.
ML: ¿Qué tenían que hacer para demostrar que reunían todos los requisitos?
IG: Bueno, allí nos hacían muchas preguntas. Primero que nada, había una persona que nos hacía preguntas, qué sabíamos hacer en nuestro país, en qué trabajábamos en nuestro país. Siempre nos, médicamente había doctores ahí que nos estaban examinando. Era parte del contrato que había con los gobiernos.
ML: ¿Hubo algún examen físico?
IG: Sí. Y por ejemplo cuando entrábamos, siempre nos tomaban con aparatos para ver si estábamos enfermos de los pulmones, de los ojos, de los riñones, de las manos, de los brazos, de las piernas, de los ojos. Siempre nos hacían chequeos completamente. Pero de todo ello, lo más triste es que nos fumigaron como si hubiéramos sido una manada de ganado, de chivos, de puercos, de perros y ésa fue la mala experiencia que yo tuve y que yo tengo que decir que fuimos humanos, somos humanos. Que dónde estaban los derechos humanos en ese tiempo, que nuestro Gobierno no nos defendió, porque los malos tratos para mí fueron esos, malos tratos, malas experiencias. Y yo no presto a una burla de nosotros porque no puedo nombrarlo, ni justificarlo que esto haiga sido o que esto sea normal o humano, que nos haigan tratado como animales. Por falta de nuestro Gobierno y falta de derechos humanos y aquí se mofan de decir de hablar de los derechos humanos, pero pa nosotros fue mentira.
ML: ¿Cuándo es que vino por primera vez?
IG: La primera vez vine yo en el 1959, entonces entré a Estados Unidos.
ML: ¿Qué le dijeron las autoridades, ya sean mexicanas o norteamericanas, que podía esperar de su trabajo?
IG: Simplemente nos pusieron a firmar el contrato y el permiso que teníamos. Nunca nos pidieron que esperaban de nosotros mucho o que esperaban poco, simplemente lo llevaban a trabajar y eso era todo.
ML: ¿Le informaron las autoridades algo acerca de su salario, condición de vida, alimentos o transportación?
IG: Bueno, a cada uno de nosotros nos decían qué iba a ser la transportación, qué iba a ser el alimento que teníamos, mas no nos podían mostrar. Íbamos a tener alimentos, íbamos a tener transportación, íbamos a tener un lugar dónde dormir. Pero eso era todo lo que hablaban con nosotros. Primero que nada nosotros no entendíamos su lengua de ellos y pues siempre nos cargaban así.
ML: ¿De qué forma viajó usted del lugar de reclutamiento al centro de recepción en los Estados Unidos?
IG: De México viajamos en el tren. Allí también fue otra parte que tuvimos la mala experiencia, porque no veníamos en un tren de primera, ahí también veníamos como las vacas. (risas) En vagones veníamos para acá y de ahí ya nos bajó a, ya nos bajaron a la entrada de Estados Unidos. Entramos ya, cuando entramos ya Estados Unidos fue cuando nos fumigaron.
ML: ¿Qué pasó cuando estuvo en el centro de recepción en los Estados Unidos, qué pasaba ahí?
IG: Bueno pues allí hubo, hubimos muchas personas. Allí hubimos bastantes personas y ahí fue donde nos fumigaron, donde nos leyeron nuestros documentos, nos leyeron lo que íbamos a hacer, nos leyeron dónde íbamos a vivir, ahí nos leyeron toda, como se dice la cartilla.
ML: Y, ¿tuvo usted alguna opción para escoger entre el tipo de trabajo, duración de empleo y salario?
IG: No, nunca tuvimos nosotros la opción esa porque nosotros veníamos a trabajar, no sabíamos de salario, no sabíamos de qué trabajo íbamos a hacer, no sabíamos nada. Nosotros veníamos a trabajar como un burrito.
ML: ¿Ni del lugar donde…?
IG: Nada, no sabíamos nada.
ML: ¿Se le permitía tener con usted algunos objetos personales?
IG: Todo lo que podíamos tener, por ejemplo, bueno ya cuando estábamos dentro del lugar donde íbamos a vivir, ya nos permitían tener un rastrillo, tener jabones, tener algo personal.
ML: ¿Pero cuando estaba cruzando?
IG: No.
ML: ¿Qué es lo que tenía usted con usted, con su persona?
IG: Pues no traíamos nada, traíamos algún cambio de ropa, era lo único que traíamos.
ML: ¿Cuántos años trabajó usted oficialmente como bracero en los Estados Unidos?
IG: Trabajé cuatro años, oficialmente cuatro años.
ML: Y, ¿en dónde trabajó durante esos cuatro años?
IG: La primera vez que entré yo a trabajar, entré a Blythe y luego de Blythe, de ahí nos cambiaron a Brawley, luego de Brawley fuimos a dar para Arizona, a Avondale, Arizona, luego de ahí fuimos a dar a Wisconsin, que es, los estados pegados con Michigan, ahí terminé yo mi contrato.
ML: ¿En qué año?
IG: En el 19[64]. Ahí terminé mi contrato. Ya de ahí nos mandaron para México, a muchos de nosotros nos quitaron la mica de blanco y negro. A mí me quitaron la mica y entonces ya no podía, ya no traía nada, no tenía nada, ningún documento.
ML: ¿Qué tipo de trabajo hacían en estos lugares?
IG: Bueno, cuando llegué a Blythe ahí fui a piscar algodón, luego de ahí que fui a Brawley allá vinimos a la escarda, había un trabajo que era un trabajo que siempre la gente le tenía miedo, o le teníamos miedo a ese trabajo. El simple hecho de la palabra, y le voy a decir porque así se decía, veníamos al desmadre, era al betabel, era a escardar el betabel y eso era el nombre de ese trabajo porque era muy duro. Como trabajábamos con el cortito que se dice hoy y se decía en ese tiempo, así que estábamos todo el día, doce horas, trece horas agachados, por eso era el nombre de ese trabajo. Después ya la compañía donde yo trabajé este trabajo, nos dio la facilidad de ir con otro patrón a la lechuga. Que era lo mismo, el desahije de la lechuga, la limpia de la lechuga, a cortar lechuga y a hacer los trabajos de lo que es la lechuga. De allí nos fuimos para Arizona, Arizona trabajé mucho tiempo y luego de ahí regresamos otra vez a Brawley y de Brawley ya nos fuimos a Wisconsin a lo mismo, a la lechuga. Me gustó mucho a mí el trabajo este de la lechuga, supe hacerlo, aprendí a hacerlo y aquí terminamos. Últimamente vine al tomate aquí a Greenfield y aquí terminé mi contrato en Greenfield.
ML: Hábleme de los otros braceros que trabajan con usted, ¿hizo algunas amistades duraderas?
IG: A veces uno en la vida encuentra buenas amistades, malas amistades, unas amistades que nos hablamos, nos platicamos, pero no tan profundo como encontramos unos amigos. Yo encontré un amigo que nos hicimos muy amigos con este señor, él cuando vino ya era un hombre casado, tenía dos niños. Este señor se jugaba su cheque en los dados, este señor era borracho, dejó de mandar el dinero a su familia y cada día de cheque él apostaba su cheque completo y el día que ganaba, se la llevaba pagando lo que perdía en semanas anteriores o en quincenas anteriores. Y así duramos dos años trabajando en la misma compañía. Y un día le pedí un dinero prestado a este amigo mío y me prestó dinero porque ganó. Y ya cuando me prestó el dinero, hice una carta porque yo sabía, éramos muy amigos, yo sabía cómo se llamaba su esposa, sus hijos, sabía su dirección y compré un money order y le mandé a su esposa el dinero que él me prestó. Tranzas, ¿verdad? Pero después la señora le contestó diciéndole gracias que otra vez se acordó de ella y le mandó dinero a sus hijos. Pero para ello él me dijo: “Oye”, dijo, “me escribió mi esposa y me dijo que gracias”, dijo, “¿le escribiste?”. Y le dije: “Sí”. Sintió el hombre, de momento se sintió mal, se salió y se fue a, se tomó unas cervezas y regresó y ya me dijo: “¿Sabes qué? Te agradezco lo que hiciste por mí”. Y ése sí era mi amigo.
ML: ¿Tuvo otros amigos?
IG: Pues sí, tuve más amigos pero no, no llegamos a la misma confianza que este muchacho. Dejó de tomar, dejó de jugar, mandó su dinero para México.
ML: Qué bueno. ¿Tenía usted mucho contacto con sus patrones en los varios sitios donde trabajó?
IG: Con los patrones no, con mis mayordomos sí. Bueno, a mí me ha gustado siempre ser una persona amistosa y yo tuve un supervisor también que fuimos muy amigos después de que era mi supervisor. Éramos amigos con él, me invitaba a su casa, me invitaba a comer, me invitaba a eso, no a tomar porque yo no fui borracho y yo no fui borracho y no, nunca fuimos a las cantinas, pero sí me invitaba. Mi mayordomo, tuve un mayordomo también que conmigo también fue muy buena persona. Pero con mis patrones solamente cuando estuve en Wisconsin allí sí nos hicimos amigos con un hijo del patrón y fuimos amigos. Ellos querían que yo me quedara con ellos allí en su rancho, pero la compañía con la que yo trabajé, no me dieron permiso de quedarme porque yo quería las cosas legales, no desertarme de la compañía, yo quería las cosas legales. Y yo me vine, nos venimos aquí a California y el muchacho vino hasta acá por mí. Tenían ellos un aeroplano y vino hasta aquí y ya cuando llegó aquí donde yo estaba, yo ya me iba para México, nos hicimos muy amigos con este muchacho.
ML: Y, ¿usted sigue en contacto con la gente que, con sus amistades que hizo durante ese tiempo?
IG: No, porque estos, bueno, eran ellos de distintos lugares. No pudimos, no pudimos tener comunicación porque ellos se fueron para sus estados y yo me fui para el mío y no tuvimos comunicación ya después.
ML: ¿Usted tuvo mucha comunicación durante ese tiempo con su familia?
IG: Con la mía sí, siempre tuve mucha comunicación con ellos porque después de que yo era huérfano, siempre creí en la familia y sigo creyendo en la familia.
ML: ¿Se escribían cartas o por teléfono?
IG: La curiosidad era ésa, las cartas. Yo no sé si la amistad mía fue con este muchacho porque él sabía escribir, si la amistad mía fue porque él me hacía las cartas para mi familia.
ML: ¿Con su amigo que tenía esposa?
IG: Sí. Y yo le tenía la confianza de que él me hiciera las cartas y le tenía la confianza de que él leyera lo que me decían de allá para acá. Por eso le digo que él fue mi amigo.
ML: Y cuando él no estaba con usted, ¿cómo es que leía sus cartas?, o, ¿cómo es que mandaba cartas?
IG: ¿Quién?
ML: Cuando su amigo no estaba con usted.
IG: Oh, no, duramos mucho tiempo juntos con él, duramos mucho tiempo de que nos hicimos amigos, duramos mucho tiempo con él. Siempre en la misma compañía trabajamos.
ML: ¿Él es del mismo pueblo?
IG: No. Él es de aquí de Gómez Palacio y yo soy de Michoacán, estamos retirados uno del otro.
ML: ¿Alguna vez fueron las autoridades mexicanas al lugar donde trabajaba?
IG: No.
ML: ¿Alguna vez fue la Migración a revisar documentación de los trabajadores?
IG: No, tampoco.
ML: Cuénteme un poco de su rutina diaria, ¿qué es lo que hacía cuando se levantaba?
IG: Bueno, siempre cuando nos parábamos en las mañanas, íbamos a desayunar, todos los días íbamos a desayunar excepto los domingos. Los domingos nos parábamos ya tarde porque parecíamos burros entre semana trabajando, ¿no? Y el día domingo siempre ya nos parábamos tarde. Yo siempre creía en Dios, aunque estaba lejos de un lugar, de una iglesia católica, pero yo allí fui a una iglesia de hermanos, una iglesia bautista. Y yo después de que era una iglesia diferente a la mía, pero yo para mí lo que contaba era mi creencia mía. Yo entraba a la iglesia, yo creía en Dios y creía. Y yo, cada quién que haga las cosas suyas y yo hacía lo mío en mi religión, yo hacía las cosas mías.
ML: Y, ¿por qué empezó a entrar a la iglesia bautista?
IG: Porque yo quería buscar una iglesia católica pero no había, pero no se pegan las cosas.
ML: Hábleme un poco de sus alimentos, ¿qué comían?
IG: Bueno y ésa es una parte de la que yo le dije hace un rato, que tiene uno que hablar de las cosas buenas también que hay y de las cosas malas. En una ocasión nos vinimos del field donde estábamos trabajando precisamente por el alimento que nos dieron. Según aquí nos hacían lo que acostumbramos en México nosotros, caldo de res, pero ese caldo de res era un agua blanca como llena de masa, como algo así de… Porque estaba mal cocinado o estaba demasiado cocinado. Las papas se desbarataron, las zanahorias se desbarataron, entonces esto se miraba mal, la comida mal, mala comida. Y no nada más fue una sola vez, varias veces nos dieron este caldo a comer. O siempre nos daban lo que no estamos acostumbrados nosotros a comer, sándwich o a comer, pues estas cosas, ¿verdad? Y ese dِía pues todos nos disgustamos por la comida y nos venimos del field caminando hasta el campo donde vivíamos. Hubo varios carros que se pararon a preguntarnos que qué pasaba, pero no hablaban español, nosotros no hablábamos inglés, pos, ¿qué decíamos?, ¿no? Ya cuando llegamos al campo, los del campo, o sea el campero ahí, los que se encargaban del campo hablaron a la policía pues, por nosotros que pasaba, fue un inspector a ver la comida y pues no, no había comida. Al otro día fue un inspector, porque al otro día ya nos tenían una comida especial porque iba a ir un inspector. Fue el inspector y miró la comida y dijo el inspector, hablaba español, dijo: “Pues esta comida”, dijo, “pues ni en mi casa me la dan”, dijo. Y: “¿Qué tiene esta comida?”. Y pues nosotros ahí la mayoría: “Pues vengan todos los días a ver si nos dan lo mismo”. Nos dieron pollo dorado, muy bonito, pork chucks bonitos, bistec y todo arreglado, sopita de arroz y todo, pues que buena comida. Pero alguien, habemos de todas las personas unos que guardamos algo y otros que nada, alguien le llevó un plato con caldo de ese que nos habían dado. “Señor”, dice, “aquí está la comida que nos dieron, por esto nos venimos”. Entonces vieron la comida, dijo: “¿Ésta es la comida?”. “Sí, ésa era la comida”. Pues no servía la comida. Y sacaron de ahí al encargado de la cocina porque estaba haciendo mala comida, pero digo yo que hay malos momentos y buenos momentos.
ML: Y, ¿cómo pagaba por su comida?
IG: Ya venía incluido, la comida venía incluida, la comida y el dormitorio, todo lo que ya venía incluido en el cheque que nos estaban pagando. Nunca nos dijeron: “Vamos a cobrarles tanto por la comida, vamos a cobrarles tanto por el dormitorio o por las transportaciones”. Tampoco nosotros nunca supimos cuánto nos iban a cobrar por cada, cada cosa que nos estaban dando.
ML: Y, ¿me puede describir un poco dónde vivía y cómo estaba amueblado, cómo se veía?
IG: La mayoría de gente vivíamos en una barraca. Se le nombraba barraca a una galera que pa veces nombra uno una galera grande. Había como vamos a decir ahí están estos documentos aquí, aquí había camas, ahí había camas y ése era un pasillo y todo esta sección era de camas hasta allá. Qué tan grande era el lugar, todo lleno de camas, posiblemente eran literas, acá arriba había otra hilera de camas. Luego había unos lugares donde había barracas chiquitas, vamos a suponer, como este cuarto donde estamos aquí. Aquí caben cuatro camas individuales, de una personal, cuatro camitas. Yo vivía en estas barracas también y así vivíamos la gente. En ese tiempo que yo vivía en Wisconsin, allá nos daban, pues según que eran purgas, ¿no? Hay que decir las cosas como son, según que nos purgaban, pero yo era una piedra, no me hacían las purgas, pero un día que me hizo.
ML: Y, ¿por qué los purgaban?
IG: ¿Mande?
ML: ¿Por qué los purgaban?
IG: Pues que pa que no estuviéramos enfermos del estómago, para que no estuviéramos cargados del estómago. Bueno, eso era lo que nos decían cuando la comida nos hacía daño. Ellos se sacaban esto de enfrente: “No, los purgamos”. Entonces un día nos dieron una purga tan fuerte, estaba tan fuerte la purga que muchas de las personas ya no alcanzaron a llegar a ir al baño. ¿Te da cuenta cómo estaba todo aquello allí por el pasillo? Los que vivían allá y abrían la puerta, cada que abrían la puerta a media barraca y así, pues aquello estaba de un asco. Las cosas son, hay que decirlas como son. Ya la mayoría de gente ya no estaba adentro de la barraca, estaba afuera de la barraca con sus cobijas allá acostados porque no podía estar la gente adentro de la barraca. Yo tenía ahí, fue en Wisconsin, tenía yo un perrito, un perrito muy bonito de esos cafecitos orejones que hay.
ML: Y, ¿cómo consiguió usted perro ahí?
IG: Me hice amigo de un indio de ahí en Wisconsin y él me regaló ese perrito.
ML: Y, ¿cómo se hizo amigo de él?
IG: Trabajaba ahí con nosotros, trabajaba el indio con nosotros ahí y nos hicimos amigos y me regaló ese perrito él. Y ahí lo criamos, toda la gente quería, toda la gente que vivía ahí con nosotros querían a ese perrito y el perrillo pues quería a la gente. Pues ni el perro pudo dormir dentro de la barraca y a raíz de esto me dieron la oportunidad de ir a la cocina. Ya me encargué yo de la cocina, ya la comida entonces ya la comimos mexicana.
ML: ¿Qué es lo que hacía?
IG: Los frijoles, el tiempo que estuvimos por acá no comimos frijoles, pero ya les cocí yo frijoles a los compañeros, los frijoles. Ya les hacía su chile con el molcajete, pero alguna licuadora les arreglaba sus jitomates asados, chiles asados y ya les hice muy diferente las cosas. Les hacía lechugas picadas, cebollas, tomates. Fue muy diferente la comida que yo hice a la que comíamos. Ya había la facilidad de que sí yo podía hacerles carne y hacerles comida o hacerles comida con salsa con chile todo eso. Ya fue muy diferente porque ya era comida mexicana y las personas que nos daban esa comida ahí eran americanos. Entonces por eso digo que las comidas son muy diferentes.
ML: Y, ¿cuánto tiempo usted duró usted haciéndoles las comidas?
IG: Seis meses. Éramos noventa y seis personas y duré seis meses yo, porque ya fue a las finales del contrato.
ML: Y, ¿trabajaba aún en los campos mientras que hacía…?
IG: Yo no trabajé en los campos ya.
ML: Se dedicaba a cocinar.
IG: Yo ya estaba en la cocina, ya directamente a la cocina. Ya ordenando qué íbamos a hacer: “Vamos a hacer, va a hacer, todo va a ser papas, hacer todo esto”. Las comidas, bueno, mexicanas. Y ya era muy diferente y ya cuando ya nos dijeron que se terminó el trabajo, pues mucha gente: “¿Ya nos vamos?”. “Pues sí”. “Pues no”. “Ya no vamos a comer igual”. Es diferente a la comida que teníamos, comíamos nosotros comida con pan, toda la comida era con pan, no había tortillas, no había nada. Y yo allá les hice tortillas y le pedía al patrón una máquina, allá sí tuve yo la facilidad esa de tener el amigo mío, ese muchacho. Y le pedía al patrón que si podía dar, darme una máquina pa hacer tortillas y conseguirme harina. Todo lo que le pedí, todo me trajo el señor, me trajo frijol, me trajo todo lo que le pedía yo, todo me traía para cocinar.
ML: Y, ¿cómo es que usted aprendió a hacer todo eso?
IG: Le dije hace rato que yo me crié huérfano y una persona huérfana aprende muchas cosas, sea porque no lo quieren hacer o, sea que quiere uno depender de algo. Me enseñe a todas esas cosas y yo tuve esa facilidad de saber cómo se trabaja en una cocina, no los gustos de todas las personas, porque cada quién tiene su gusto, pero sí hacer una comida que todas las gentes se puedan comer. Yo sabía, me enseñé a hacer muchas cosas, hacer mole, me enseñé a hacer muchas cosas. Entonces ya cuando yo me casé, pues para mí ya no era, no era trabajo.
ML: Y, ¿en ese campo tenían baños con drenaje?
IG: Todo había ahí, ahí había baños, había regadera, ahí teníamos muy buena, muy buen lugar dónde vivir, teníamos ahí. Lo único malo que teníamos, pues la comida, ¿verdad? Pero teníamos muy buen baño, estábamos a la orilla de una montaña, pues nos hicimos varios amigos que no éramos tan estrechos amistades, ¿verdad?, pero sí éramos compañeros que salíamos por ahí. Salíamos armados, con pistolas, no, por ahí no había policías, no teníamos miedo de nadie y quién nos… Te agarra la Policía porque traes un arma y estábamos fuera de la ciudad.
ML: Y, ¿cómo conseguían armas?
IG: Íbamos a la ciudad y nos vendían armas, nos vendían armas a nosotros. O encargaba yo a mi patrón, pues hablaba con el hijo: “Dile a tu papá que si me puede traer una… Siempre me la traiba el señor. No éramos, no era pa pleito, no era pa nada. Por ahí salíamos, yo tenía unas fotografías yo, que con el sombrero y mi pistola acá y todo eso, pues estábamos jóvenes, veinte años.
ML: Y, ¿qué hacían con las pistolas cuando regresaban a México?
IG: Pues las vendíamos por acá a algotros compañeros. “Te vendo mi pistola”. Ya no en la que la compramos, más barata, pero la vendíamos porque sabíamos que no la podíamos traer para acá. Pero nos pasábamos los jóvenes en ese tiempo, yo allá cuando estaba en Wisconsin… A veces aprende uno muchas cosas y yo tuve amigos que eran borrachitos, les gustaba ir a las cantinas allá y se iban a la cantina, a veces de que me llevaban unas botellas de wine o me llevaban algunas cervezas. No fui yo cantinero, yo no fui cantinero, pero el muchacho este amigo mío, íbamos al cine con él. Él tenía su novia, éramos chavalos y por ahí también él me consiguió una muchacha por ahí, una amistad y pues yo no sabía qué decirle a la muchacha pero ni ella tampoco. Pero eso no importa, cuando uno es joven no importa qué decir, no importa eso, con el sentir tiene uno, con eso tiene. Y el muchacho a veces que él nos decía, él a ella le hablaba, pues dile algo, o a veces a mí me hablaba el español. “No, pues dile algo”. “Yo le digo lo que tú quieras”. Pero sí éramos también con este muchacho amigos.
ML: Y, ¿qué es lo que hacían ustedes para divertirse?
IG: Pues yo por ejemplo, como yo no iba a las cantinas, yo me salía con algotros compañeros con la arma a tirar balazos a lo tonto. Poníamos algunas botellas o algunos botes de soda o algo, salíamos ahí a lo tonto.
ML: ¿Practicaban deportes o iban al cine?
IG: No, porque estábamos retiraditos de la ciudad, estábamos retirados.
ML: ¿Tenían un radio?
IG: Sí, teníamos radios.
ML: ¿Escuchaban hasta televisión?
IG: Sí, sí teníamos televisión ahí. Era la persona ahí como, donde estábamos nosotros ahí en este rancho, era un rancho lejos de la ciudad y en la parte de comedor, una parte del comedor había un televisión y ahí mirábamos nosotros partes de la guerra, cuando hubo guerra, el radio, escuchábamos en el radio, escuchábamos todo eso.
ML: Y, ¿habían estaciones de radio en español?
IG: La estación de radio en español la oíamos como más o menos a las dos de la mañana, más o menos de ese horario, había que desvelarse. Por ejemplo los domingos que no salíamos, el sábado nos teníamos que desvelar para oír la música en español.
ML: ¿En Wisconsin tocaban música en español?
IG: Era una estación que había aquí en Estados Unidos, que era muy grande y se oía en Estados Unidos, no simplemente aquí y acá, se oía en Estados Unidos. Era un radio de mucha potencia, era un radio muy grande. En este radio, la gente que había en este radio, mandaba por ejemplo, catálogos y hablaban en el radio que querían un catálogo de esto, de esto y del otro. Porque por ejemplo ponen música y luego ya ponen anuncios y ya empezaban a anunciar que sí querían al anuncio, en el anuncio querían esto o querían lo que quisieran, un radio o unas plumas, o ropa o lo que uno quisiera. Le mandaban a uno un catálogo y ya en el catálogo ya venía allí los precios de cada cosa y ya uno decía: “Pues yo quiero esto”.
ML: Y, ¿cuánto le pagaban cuando trabajaba en estos varios sitios?
IG: ¿A mí?
ML: Sí, el primer año, ¿cuánto le pagaban?
IG: El primer año lo hicimos también este trabajo a contrato, casi la mayoría del trabajo eran contratos porque casi no pagaban, no nos pagaban por horas porque era bajo contrato. Casi la mayoría del tiempo fue bajo contrato.
ML: ¿Todos ganaban igual?
IG: Sí, todos ganábamos igual, no había quién ganara más que otros, porque todo era igual.
ML: Y, ¿los años después de ése?
IG: No me acuerdo yo los últimos años, o sea los últimos meses, no me acuerdo yo cuánto me pagaban la hora, por horas.
ML: ¿Pero le pagaban en efectivo o en cheque?
IG: No, en cheque, nos pagaban en cheque. Ahí mismo cambiábamos el cheque, ahí mismo en la compañía. Ahí nomás daban el cheque y yo pues no escribía… y ya listo.
ML: ¿Sólo con su huella?
IG: Sí, porque dicen que es más efectivo una huella que un escrito, eso se dice, ¿no?
ML: Y, ¿qué hacía usted con su dinero?
IG: Lo mandaba para México.
ML: Y, ¿siempre recibió el pago correcto por las horas trabajadas o por el contrato?
IG: Bueno, yo no sabía si me faltaba o me sobraba. Yo recibía mi dinero y no sabía, cuánto pude haber ganado más o cuánto pude haber ganado menos. Yo el caso es que a mí me llegaba mi cheque y ya, luego iba y lo cambiaba. Yo trabajé en la compañía Royal, se llamaba la Royal la compañía. Éramos, era una compañía de noventa y seis personas éramos en la compañía y cuando terminó la compañía aquí, aquí se terminó la compañía. Era una compañía muy grande, muy, muy grande ya, era muy grande y éramos poquitos, empezó con poquita gente.
ML: Y, ¿tuvo problemas en el trabajo?
IG: No.
ML: ¿Nunca?
IG: Nunca tuve yo problemas en el trabajo.
ML: ¿Qué sucedía en caso de accidente o una enfermedad?
IG: Teníamos doctor, teníamos derecho a doctor, teníamos derecho… Me sacaron esta muela en Arizona precisamente, cuando me llevó el mayordomo al doctor, me la sacó el doctor. Él me dijo que era sin dolor, pero sin dolor de su corazón, porque sentí que me tronó hasta acá cuando me jaló la muela.
ML: Hasta la frente.
IG: Y ya le dijo el mayordomo que qué puedo. “Qué puede hacer, ¿verdad? Qué puede hacer él. Dice: “Pues llévalo a que se coma un menudo y llévatelo a trabajar”. No era él el que estaba malo, ¿verdad?, por eso dijo que era sin dolor.
ML: Y, ¿cuáles eran las quejas más comunes entre los braceros de el trato?
IG: Bueno, las más comunes que había entre nosotros con la gente, primero que nada era la comida, porque aunque no teníamos qué comer ahí nosotros los mexicanos, pero sí sabíamos qué comida estaba mal hecha mal cocinada. La otra cosa que siempre nos quejamos era de los malos tratos dentro del trabajo, porque había veces que no teníamos agua, había veces que no teníamos baño, había veces de que nos trataban mal dentro del trabajo, nos pedían más de lo que podíamos hacer. O sea que hubo también pues malos tratos, ¿no? Por eso digo yo que hubo malos tratos y que hubo todo esto malo, pero también hubo lo otro bueno que ganamos un dinero para mandar a nuestras familias.
ML: ¿Alguna vez sus compañeros de trabajo o usted, organizaron una protesta laboral?
IG: La que hicimos cuando nos venimos del algodón, ésa fue una de las protestas que hicimos porque precisamente la comida. Ésa fue una protesta y estuvo grande porque fue Policía, fueron con la Policía a ver qué estaba pasando. Pues veníamos nosotros y no dejábamos pasar a los carros y todo eso y: “¿Qué pasó?”. Pitaban los carros y bueno, ésa fue la protesta que tuvimos. Y la otra pues, que tuvimos acá que ni el perrito dormía en la barraca. Esa fue la otra protesta pues de ahí que hubo y por la cual… Era una señora la que, la encargada de la cocina y yo sentía a veces que esta señora se fuera porque yo me llevé bien con la señora y esa fue otra protesta que hicimos también por la comida.
ML: ¿Regresó usted a México cuando terminó su contrato de trabajar?
IG: Sí, yo regresé para México y ya estuve allá en México y luego al tiempo me casé y luego ya me vine para acá y aquí estoy de ese tiempo para acá.
ML: Y después de terminar con su trabajo, ¿qué tan fácil era conseguir un nuevo contrato después del primer contrato?
IG: Bueno, de cuando se terminó el contrato, después era, había facilidades porque había mucha gente que iba a piscar algodón para ganarse la carta que se decía en ese tiempo. Y se iban a piscar algodón a Sonora, allí hubo mucha gente que vino a ganarse la carta pa venir para acá. Y esa fue otra oportunidad que hubo aparte de la que dieron los gobiernos para darle a las personas una lista que vinieran a los Estados Unidos, porque las personas venían a, venían en lista también pero venían a ganarse una carta piscando algodón.
ML: Y, ¿qué era la relación en los varios sitios donde usted trabajó entre los braceros y los mexicoamericanos?
IG: En ese tiempo había mucho, pues no había muchos mexicanos, no había muchos mexicanos. Era muy raro un mexicano que estuviera aquí.
ML: ¿Pero nacido en los Estados Unidos?
IG: Nacido en los Estados Unidos, porque aquí la mayoría que había eran indios, en Arizona, indios. Aquí había también en ese tiempo uno destos como japoneses o algo así, aquí había también de esas razas, pero no había muchos mexicanos aquí. Por eso a nosotros hasta nos querían los güeritos, nos querían a nosotros las muchachas también. Pero nomás empezamos a invadir aquí y ya no nos quieren.
ML: ¿Por qué?
IG: Pues es que habemos de todo, habemos tranzas, habemos personas que no deberíamos estar aquí y pues así.
ML: Y muchos braceros salían con mujeres blancas americanas.
IG: Sí, sí es cierto. Había personas que, yo les digo que yo tenía, me presentaba con una muchacha americana y muchas de las veces, hay muchas cosas en la vida, no simplemente yo tengo que ser una belleza para yo salir con una mujer, no simplemente una mujer tiene que ser una belleza para salir con un hombre. Todo se da, cómo es una persona, cómo es la otra persona, hay químicas que… Yo simplemente le dije hace un rato, tengo que decirle algo a la mujer para sentir que la quiero, ni la mujer tampoco tiene que decirme nada pa yo sentir que la quiero, simplemente se da y se da.
ML: Y cuando regresó a México, tipo después de su año final como bracero, último año de bracero, ¿qué es lo que hizo en México? Sé que se casó pero, ¿en qué trabajó?
IG: Cuando yo llegué a México, yo allá para mí fue muy diferente ya distinto a lo que fui aquí, el tiempo que estuve aquí, porque yo ya para mí, ya era muy diferente y la vida allá y la vida aquí. Primero que nada, yo ya no recibía un cheque como aquí, luego a veces también la ropa no era igual aquélla que ésta. La comida últimamente ya no era igual aquélla que ésta, porque yo aquí comía carne todos los días sí yo quería, primero que nada pues yo estaba trabajando en la cocina, ¿no? Yo ahí podía comer toda la comida que yo quería, pescado y todas esas cosas, ya pa mí era muy diferente. El trabajo aquí y aquél de allá de México no era igual, bueno, primero que nada, yo el trabajo aquí, lo hacía pues no forzado. Pero casi sí porque yo tenía que hacer el trabajo para presentarle a mi patrón un trabajo, y en México no le presentaba a nadie más que a mí mismo. Si yo quería trabajar todo el día, lo trabajaba y si no, pues con un ratito. Porque allá es media floja la gente, es muy diferente y allá dice uno: “Ay, ya nomás trabajo hasta aquí y ya me voy”. Hasta es uno medio flojo. Y no se está haciendo uno más de mal a uno mismo. ¿Cómo vamos a prosperar si no trabajamos? Y a parte de que yo ya trabajé mucho, yo trabajé mucho, yo como huérfano trabajé mucho.
ML: Y, ¿qué significa el término bracero para usted?
IG: ¿En término un bracero?
ML: El término, la palabra bracero, ¿qué significa para usted?
IG: Para mí, ¿qué es bracero? Bueno, primero que nada, un bracero es que vino aquí a poner su brazo pa darle de comer a la gente que necesitaba aquí. Porque eso es nombre de bracero, brazos fuertes, haber venido a hacer un trabajo aquí y darle de comer a la gente que no tenía qué comer aquí. Darle un camino a la gente que no podía tener un camino ya aquí, porque eso veníamos a hacer, a darle de comer. Venimos aquí nosotros a Estados Unidos a luchar, a pelear con el hambre, eso venimos a hacer aquí nosotros. Nosotros no peleamos con armas, pero peleamos con los brazos, braceros, para darle de comer a esta gente y mandarles aquellos armas también pa que pelearan. Porque, ¿con qué compraban las armas si no tenían material? No tenían dinero. Nosotros venimos a hacer todo eso, venimos a levantar el país porque vivimos aquí cerca de cinco mil, sí, cerca de cinco millones de personas. ¿Se da cuenta de cuánta gente venimos pa aquí a apoyar a Estados Unidos. Y también fuimos parte de las guerras que hubo, porque con el trabajo de nosotros, ellos también estuvieron allá sin pendiente porque ellos tenían que comer aquí a sus hijos de ellos y a sus esposas. Entonces pa mí eso es bracero.
ML: ¿Cómo se siente usted de que lo llamen bracero?
IG: Bien, bien, me llamo, me siento bien porque eso es parte mía. Y no cualquiera es bracero, ni cualquiera fue bracero.
ML: Y en término general, sus recuerdos de haber trabajado como bracero, ¿son positivos o negativos?
IG: Hay de las dos partes, hay positivos y negativos. Primero que nada, tuvimos buenas experiencias y tuvimos malas experiencias, porque una de las buenas es que nosotros, muchos de nosotros, nos hicimos responsables porque ya fuimos responsables los que estuvimos jóvenes aquí. Porque el trabajar es ser uno responsable, no simplemente el tener dinero es responsable la gente. Porque eso lo hace a uno ser irresponsable, porque no lo lleva a uno a ninguna parte, el agarrar el dinero y agarrar el dinero, no lo lleva a ninguna parte. Ser responsable es trabajar, las personas que sepa uno cuánto cuesta el dinero. Y la otra parte fue que pues tuvimos las malas experiencias. Pero ya para mí hay cosas buenas y cosas malas y hay que tomarlo por el lado amable dice el Señor.
ML: El haber sido bracero, ¿cambió su vida de alguna manera?
IG: Pues sí, sí cambió porque me hice responsable. Soy responsable, ya de ahí para acá, ya fui una persona responsable en mi casa, aunque cuando era jovencito de a tiro yo ya sentía responsabilidad. Ya cuando fui bracero ya me sentí más responsable porque yo ya fui ya un hombre más responsable, ya de otro mundo, ¿no? Y yo ya me sentí más responsable.
ML: Ya acabamos con estas preguntas pero, ¿hay alguna cosa que quiere compartir u otra cosa que quiere contar?
IG: Ya estamos tarde.
ML: Okay.
IG: Yo quisiera, hay muchas cosas qué contar, hay muchas cosas qué contar. Por ejemplo, una de ellas se la voy a contar antes de irnos. Antes en Empalme, Sonora se había una comida. Estuve un tiempo yo en Empalme y mi hermano también, veníamos para acá y duré dos días yo que no comía, no tenía, no tenía dinero pa comer y pues sí tomaba agüita y todas esas cosas, pero no comida. Y nos encontramos con mi hermano, ya me dice: “¿Qué pues, dónde andas?”. “Pos por ahí caminando, ¿ya comiste?”. Le dije: “Ya, ya comí”. Pero no había comido. Yo dije: “Pobrecillo, pues era más chico que yo, o es más chico que yo, ¿cómo voy a…
ML: ¿Usted es el mayor?
IG: Sí, yo soy el mayor de ellos. ¿Cómo voy a presentármele en quiebra o que no he comido, ¿verdad? “Vente, vamos, te voy a invitar una gallina, vamos a la gallina”. Ya llegamos allá al restaurantito ahí y ya se arrimó la persona ahí, y dice: “¿Van a comer?”. “Sí, me das dos gallinas”. Hijo de la fregada ya dije: “Yo llevo dos días sin comer y voy a comer gallina”. Bueno, ya fue el señor y nos trajo un plato a cada uno de frijoles con arroz ahí y un chile de esos a mordidas y tortillas, un montón de tortillas. Pos ahí estamos comiendo y yo estaba, pos yo comí rápido. Me terminé los frijoles dije yo: “Voy a esperar la gallina”. Acabamos de comer y nos echamos unos vasitos de agua. Le dije: “¿A qué hora llegan con la gallina?”. “Y luego lo que te comiste”. “Pues esos eran frijoles con arroz”, dijo. “Pues ya está la gallina aquí”. Pregúntales y verás. Es parte de la historia de nosotros y hay muchas cosas, hay muchas cosas nomás que ya es tiempo que yo, me voy a retirar porque tengo algo que hacer en mi casa.
ML: Okay, gracias.
IG: Gracias.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 28 de julio de 2005
Nombre del entrevistador: Mireya Loza
ML: Sí, gracias, muchas gracias. Le iba a decir que es algo muy especial para mí porque sigo trabajando en este proyecto y no tengo… Yo como no fui bracero yo, no tengo nada.
IG: Es algo especial esto porque ahí está diciendo no con palabras…
ML: Sí.
IG: Los tratos que recibimos.
ML: Déjeme acomodar esto aquí bien pa que se grabe bien. Dígame su nombre.
IG: Ignacio Gómez.
ML: ¿Dónde y cuándo nació usted?
IG: Yo nací en Michoacán el 1, 14 de [19]36.
ML: Y hábleme de su familia y el lugar donde nació.
IG: Mi pueblo se llama Chavinda, Michoacán. Conocí a mi padre yo muy poco porque fui huérfano de padre, a los doce años fui huérfano de madre también.
ML: Y, ¿tiene usted hermanos?
IG: Tengo dos hermanos, un hermano hombre y una hermana mujer. Yo soy el mayor de ellos.
ML: ¿A qué se dedicaban sus padres?
IG: Mi padre era campesino y mi mamá al hogar.
ML: ¿Dónde viven sus hermanos y hermanas ahora?
IG: Mi hermano vive en Los Ángeles y mi hermana también vive en Los Ángeles.
ML: Hábleme de cuando fue a la escuela, ¿usted fue a la escuela?
IG: Nunca fui a la escuela, yo hace aproximadamente siete años fui a la escuela aquí en Salinas, en la escuela de adultos. Ahí aprendí un poquito a leer, a escribir, a hacer matemáticas.
ML: Y, ¿cuántos años tenía usted cuando empezó a trabajar?
IG: Cuando yo empecé a trabajar pos más o menos alrededor de diez años.
ML: Cuénteme de su primer trabajo.
IG: Mi primer trabajo fue en México cuando éramos jóvenes nosotros, había un trabajo que se nombraba levantar mata de maíz, sembraban, se sembraba en las labores y se nombraba a levantar mata. Levantábamos mata, el maíz cuando pasaban aquí escardaban, uno levantaba las matitas que se tapaban de tierra, porque el arado tapaba las matas de tierra. Sembrábamos frijol, sembrábamos maíz, todo esto hice yo. Ya cuando mi madre murió, yo regaba también ya en una parcela que teníamos de maíz, de jitomate, todo eso hacía yo ya. Yo trabajaba ya de doce años, ya era como un adulto, trabajaba mucho, trabajé mucho.
ML: ¿Cómo se enteró usted del Programa Bracero?
IG: Mandaban, por ejemplo, de las ciudades grandes a las rancherías o a los pueblos pequeños algunas listas a los presidentes municipales y el presidente municipal hablaba con las personas que en si eran de los más pobres o personas que eran más conocidos de los presidentes y ya cada uno nos daba a saber que había un lugar para si queríamos venir a Estados Unidos. Por ejemplo en mi caso fue a mi abuelito al que le dieron a saber un número si quería venir a Estados Unidos, pero él estaba mayor y yo en ese tiempo era un joven de dieciocho años. Y ya él me dijo que si yo quería venir, había la oportunidad. Y así fue como yo vine a dar aquí a Estados Unidos.
ML: Y, ¿estaba usted casado?
IG: No.
ML: ¿No? ¿Alguna vez llegó a pensar en trabajar en los Estados Unidos antes de aquella época?
IG: No.
ML: ¿No?
IG: Nunca.
ML: ¿Por qué decidió irse a los Estados Unidos?
IG: Bueno, en todos tiempos ha habido mucha pobreza en México, pero hay de pobres a pobres. Yo era pobre de dinero, pobre de qué comer, de qué vestir, pero rico en salud porque, bendito sea Dios, nunca fui enfermo. Y yo en ese tiempo vine aquí a Estados Unidos, hay que decir las cosas tal y como son. Tuvimos muchos problemas aquí cuando entramos a Estados Unidos, tuvimos muchos problemas aquí cuando trabajamos en Estados Unidos. Primero que nada era una cultura diferente a la de nosotros, era una comida diferente a la de nosotros, eran unas personas diferentes a las de nosotros, pero tuvimos malas experiencias, pero también entre ellas tuvimos buenas experiencias porque primero que nada, nos enseñamos un poco a saber de la cultura de los americanos. Aprendimos, el dinero que ganamos en Estados Unidos nos sirvió para mandarle a nuestras familias y también hay que hablar de ello, no simplemente de las malas experiencias que tuvimos. Porque también entre ellas tuvimos la experiencia de mandar un dinero a nuestras familias en México para que ellos se sintieran… Comer mejor, vestir mejor y vivir mejor el tiempo que estuviéramos aquí en Estados Unidos.
ML: Describa el proceso de contratación, ¿cómo fue?
IG: A cada uno de nosotros se nos dio un documento que para firmar, pero algunos firmamos con lápiz y otros pusimos una huella porque no sabíamos escribir. Hubo una lista, la gente se venía por medio de una lista. En esta lista venía el nombre de cada persona de nosotros.
ML: ¿Cómo es que ponían su nombre en la lista?
IG: Sí, hacían en una hoja de papel hacían, ponían una lista de cada persona que este presidente municipal nos había dado la facilidad de venir a los Estado Unidos. Entonces, ya cuando… Hacían una lista de cuántas personas eran las que iban a venir aquí a Estados Unidos de ese municipio. Entonces venía una lista, esta lista venía a dar a El Centro, California y ahí en El Centro, California, ahí nos recibía el Gobierno de los Estados Unidos, La Inmigración. Y ya de allí íbamos a, nos mandaban a unas asociaciones que había y ya de allí de esas asociaciones, ya nos mandaban a los rancheros o iban los rancheros por nosotros. Cuantas personas quería cada ranchero, esas personas llevaba ahí de La Asociación donde estábamos.
ML: Y, ¿qué requisitos debían cumplir para ser bracero?
IG: Bueno y ser unas personas que pudieran trabajar en el campo, en el field, ser unas personas que estuviéramos bien de salud, ser unas personas que supiéramos trabajar en los caminos, trabajar en los rieles del tren, o sea con los rieles del tren, saber usar un azadón, saber usar un cuchillo, saber usar un marro porque también con eso se trabajaba, saber usar unas llaves para los tornillos. Saber todo esto, eso era parte del requisito y venir de toda voluntad a trabajar y obedecer a nuestros mayordomos.
ML: ¿Qué tenían que hacer para demostrar que reunían todos los requisitos?
IG: Bueno, allí nos hacían muchas preguntas. Primero que nada, había una persona que nos hacía preguntas, qué sabíamos hacer en nuestro país, en qué trabajábamos en nuestro país. Siempre nos, médicamente había doctores ahí que nos estaban examinando. Era parte del contrato que había con los gobiernos.
ML: ¿Hubo algún examen físico?
IG: Sí. Y por ejemplo cuando entrábamos, siempre nos tomaban con aparatos para ver si estábamos enfermos de los pulmones, de los ojos, de los riñones, de las manos, de los brazos, de las piernas, de los ojos. Siempre nos hacían chequeos completamente. Pero de todo ello, lo más triste es que nos fumigaron como si hubiéramos sido una manada de ganado, de chivos, de puercos, de perros y ésa fue la mala experiencia que yo tuve y que yo tengo que decir que fuimos humanos, somos humanos. Que dónde estaban los derechos humanos en ese tiempo, que nuestro Gobierno no nos defendió, porque los malos tratos para mí fueron esos, malos tratos, malas experiencias. Y yo no presto a una burla de nosotros porque no puedo nombrarlo, ni justificarlo que esto haiga sido o que esto sea normal o humano, que nos haigan tratado como animales. Por falta de nuestro Gobierno y falta de derechos humanos y aquí se mofan de decir de hablar de los derechos humanos, pero pa nosotros fue mentira.
ML: ¿Cuándo es que vino por primera vez?
IG: La primera vez vine yo en el 1959, entonces entré a Estados Unidos.
ML: ¿Qué le dijeron las autoridades, ya sean mexicanas o norteamericanas, que podía esperar de su trabajo?
IG: Simplemente nos pusieron a firmar el contrato y el permiso que teníamos. Nunca nos pidieron que esperaban de nosotros mucho o que esperaban poco, simplemente lo llevaban a trabajar y eso era todo.
ML: ¿Le informaron las autoridades algo acerca de su salario, condición de vida, alimentos o transportación?
IG: Bueno, a cada uno de nosotros nos decían qué iba a ser la transportación, qué iba a ser el alimento que teníamos, mas no nos podían mostrar. Íbamos a tener alimentos, íbamos a tener transportación, íbamos a tener un lugar dónde dormir. Pero eso era todo lo que hablaban con nosotros. Primero que nada nosotros no entendíamos su lengua de ellos y pues siempre nos cargaban así.
ML: ¿De qué forma viajó usted del lugar de reclutamiento al centro de recepción en los Estados Unidos?
IG: De México viajamos en el tren. Allí también fue otra parte que tuvimos la mala experiencia, porque no veníamos en un tren de primera, ahí también veníamos como las vacas. (risas) En vagones veníamos para acá y de ahí ya nos bajó a, ya nos bajaron a la entrada de Estados Unidos. Entramos ya, cuando entramos ya Estados Unidos fue cuando nos fumigaron.
ML: ¿Qué pasó cuando estuvo en el centro de recepción en los Estados Unidos, qué pasaba ahí?
IG: Bueno pues allí hubo, hubimos muchas personas. Allí hubimos bastantes personas y ahí fue donde nos fumigaron, donde nos leyeron nuestros documentos, nos leyeron lo que íbamos a hacer, nos leyeron dónde íbamos a vivir, ahí nos leyeron toda, como se dice la cartilla.
ML: Y, ¿tuvo usted alguna opción para escoger entre el tipo de trabajo, duración de empleo y salario?
IG: No, nunca tuvimos nosotros la opción esa porque nosotros veníamos a trabajar, no sabíamos de salario, no sabíamos de qué trabajo íbamos a hacer, no sabíamos nada. Nosotros veníamos a trabajar como un burrito.
ML: ¿Ni del lugar donde…?
IG: Nada, no sabíamos nada.
ML: ¿Se le permitía tener con usted algunos objetos personales?
IG: Todo lo que podíamos tener, por ejemplo, bueno ya cuando estábamos dentro del lugar donde íbamos a vivir, ya nos permitían tener un rastrillo, tener jabones, tener algo personal.
ML: ¿Pero cuando estaba cruzando?
IG: No.
ML: ¿Qué es lo que tenía usted con usted, con su persona?
IG: Pues no traíamos nada, traíamos algún cambio de ropa, era lo único que traíamos.
ML: ¿Cuántos años trabajó usted oficialmente como bracero en los Estados Unidos?
IG: Trabajé cuatro años, oficialmente cuatro años.
ML: Y, ¿en dónde trabajó durante esos cuatro años?
IG: La primera vez que entré yo a trabajar, entré a Blythe y luego de Blythe, de ahí nos cambiaron a Brawley, luego de Brawley fuimos a dar para Arizona, a Avondale, Arizona, luego de ahí fuimos a dar a Wisconsin, que es, los estados pegados con Michigan, ahí terminé yo mi contrato.
ML: ¿En qué año?
IG: En el 19[64]. Ahí terminé mi contrato. Ya de ahí nos mandaron para México, a muchos de nosotros nos quitaron la mica de blanco y negro. A mí me quitaron la mica y entonces ya no podía, ya no traía nada, no tenía nada, ningún documento.
ML: ¿Qué tipo de trabajo hacían en estos lugares?
IG: Bueno, cuando llegué a Blythe ahí fui a piscar algodón, luego de ahí que fui a Brawley allá vinimos a la escarda, había un trabajo que era un trabajo que siempre la gente le tenía miedo, o le teníamos miedo a ese trabajo. El simple hecho de la palabra, y le voy a decir porque así se decía, veníamos al desmadre, era al betabel, era a escardar el betabel y eso era el nombre de ese trabajo porque era muy duro. Como trabajábamos con el cortito que se dice hoy y se decía en ese tiempo, así que estábamos todo el día, doce horas, trece horas agachados, por eso era el nombre de ese trabajo. Después ya la compañía donde yo trabajé este trabajo, nos dio la facilidad de ir con otro patrón a la lechuga. Que era lo mismo, el desahije de la lechuga, la limpia de la lechuga, a cortar lechuga y a hacer los trabajos de lo que es la lechuga. De allí nos fuimos para Arizona, Arizona trabajé mucho tiempo y luego de ahí regresamos otra vez a Brawley y de Brawley ya nos fuimos a Wisconsin a lo mismo, a la lechuga. Me gustó mucho a mí el trabajo este de la lechuga, supe hacerlo, aprendí a hacerlo y aquí terminamos. Últimamente vine al tomate aquí a Greenfield y aquí terminé mi contrato en Greenfield.
ML: Hábleme de los otros braceros que trabajan con usted, ¿hizo algunas amistades duraderas?
IG: A veces uno en la vida encuentra buenas amistades, malas amistades, unas amistades que nos hablamos, nos platicamos, pero no tan profundo como encontramos unos amigos. Yo encontré un amigo que nos hicimos muy amigos con este señor, él cuando vino ya era un hombre casado, tenía dos niños. Este señor se jugaba su cheque en los dados, este señor era borracho, dejó de mandar el dinero a su familia y cada día de cheque él apostaba su cheque completo y el día que ganaba, se la llevaba pagando lo que perdía en semanas anteriores o en quincenas anteriores. Y así duramos dos años trabajando en la misma compañía. Y un día le pedí un dinero prestado a este amigo mío y me prestó dinero porque ganó. Y ya cuando me prestó el dinero, hice una carta porque yo sabía, éramos muy amigos, yo sabía cómo se llamaba su esposa, sus hijos, sabía su dirección y compré un money order y le mandé a su esposa el dinero que él me prestó. Tranzas, ¿verdad? Pero después la señora le contestó diciéndole gracias que otra vez se acordó de ella y le mandó dinero a sus hijos. Pero para ello él me dijo: “Oye”, dijo, “me escribió mi esposa y me dijo que gracias”, dijo, “¿le escribiste?”. Y le dije: “Sí”. Sintió el hombre, de momento se sintió mal, se salió y se fue a, se tomó unas cervezas y regresó y ya me dijo: “¿Sabes qué? Te agradezco lo que hiciste por mí”. Y ése sí era mi amigo.
ML: ¿Tuvo otros amigos?
IG: Pues sí, tuve más amigos pero no, no llegamos a la misma confianza que este muchacho. Dejó de tomar, dejó de jugar, mandó su dinero para México.
ML: Qué bueno. ¿Tenía usted mucho contacto con sus patrones en los varios sitios donde trabajó?
IG: Con los patrones no, con mis mayordomos sí. Bueno, a mí me ha gustado siempre ser una persona amistosa y yo tuve un supervisor también que fuimos muy amigos después de que era mi supervisor. Éramos amigos con él, me invitaba a su casa, me invitaba a comer, me invitaba a eso, no a tomar porque yo no fui borracho y yo no fui borracho y no, nunca fuimos a las cantinas, pero sí me invitaba. Mi mayordomo, tuve un mayordomo también que conmigo también fue muy buena persona. Pero con mis patrones solamente cuando estuve en Wisconsin allí sí nos hicimos amigos con un hijo del patrón y fuimos amigos. Ellos querían que yo me quedara con ellos allí en su rancho, pero la compañía con la que yo trabajé, no me dieron permiso de quedarme porque yo quería las cosas legales, no desertarme de la compañía, yo quería las cosas legales. Y yo me vine, nos venimos aquí a California y el muchacho vino hasta acá por mí. Tenían ellos un aeroplano y vino hasta aquí y ya cuando llegó aquí donde yo estaba, yo ya me iba para México, nos hicimos muy amigos con este muchacho.
ML: Y, ¿usted sigue en contacto con la gente que, con sus amistades que hizo durante ese tiempo?
IG: No, porque estos, bueno, eran ellos de distintos lugares. No pudimos, no pudimos tener comunicación porque ellos se fueron para sus estados y yo me fui para el mío y no tuvimos comunicación ya después.
ML: ¿Usted tuvo mucha comunicación durante ese tiempo con su familia?
IG: Con la mía sí, siempre tuve mucha comunicación con ellos porque después de que yo era huérfano, siempre creí en la familia y sigo creyendo en la familia.
ML: ¿Se escribían cartas o por teléfono?
IG: La curiosidad era ésa, las cartas. Yo no sé si la amistad mía fue con este muchacho porque él sabía escribir, si la amistad mía fue porque él me hacía las cartas para mi familia.
ML: ¿Con su amigo que tenía esposa?
IG: Sí. Y yo le tenía la confianza de que él me hiciera las cartas y le tenía la confianza de que él leyera lo que me decían de allá para acá. Por eso le digo que él fue mi amigo.
ML: Y cuando él no estaba con usted, ¿cómo es que leía sus cartas?, o, ¿cómo es que mandaba cartas?
IG: ¿Quién?
ML: Cuando su amigo no estaba con usted.
IG: Oh, no, duramos mucho tiempo juntos con él, duramos mucho tiempo de que nos hicimos amigos, duramos mucho tiempo con él. Siempre en la misma compañía trabajamos.
ML: ¿Él es del mismo pueblo?
IG: No. Él es de aquí de Gómez Palacio y yo soy de Michoacán, estamos retirados uno del otro.
ML: ¿Alguna vez fueron las autoridades mexicanas al lugar donde trabajaba?
IG: No.
ML: ¿Alguna vez fue la Migración a revisar documentación de los trabajadores?
IG: No, tampoco.
ML: Cuénteme un poco de su rutina diaria, ¿qué es lo que hacía cuando se levantaba?
IG: Bueno, siempre cuando nos parábamos en las mañanas, íbamos a desayunar, todos los días íbamos a desayunar excepto los domingos. Los domingos nos parábamos ya tarde porque parecíamos burros entre semana trabajando, ¿no? Y el día domingo siempre ya nos parábamos tarde. Yo siempre creía en Dios, aunque estaba lejos de un lugar, de una iglesia católica, pero yo allí fui a una iglesia de hermanos, una iglesia bautista. Y yo después de que era una iglesia diferente a la mía, pero yo para mí lo que contaba era mi creencia mía. Yo entraba a la iglesia, yo creía en Dios y creía. Y yo, cada quién que haga las cosas suyas y yo hacía lo mío en mi religión, yo hacía las cosas mías.
ML: Y, ¿por qué empezó a entrar a la iglesia bautista?
IG: Porque yo quería buscar una iglesia católica pero no había, pero no se pegan las cosas.
ML: Hábleme un poco de sus alimentos, ¿qué comían?
IG: Bueno y ésa es una parte de la que yo le dije hace un rato, que tiene uno que hablar de las cosas buenas también que hay y de las cosas malas. En una ocasión nos vinimos del field donde estábamos trabajando precisamente por el alimento que nos dieron. Según aquí nos hacían lo que acostumbramos en México nosotros, caldo de res, pero ese caldo de res era un agua blanca como llena de masa, como algo así de… Porque estaba mal cocinado o estaba demasiado cocinado. Las papas se desbarataron, las zanahorias se desbarataron, entonces esto se miraba mal, la comida mal, mala comida. Y no nada más fue una sola vez, varias veces nos dieron este caldo a comer. O siempre nos daban lo que no estamos acostumbrados nosotros a comer, sándwich o a comer, pues estas cosas, ¿verdad? Y ese dِía pues todos nos disgustamos por la comida y nos venimos del field caminando hasta el campo donde vivíamos. Hubo varios carros que se pararon a preguntarnos que qué pasaba, pero no hablaban español, nosotros no hablábamos inglés, pos, ¿qué decíamos?, ¿no? Ya cuando llegamos al campo, los del campo, o sea el campero ahí, los que se encargaban del campo hablaron a la policía pues, por nosotros que pasaba, fue un inspector a ver la comida y pues no, no había comida. Al otro día fue un inspector, porque al otro día ya nos tenían una comida especial porque iba a ir un inspector. Fue el inspector y miró la comida y dijo el inspector, hablaba español, dijo: “Pues esta comida”, dijo, “pues ni en mi casa me la dan”, dijo. Y: “¿Qué tiene esta comida?”. Y pues nosotros ahí la mayoría: “Pues vengan todos los días a ver si nos dan lo mismo”. Nos dieron pollo dorado, muy bonito, pork chucks bonitos, bistec y todo arreglado, sopita de arroz y todo, pues que buena comida. Pero alguien, habemos de todas las personas unos que guardamos algo y otros que nada, alguien le llevó un plato con caldo de ese que nos habían dado. “Señor”, dice, “aquí está la comida que nos dieron, por esto nos venimos”. Entonces vieron la comida, dijo: “¿Ésta es la comida?”. “Sí, ésa era la comida”. Pues no servía la comida. Y sacaron de ahí al encargado de la cocina porque estaba haciendo mala comida, pero digo yo que hay malos momentos y buenos momentos.
ML: Y, ¿cómo pagaba por su comida?
IG: Ya venía incluido, la comida venía incluida, la comida y el dormitorio, todo lo que ya venía incluido en el cheque que nos estaban pagando. Nunca nos dijeron: “Vamos a cobrarles tanto por la comida, vamos a cobrarles tanto por el dormitorio o por las transportaciones”. Tampoco nosotros nunca supimos cuánto nos iban a cobrar por cada, cada cosa que nos estaban dando.
ML: Y, ¿me puede describir un poco dónde vivía y cómo estaba amueblado, cómo se veía?
IG: La mayoría de gente vivíamos en una barraca. Se le nombraba barraca a una galera que pa veces nombra uno una galera grande. Había como vamos a decir ahí están estos documentos aquí, aquí había camas, ahí había camas y ése era un pasillo y todo esta sección era de camas hasta allá. Qué tan grande era el lugar, todo lleno de camas, posiblemente eran literas, acá arriba había otra hilera de camas. Luego había unos lugares donde había barracas chiquitas, vamos a suponer, como este cuarto donde estamos aquí. Aquí caben cuatro camas individuales, de una personal, cuatro camitas. Yo vivía en estas barracas también y así vivíamos la gente. En ese tiempo que yo vivía en Wisconsin, allá nos daban, pues según que eran purgas, ¿no? Hay que decir las cosas como son, según que nos purgaban, pero yo era una piedra, no me hacían las purgas, pero un día que me hizo.
ML: Y, ¿por qué los purgaban?
IG: ¿Mande?
ML: ¿Por qué los purgaban?
IG: Pues que pa que no estuviéramos enfermos del estómago, para que no estuviéramos cargados del estómago. Bueno, eso era lo que nos decían cuando la comida nos hacía daño. Ellos se sacaban esto de enfrente: “No, los purgamos”. Entonces un día nos dieron una purga tan fuerte, estaba tan fuerte la purga que muchas de las personas ya no alcanzaron a llegar a ir al baño. ¿Te da cuenta cómo estaba todo aquello allí por el pasillo? Los que vivían allá y abrían la puerta, cada que abrían la puerta a media barraca y así, pues aquello estaba de un asco. Las cosas son, hay que decirlas como son. Ya la mayoría de gente ya no estaba adentro de la barraca, estaba afuera de la barraca con sus cobijas allá acostados porque no podía estar la gente adentro de la barraca. Yo tenía ahí, fue en Wisconsin, tenía yo un perrito, un perrito muy bonito de esos cafecitos orejones que hay.
ML: Y, ¿cómo consiguió usted perro ahí?
IG: Me hice amigo de un indio de ahí en Wisconsin y él me regaló ese perrito.
ML: Y, ¿cómo se hizo amigo de él?
IG: Trabajaba ahí con nosotros, trabajaba el indio con nosotros ahí y nos hicimos amigos y me regaló ese perrito él. Y ahí lo criamos, toda la gente quería, toda la gente que vivía ahí con nosotros querían a ese perrito y el perrillo pues quería a la gente. Pues ni el perro pudo dormir dentro de la barraca y a raíz de esto me dieron la oportunidad de ir a la cocina. Ya me encargué yo de la cocina, ya la comida entonces ya la comimos mexicana.
ML: ¿Qué es lo que hacía?
IG: Los frijoles, el tiempo que estuvimos por acá no comimos frijoles, pero ya les cocí yo frijoles a los compañeros, los frijoles. Ya les hacía su chile con el molcajete, pero alguna licuadora les arreglaba sus jitomates asados, chiles asados y ya les hice muy diferente las cosas. Les hacía lechugas picadas, cebollas, tomates. Fue muy diferente la comida que yo hice a la que comíamos. Ya había la facilidad de que sí yo podía hacerles carne y hacerles comida o hacerles comida con salsa con chile todo eso. Ya fue muy diferente porque ya era comida mexicana y las personas que nos daban esa comida ahí eran americanos. Entonces por eso digo que las comidas son muy diferentes.
ML: Y, ¿cuánto tiempo usted duró usted haciéndoles las comidas?
IG: Seis meses. Éramos noventa y seis personas y duré seis meses yo, porque ya fue a las finales del contrato.
ML: Y, ¿trabajaba aún en los campos mientras que hacía…?
IG: Yo no trabajé en los campos ya.
ML: Se dedicaba a cocinar.
IG: Yo ya estaba en la cocina, ya directamente a la cocina. Ya ordenando qué íbamos a hacer: “Vamos a hacer, va a hacer, todo va a ser papas, hacer todo esto”. Las comidas, bueno, mexicanas. Y ya era muy diferente y ya cuando ya nos dijeron que se terminó el trabajo, pues mucha gente: “¿Ya nos vamos?”. “Pues sí”. “Pues no”. “Ya no vamos a comer igual”. Es diferente a la comida que teníamos, comíamos nosotros comida con pan, toda la comida era con pan, no había tortillas, no había nada. Y yo allá les hice tortillas y le pedía al patrón una máquina, allá sí tuve yo la facilidad esa de tener el amigo mío, ese muchacho. Y le pedía al patrón que si podía dar, darme una máquina pa hacer tortillas y conseguirme harina. Todo lo que le pedí, todo me trajo el señor, me trajo frijol, me trajo todo lo que le pedía yo, todo me traía para cocinar.
ML: Y, ¿cómo es que usted aprendió a hacer todo eso?
IG: Le dije hace rato que yo me crié huérfano y una persona huérfana aprende muchas cosas, sea porque no lo quieren hacer o, sea que quiere uno depender de algo. Me enseñe a todas esas cosas y yo tuve esa facilidad de saber cómo se trabaja en una cocina, no los gustos de todas las personas, porque cada quién tiene su gusto, pero sí hacer una comida que todas las gentes se puedan comer. Yo sabía, me enseñé a hacer muchas cosas, hacer mole, me enseñé a hacer muchas cosas. Entonces ya cuando yo me casé, pues para mí ya no era, no era trabajo.
ML: Y, ¿en ese campo tenían baños con drenaje?
IG: Todo había ahí, ahí había baños, había regadera, ahí teníamos muy buena, muy buen lugar dónde vivir, teníamos ahí. Lo único malo que teníamos, pues la comida, ¿verdad? Pero teníamos muy buen baño, estábamos a la orilla de una montaña, pues nos hicimos varios amigos que no éramos tan estrechos amistades, ¿verdad?, pero sí éramos compañeros que salíamos por ahí. Salíamos armados, con pistolas, no, por ahí no había policías, no teníamos miedo de nadie y quién nos… Te agarra la Policía porque traes un arma y estábamos fuera de la ciudad.
ML: Y, ¿cómo conseguían armas?
IG: Íbamos a la ciudad y nos vendían armas, nos vendían armas a nosotros. O encargaba yo a mi patrón, pues hablaba con el hijo: “Dile a tu papá que si me puede traer una… Siempre me la traiba el señor. No éramos, no era pa pleito, no era pa nada. Por ahí salíamos, yo tenía unas fotografías yo, que con el sombrero y mi pistola acá y todo eso, pues estábamos jóvenes, veinte años.
ML: Y, ¿qué hacían con las pistolas cuando regresaban a México?
IG: Pues las vendíamos por acá a algotros compañeros. “Te vendo mi pistola”. Ya no en la que la compramos, más barata, pero la vendíamos porque sabíamos que no la podíamos traer para acá. Pero nos pasábamos los jóvenes en ese tiempo, yo allá cuando estaba en Wisconsin… A veces aprende uno muchas cosas y yo tuve amigos que eran borrachitos, les gustaba ir a las cantinas allá y se iban a la cantina, a veces de que me llevaban unas botellas de wine o me llevaban algunas cervezas. No fui yo cantinero, yo no fui cantinero, pero el muchacho este amigo mío, íbamos al cine con él. Él tenía su novia, éramos chavalos y por ahí también él me consiguió una muchacha por ahí, una amistad y pues yo no sabía qué decirle a la muchacha pero ni ella tampoco. Pero eso no importa, cuando uno es joven no importa qué decir, no importa eso, con el sentir tiene uno, con eso tiene. Y el muchacho a veces que él nos decía, él a ella le hablaba, pues dile algo, o a veces a mí me hablaba el español. “No, pues dile algo”. “Yo le digo lo que tú quieras”. Pero sí éramos también con este muchacho amigos.
ML: Y, ¿qué es lo que hacían ustedes para divertirse?
IG: Pues yo por ejemplo, como yo no iba a las cantinas, yo me salía con algotros compañeros con la arma a tirar balazos a lo tonto. Poníamos algunas botellas o algunos botes de soda o algo, salíamos ahí a lo tonto.
ML: ¿Practicaban deportes o iban al cine?
IG: No, porque estábamos retiraditos de la ciudad, estábamos retirados.
ML: ¿Tenían un radio?
IG: Sí, teníamos radios.
ML: ¿Escuchaban hasta televisión?
IG: Sí, sí teníamos televisión ahí. Era la persona ahí como, donde estábamos nosotros ahí en este rancho, era un rancho lejos de la ciudad y en la parte de comedor, una parte del comedor había un televisión y ahí mirábamos nosotros partes de la guerra, cuando hubo guerra, el radio, escuchábamos en el radio, escuchábamos todo eso.
ML: Y, ¿habían estaciones de radio en español?
IG: La estación de radio en español la oíamos como más o menos a las dos de la mañana, más o menos de ese horario, había que desvelarse. Por ejemplo los domingos que no salíamos, el sábado nos teníamos que desvelar para oír la música en español.
ML: ¿En Wisconsin tocaban música en español?
IG: Era una estación que había aquí en Estados Unidos, que era muy grande y se oía en Estados Unidos, no simplemente aquí y acá, se oía en Estados Unidos. Era un radio de mucha potencia, era un radio muy grande. En este radio, la gente que había en este radio, mandaba por ejemplo, catálogos y hablaban en el radio que querían un catálogo de esto, de esto y del otro. Porque por ejemplo ponen música y luego ya ponen anuncios y ya empezaban a anunciar que sí querían al anuncio, en el anuncio querían esto o querían lo que quisieran, un radio o unas plumas, o ropa o lo que uno quisiera. Le mandaban a uno un catálogo y ya en el catálogo ya venía allí los precios de cada cosa y ya uno decía: “Pues yo quiero esto”.
ML: Y, ¿cuánto le pagaban cuando trabajaba en estos varios sitios?
IG: ¿A mí?
ML: Sí, el primer año, ¿cuánto le pagaban?
IG: El primer año lo hicimos también este trabajo a contrato, casi la mayoría del trabajo eran contratos porque casi no pagaban, no nos pagaban por horas porque era bajo contrato. Casi la mayoría del tiempo fue bajo contrato.
ML: ¿Todos ganaban igual?
IG: Sí, todos ganábamos igual, no había quién ganara más que otros, porque todo era igual.
ML: Y, ¿los años después de ése?
IG: No me acuerdo yo los últimos años, o sea los últimos meses, no me acuerdo yo cuánto me pagaban la hora, por horas.
ML: ¿Pero le pagaban en efectivo o en cheque?
IG: No, en cheque, nos pagaban en cheque. Ahí mismo cambiábamos el cheque, ahí mismo en la compañía. Ahí nomás daban el cheque y yo pues no escribía… y ya listo.
ML: ¿Sólo con su huella?
IG: Sí, porque dicen que es más efectivo una huella que un escrito, eso se dice, ¿no?
ML: Y, ¿qué hacía usted con su dinero?
IG: Lo mandaba para México.
ML: Y, ¿siempre recibió el pago correcto por las horas trabajadas o por el contrato?
IG: Bueno, yo no sabía si me faltaba o me sobraba. Yo recibía mi dinero y no sabía, cuánto pude haber ganado más o cuánto pude haber ganado menos. Yo el caso es que a mí me llegaba mi cheque y ya, luego iba y lo cambiaba. Yo trabajé en la compañía Royal, se llamaba la Royal la compañía. Éramos, era una compañía de noventa y seis personas éramos en la compañía y cuando terminó la compañía aquí, aquí se terminó la compañía. Era una compañía muy grande, muy, muy grande ya, era muy grande y éramos poquitos, empezó con poquita gente.
ML: Y, ¿tuvo problemas en el trabajo?
IG: No.
ML: ¿Nunca?
IG: Nunca tuve yo problemas en el trabajo.
ML: ¿Qué sucedía en caso de accidente o una enfermedad?
IG: Teníamos doctor, teníamos derecho a doctor, teníamos derecho… Me sacaron esta muela en Arizona precisamente, cuando me llevó el mayordomo al doctor, me la sacó el doctor. Él me dijo que era sin dolor, pero sin dolor de su corazón, porque sentí que me tronó hasta acá cuando me jaló la muela.
ML: Hasta la frente.
IG: Y ya le dijo el mayordomo que qué puedo. “Qué puede hacer, ¿verdad? Qué puede hacer él. Dice: “Pues llévalo a que se coma un menudo y llévatelo a trabajar”. No era él el que estaba malo, ¿verdad?, por eso dijo que era sin dolor.
ML: Y, ¿cuáles eran las quejas más comunes entre los braceros de el trato?
IG: Bueno, las más comunes que había entre nosotros con la gente, primero que nada era la comida, porque aunque no teníamos qué comer ahí nosotros los mexicanos, pero sí sabíamos qué comida estaba mal hecha mal cocinada. La otra cosa que siempre nos quejamos era de los malos tratos dentro del trabajo, porque había veces que no teníamos agua, había veces que no teníamos baño, había veces de que nos trataban mal dentro del trabajo, nos pedían más de lo que podíamos hacer. O sea que hubo también pues malos tratos, ¿no? Por eso digo yo que hubo malos tratos y que hubo todo esto malo, pero también hubo lo otro bueno que ganamos un dinero para mandar a nuestras familias.
ML: ¿Alguna vez sus compañeros de trabajo o usted, organizaron una protesta laboral?
IG: La que hicimos cuando nos venimos del algodón, ésa fue una de las protestas que hicimos porque precisamente la comida. Ésa fue una protesta y estuvo grande porque fue Policía, fueron con la Policía a ver qué estaba pasando. Pues veníamos nosotros y no dejábamos pasar a los carros y todo eso y: “¿Qué pasó?”. Pitaban los carros y bueno, ésa fue la protesta que tuvimos. Y la otra pues, que tuvimos acá que ni el perrito dormía en la barraca. Esa fue la otra protesta pues de ahí que hubo y por la cual… Era una señora la que, la encargada de la cocina y yo sentía a veces que esta señora se fuera porque yo me llevé bien con la señora y esa fue otra protesta que hicimos también por la comida.
ML: ¿Regresó usted a México cuando terminó su contrato de trabajar?
IG: Sí, yo regresé para México y ya estuve allá en México y luego al tiempo me casé y luego ya me vine para acá y aquí estoy de ese tiempo para acá.
ML: Y después de terminar con su trabajo, ¿qué tan fácil era conseguir un nuevo contrato después del primer contrato?
IG: Bueno, de cuando se terminó el contrato, después era, había facilidades porque había mucha gente que iba a piscar algodón para ganarse la carta que se decía en ese tiempo. Y se iban a piscar algodón a Sonora, allí hubo mucha gente que vino a ganarse la carta pa venir para acá. Y esa fue otra oportunidad que hubo aparte de la que dieron los gobiernos para darle a las personas una lista que vinieran a los Estados Unidos, porque las personas venían a, venían en lista también pero venían a ganarse una carta piscando algodón.
ML: Y, ¿qué era la relación en los varios sitios donde usted trabajó entre los braceros y los mexicoamericanos?
IG: En ese tiempo había mucho, pues no había muchos mexicanos, no había muchos mexicanos. Era muy raro un mexicano que estuviera aquí.
ML: ¿Pero nacido en los Estados Unidos?
IG: Nacido en los Estados Unidos, porque aquí la mayoría que había eran indios, en Arizona, indios. Aquí había también en ese tiempo uno destos como japoneses o algo así, aquí había también de esas razas, pero no había muchos mexicanos aquí. Por eso a nosotros hasta nos querían los güeritos, nos querían a nosotros las muchachas también. Pero nomás empezamos a invadir aquí y ya no nos quieren.
ML: ¿Por qué?
IG: Pues es que habemos de todo, habemos tranzas, habemos personas que no deberíamos estar aquí y pues así.
ML: Y muchos braceros salían con mujeres blancas americanas.
IG: Sí, sí es cierto. Había personas que, yo les digo que yo tenía, me presentaba con una muchacha americana y muchas de las veces, hay muchas cosas en la vida, no simplemente yo tengo que ser una belleza para yo salir con una mujer, no simplemente una mujer tiene que ser una belleza para salir con un hombre. Todo se da, cómo es una persona, cómo es la otra persona, hay químicas que… Yo simplemente le dije hace un rato, tengo que decirle algo a la mujer para sentir que la quiero, ni la mujer tampoco tiene que decirme nada pa yo sentir que la quiero, simplemente se da y se da.
ML: Y cuando regresó a México, tipo después de su año final como bracero, último año de bracero, ¿qué es lo que hizo en México? Sé que se casó pero, ¿en qué trabajó?
IG: Cuando yo llegué a México, yo allá para mí fue muy diferente ya distinto a lo que fui aquí, el tiempo que estuve aquí, porque yo ya para mí, ya era muy diferente y la vida allá y la vida aquí. Primero que nada, yo ya no recibía un cheque como aquí, luego a veces también la ropa no era igual aquélla que ésta. La comida últimamente ya no era igual aquélla que ésta, porque yo aquí comía carne todos los días sí yo quería, primero que nada pues yo estaba trabajando en la cocina, ¿no? Yo ahí podía comer toda la comida que yo quería, pescado y todas esas cosas, ya pa mí era muy diferente. El trabajo aquí y aquél de allá de México no era igual, bueno, primero que nada, yo el trabajo aquí, lo hacía pues no forzado. Pero casi sí porque yo tenía que hacer el trabajo para presentarle a mi patrón un trabajo, y en México no le presentaba a nadie más que a mí mismo. Si yo quería trabajar todo el día, lo trabajaba y si no, pues con un ratito. Porque allá es media floja la gente, es muy diferente y allá dice uno: “Ay, ya nomás trabajo hasta aquí y ya me voy”. Hasta es uno medio flojo. Y no se está haciendo uno más de mal a uno mismo. ¿Cómo vamos a prosperar si no trabajamos? Y a parte de que yo ya trabajé mucho, yo trabajé mucho, yo como huérfano trabajé mucho.
ML: Y, ¿qué significa el término bracero para usted?
IG: ¿En término un bracero?
ML: El término, la palabra bracero, ¿qué significa para usted?
IG: Para mí, ¿qué es bracero? Bueno, primero que nada, un bracero es que vino aquí a poner su brazo pa darle de comer a la gente que necesitaba aquí. Porque eso es nombre de bracero, brazos fuertes, haber venido a hacer un trabajo aquí y darle de comer a la gente que no tenía qué comer aquí. Darle un camino a la gente que no podía tener un camino ya aquí, porque eso veníamos a hacer, a darle de comer. Venimos aquí nosotros a Estados Unidos a luchar, a pelear con el hambre, eso venimos a hacer aquí nosotros. Nosotros no peleamos con armas, pero peleamos con los brazos, braceros, para darle de comer a esta gente y mandarles aquellos armas también pa que pelearan. Porque, ¿con qué compraban las armas si no tenían material? No tenían dinero. Nosotros venimos a hacer todo eso, venimos a levantar el país porque vivimos aquí cerca de cinco mil, sí, cerca de cinco millones de personas. ¿Se da cuenta de cuánta gente venimos pa aquí a apoyar a Estados Unidos. Y también fuimos parte de las guerras que hubo, porque con el trabajo de nosotros, ellos también estuvieron allá sin pendiente porque ellos tenían que comer aquí a sus hijos de ellos y a sus esposas. Entonces pa mí eso es bracero.
ML: ¿Cómo se siente usted de que lo llamen bracero?
IG: Bien, bien, me llamo, me siento bien porque eso es parte mía. Y no cualquiera es bracero, ni cualquiera fue bracero.
ML: Y en término general, sus recuerdos de haber trabajado como bracero, ¿son positivos o negativos?
IG: Hay de las dos partes, hay positivos y negativos. Primero que nada, tuvimos buenas experiencias y tuvimos malas experiencias, porque una de las buenas es que nosotros, muchos de nosotros, nos hicimos responsables porque ya fuimos responsables los que estuvimos jóvenes aquí. Porque el trabajar es ser uno responsable, no simplemente el tener dinero es responsable la gente. Porque eso lo hace a uno ser irresponsable, porque no lo lleva a uno a ninguna parte, el agarrar el dinero y agarrar el dinero, no lo lleva a ninguna parte. Ser responsable es trabajar, las personas que sepa uno cuánto cuesta el dinero. Y la otra parte fue que pues tuvimos las malas experiencias. Pero ya para mí hay cosas buenas y cosas malas y hay que tomarlo por el lado amable dice el Señor.
ML: El haber sido bracero, ¿cambió su vida de alguna manera?
IG: Pues sí, sí cambió porque me hice responsable. Soy responsable, ya de ahí para acá, ya fui una persona responsable en mi casa, aunque cuando era jovencito de a tiro yo ya sentía responsabilidad. Ya cuando fui bracero ya me sentí más responsable porque yo ya fui ya un hombre más responsable, ya de otro mundo, ¿no? Y yo ya me sentí más responsable.
ML: Ya acabamos con estas preguntas pero, ¿hay alguna cosa que quiere compartir u otra cosa que quiere contar?
IG: Ya estamos tarde.
ML: Okay.
IG: Yo quisiera, hay muchas cosas qué contar, hay muchas cosas qué contar. Por ejemplo, una de ellas se la voy a contar antes de irnos. Antes en Empalme, Sonora se había una comida. Estuve un tiempo yo en Empalme y mi hermano también, veníamos para acá y duré dos días yo que no comía, no tenía, no tenía dinero pa comer y pues sí tomaba agüita y todas esas cosas, pero no comida. Y nos encontramos con mi hermano, ya me dice: “¿Qué pues, dónde andas?”. “Pos por ahí caminando, ¿ya comiste?”. Le dije: “Ya, ya comí”. Pero no había comido. Yo dije: “Pobrecillo, pues era más chico que yo, o es más chico que yo, ¿cómo voy a…
ML: ¿Usted es el mayor?
IG: Sí, yo soy el mayor de ellos. ¿Cómo voy a presentármele en quiebra o que no he comido, ¿verdad? “Vente, vamos, te voy a invitar una gallina, vamos a la gallina”. Ya llegamos allá al restaurantito ahí y ya se arrimó la persona ahí, y dice: “¿Van a comer?”. “Sí, me das dos gallinas”. Hijo de la fregada ya dije: “Yo llevo dos días sin comer y voy a comer gallina”. Bueno, ya fue el señor y nos trajo un plato a cada uno de frijoles con arroz ahí y un chile de esos a mordidas y tortillas, un montón de tortillas. Pos ahí estamos comiendo y yo estaba, pos yo comí rápido. Me terminé los frijoles dije yo: “Voy a esperar la gallina”. Acabamos de comer y nos echamos unos vasitos de agua. Le dije: “¿A qué hora llegan con la gallina?”. “Y luego lo que te comiste”. “Pues esos eran frijoles con arroz”, dijo. “Pues ya está la gallina aquí”. Pregúntales y verás. Es parte de la historia de nosotros y hay muchas cosas, hay muchas cosas nomás que ya es tiempo que yo, me voy a retirar porque tengo algo que hacer en mi casa.
ML: Okay, gracias.
IG: Gracias.
Fin de la entrevista
Interviewer
Loza, Mireya
Interviewee
Gómez, Ignacio
Location
Salinas, California
File Name Identifier
Gomez_SALC009
Citation
Loza, Mireya and Gómez, Ignacio, “Ignacio Gómez,” Bracero History Archive, accessed November 28, 2024, https://braceroarchive.org./items/show/156.